Angel Miolan, Charles Bludhorn, Victor Cabral

Casa de Campo, calificado como el mejor resort de toda la región del Caribe, está celebrando su 50 aniversario. No por lo longevo ni lujoso se merece que se destaque el rol que jugó en la alborada de nuestra industria turística. Es más, porque al ser el primer hotel de clase mundial, su apertura y operación abrieron las puertas del país al mercado turístico internacional. Como pionero inició un desarrollo que hoy día nos tiene en el apetecible sitial del destino turístico más importante del Caribe.

Por supuesto, nuestra procelosa aventura turística tuvo su inicio con los cánticos de Angel Miolán a finales de la década de los sesenta. El propaló la buena nueva de que el turismo podría ser un vehículo efectivo para nuestro desarrollo económico. Si bien los turistas no se materializaron de inmediato, su corneta hundió su mensaje bienhechor en los intersticios económicos de nuestra conciencia. Pero de la retorica al hecho hubo mucho trecho. A pesar de que con el proyecto de la Ciudad Turística de Bahía de Manzanillo Miolán concibió una especie de Casa de Campo, los turistas no se vieron sino muchos años después.

Tampoco fue el año 1971, cuando se promulgó la Ley No.153 de Promoción e Incentivo del Desarrollo Turístico, que motivara de inmediato el anhelado flujo de visitantes. Lo mismo puede decirse de la creación en el 1972 de la Corporación de Fomento de la Industria Hotelera y Desarrollo del Turismo (CORPHOTELS), y la creación del Departamento de Infraestructura Turística (INFRATUR) del Banco Central para apoyar con financiamiento el despegue. Éramos “el secreto mejor guardado del Caribe”, pero todo ese andamiaje gubernamental no lograba atraer inversiones ni turistas.

Fue realmente en 1974, con la inauguración de Casa de Campo y del Hotel Santo Domingo, cuando el país se encumbró orgulloso en la palestra turística internacional.  Posteriormente, ya en 1980, se inauguró el Jack Tar Village en Playa Dorada (Puerto Plata) y en 1985 el Dominican Beach Resort de la cadena Barceló en Bávaro. A eso le siguieron el Club Med (1991) y el Punta Cana Resort (1994), ambos en Punta Cana. De ahí en adelante hemos cosechado grandes avances y hoy tenemos 88,000 habitaciones hoteleras de clase mundial y somos el destino líder de Centroamérica y el Caribe.

ChatGPT-4 nos cuenta la melosa historia. “Casa de Campo, un resort de lujo que ha recibido numerosos premios internacionales, tiene sus orígenes en la visión de Charles Bluhdorn, el empresario austríaco-estadounidense y presidente del conglomerado empresarial Gulf & Western. A finales de la década de 1960, Bluhdorn vió un gran potencial en la República Dominicana, específicamente en la región de La Romana, donde Gulf y Western tenía una importante operación de producción de azúcar y una propiedad de 7,000 acres, la mayoría sembrada de cana de azúcar. La influencia de Buhdorn transformó la zona, comenzando con el establecimiento del complejo Casa de Campo en 1971, como parte de una iniciativa más amplia para diversificar las actividades de la compañía y promover el turismo en el país. Un importante hito de la promoción fue la celebración en 1977 del Concurso Miss Universo, el cual era propiedad de la Gulf & Western.

La idea de Casa de Campo surgió cuando Bluhdorn reconoció la belleza natural de la zona, ideal para atraer a visitantes internacionales de alto nivel. Imaginó un resort que ofreciera no solo alojamiento de lujo, sino también actividades recreativas exclusivas como golf, polo y tiro. El complejo se hizo famoso por sus campos de golf de clase mundial, diseñados por Pete Dye, particularmente el Teeth of the Dog, que desde entonces ha ganado reconocimiento internacional. Casa de Campo surgió del glamour de Hollywood, porque Gulf & Western era propietaria de Paramount Pictures y muchos de sus actores y actrices promocionaron el lugar.

Bluhdorn confió la dirección y desarrollo de este ambicioso proyecto a Víctor Cabral, empresario y visionario dominicano. Cabral fue nombrado el primer presidente de Premier Hotels, una subsidiaria de Gulf and Western, que fue creada para administrar tanto Casa de Campo como el Hotel Santo Domingo, el principal hotel de lujo de la capital en ese momento. El papel de Cabral fue fundamental para garantizar que Casa de Campo no fuera solo un refugio de lujo, sino también un emblema del potencial de la República Dominicana como destino turístico de clase mundial. Cabral consiguió que el Hotel Santo Domingo fuera diseñado por el arquitecto dominicano Tony Caro y decorado por Oscar de la Renta.

Bajo el liderazgo de Cabral, Premier Hotels amplió su presencia en el país, mezclando la cultura dominicana con el lujo y las comodidades modernas. Su trabajo junto a Bluhdorn jugó un papel importante en la formación de la reputación temprana de Casa de Campo como un refugio para la élite, incluidas estrellas de Hollywood, magnates de los negocios y figuras prominentes de todo el mundo.

La colaboración entre Bluhdorn y Cabral no solo posicionó a Casa de Campo como un resort de primer nivel, sino que también contribuyó al desarrollo general de La Romana, estimulando el crecimiento económico y colocando a la República Dominicana en el mapa turístico mundial. Sus esfuerzos combinados dejaron un legado duradero que continúa definiendo la industria turística del país hasta el día de hoy.”

La moraleja de la historia es que la fe es la hoguera de los sueños. Miolan ha sido reconocido por varios sectores como el verdadero “Padre del Turismo Dominicano” y, sin duda, su constante prédica sobre las bondades del turismo repercutió favorablemente para ganarle simpatías a la industria. Pero no fue sino cuando Bludhorn hendió su cornucopia inversora en La Romana cuando nuestra industria sin chimeneas despegó con fuerza. Y seriamos mezquinos si no reconocemos que, en la práctica, un armador destacado de ese despegue fue Victor Cabral. Loor a esos precursores de nuestra alborada turística en ocasión de la magna celebración del 50 aniversario de Casa de Campo.