Bueno, interpretando los postulados de Euclides, -matemático y geómetra griego (325 a.C), “que la distancia más cerca entre dos puntos es la línea que los une”, y como muy bien se ha popularizado que el camino más corto entre dos puntos es el que se ha de escoger, me parece que resulta el principal fundamento para comprender que el fin de la necesidad de crear un partido, organización o movimiento político ya resulta una especie en extinción.

Esto porque existiendo un camino tan corto y tan fácil para presentar candidaturas, por lo menos los que se exigen para formar una organización política establecidos desde los artículos 14 hasta el 21 de la ley 33-18-este ultimo la obtención de personería jurídica- y sin la cual, las organizaciones formales, no quedan amparadas en el derecho de presentación de candidaturas facultado en el artículo 48 de la citada normativa, previo a las formalidades internas que prescribe el artículo 46 de dicha ley, pues no genera motivación alguna por el hecho de no hacer falta para este propósito.

Entonces, nadie en su sano juicio va a escoger el camino de formar un partido o una agrupación, que según el artículo 16 de la citada ley de partidos, ha de ser sometida a la Junta Central Electoral a más tardar un año antes de la fecha de la celebración de la próxima elección ordinaria, y entonces, dice, el órgano verificara la “veracidad de las “documentaciones y declaraciones incorporadas al expediente”, si ha lugar, sancionará las mismas y emitirá un veredicto a más tardar cuatro (4) meses antes de la celebración de las elecciones. (Eso seria como sentarse a tejer los pañales de Penélope, cuando estos se consiguen hasta en los colmadones)

Es decir, que se someten los documentos (todos rigurosos y tediosos para esperar si califica). Pero, las candidaturas independientes, según la sentencia TC/0788-24, por la redacción del nuevo mandato, específicamente, por el artículo 157 de la ley 20-23, se bastan con por lo menos 75 días antes, sin necesidad de tenerse estructuras aprobadas, simplemente, solo hay que tomar un grupo de ciudadanos -y como son accidentales y espontáneas-como se dice en el argot de los músicos, un ven tú, y se recogen firmas, según el nivel que corresponda y ya quedan habilitados. Dígame usted, ¿Hay necesidad de formar una organización nueva con esa exención, diríamos llevada por delivery directamente a la mano de quien así lo quiera? (Póngase usted, que a estas-las independientes-, les pongan requisitos), pero solo reglas de cumplimiento normativo de como van actuar, pero, en su formación, jurídicamente el derecho, simplemente le llega por acarreo de puerta a puerta.

Y mientras tanto, que estas estas están pasivas en todo el proceso que se fundamenta en un calendario electoral, que necesaria y obligatoriamente involucra las organizaciones políticas desde la hora cero a trabajar de las manos con la Junta Central Electoral, mientras las independientes encuentran todo hecho y sin poner ni un céntimo de sacrificio montando el proceso, -ya desde la hora cero los partidos formales están trabajando con la JCE, por ejemplo, legitimando la nueva cedula y otras decisiones, incluso de designar funcionarios-son opciones del poder, pero como dicen un niño influencer cuando está asombrado, de nombre Stiver, ¡Pero bueeeeno!

Volviendo a lo anterior, queda claro que si para las candidaturas formales, existen reglas rígidas, y en cambio, un atajo para que las independientes puedan hacerse vía organizaciones accidentales y espontaneas solo cumpliéndose los requisitos de la intención, de otra forma, abriéndose un derecho pasivo que se convierte en activo solo con llegar la fecha de las elecciones, lógicamente, imperará en desgano en formar agrupaciones nuevas. Esto porque sin lugar a dudas, sería la lucha de la vagancia política versus el que si trabaja para ponerse la ñoña-sinceramente, ahí hay una cooptación burda ya que no existe mecanismo de competencia en la selección-

¿y quien se va a echar esa canana encima que sin tener que dar un golpe ponerse creativo o bruto, inventando la formación de un partido o agrupación política nueva cuando tiene a su mano la ventaja de conseguir su propósito por la vía fácil. Por tanto, se cae de la mata que absolutamente nadie se va a poner en eso existiendo los mangos bajitos. -como diría el célebre decimero dominicano, Juan Antonio Alix.

Para que veamos otro sostenimiento de nuestra tesis, de que no hay necesidad de meterse en camisa de once varas formando agrupaciones políticas formales, -y esto jamás es un llamado a no hacerlo-, pero si es pertinente observar que aún, con todos esos impactos, las organizaciones existentes han de quedarse como tales, en el sentido que ya están formadas y gozan de ventajas, entre otras; económicas por el presupuesto nacional, pueden hacer alianzas, etc., y antemano tienen una determinada cuota de adeptos o votos seguros y no tendría sentido desaparecer por inercia, pero de que tiene fundamento que las que ya existen reinaran en el sistema de partidos, y eso es bueno.

Ahora bien, como amor no quita conocimiento, con todo y todo se abre la caja de pandora, en razón que, existen amenazas de indisciplinas y prácticamente de control de transfuguismo, de centralismo democrático, ya que ante cualquier tropiezo interno de cualquier miembro con interés desbordado de ser candidato por su organización, tendría la vía abierta para aventurarse en una candidatura independiente, simplemente, en razón que además que no existe la militancia exclusiva, los ciudadanos, sean estos miembros o no de agrupaciones políticas están amparados en el artículo 22 de la Constitución para ejercer el derecho pasivo y activo, de elegir y poder ser elegido, y este articulo no pone como impedimento que el ciudadano tenga o no tenga determinado tiempo de militancia para poder optar a puestos de elección popular vía cualquier otra fuerza política que así le sea viable.

Ahora bien, continuando con el análisis, a nuestro juicio, según la idiosincrasia del dominicano de ser uno de los entes sociales más activos y politizados de América, que ha roto récord en enfrentamientos por candidaturas, es decir, que ha mostrado gran pasión por ser aspirante aunque sea presidente de la asociación de chapitas anónimas, habría que esperar presentaciones de proyectos en proporción aun mayor que los que se formulen por las vías de organizaciones formales y, de una forma simplificada como son las candidaturas independientes. Y como decía un lugareño de mi pueblo, ¿Me doy a entender? Y como dice un refrán popular, ¿a quién no le dan pan que no coma? Ya veremos el curso de la historia que ha nacido en Republica Dominicana, en el futuro cercano, una posible baja de presencia de partidos y agrupaciones y movimientos políticos,-por lo menos nuevos-, en razón que, para fines de presentar candidaturas no tendrán razón de ser, ya que el cuerpo electoral, simultáneamente de ser la estructura de escogencia para instalar el poder, en cada individuo, ahora, tenemos candidatos pasivos, solo basta con tener sentimientos para pasar de electores a representantes.