Con Gaza y Beirut en el corazón
Si los manuales de psiquiatría tuvieran alma, seguramente sería la del doctor Guillermo Lahera. Su última publicación con la editorial Debate, Las palabras de la Bestia Hermosa: Breve manual de psiquiatría con alma, es una obra que trasciende el enfoque clínico tradicional para ofrecer una visión profundamente humana de la práctica psiquiátrica.
Este libro es un retrato de la experiencia de vida en la consulta de un psiquiatra con sensibilidad y empatía. Con un estilo claro y sin barroquismos, Lahera logra una descripción fascinante del sufrimiento humano y de los síntomas en cada diagnóstico, como si tejiera una historia clínica interminable. Es una exploración magistral de la complejidad de las enfermedades mentales y de las vidas únicas de los pacientes, cada uno con sus circunstancias y particularidades.
A lo largo de sus páginas, destaca el vínculo intrincado entre los déficits cognitivos y los síntomas psiquiátricos y neurológicos, que parecen danzar al unísono en una coreografía tan íntima que resulta difícil de separar.
El doctor Guillermo Lahera es profesor titular de Psiquiatría en la Universidad de Alcalá de Henares, jefe de la sección en el Hospital Universitario Príncipe de Asturias, editor de The European Journal of Psychiatry y colaborador habitual del periódico El País. Su obra más reciente es tan accesible como enriquecedora y los invito a todos a adentrarse en la experiencia profesional de este notable psiquiatra, quien, con una mirada compasiva, disecciona cada signo y síntoma para llevarnos en un viaje al fondo de nuestra psique.
Lahera aborda el arduo camino hacia una psiquiatría más realista, enfrentando la complejidad, los estigmas y los prejuicios, tanto nuevos como antiguos, que persisten en torno a la salud mental. Porque incluso hoy en día las resistencias sociales al drama de las enfermedades mentales siguen siendo enormes. Aún existen prejuicios y recelos que dificultan el acceso de muchas personas a la consulta de un profesional.
En sus reflexiones plantea preguntas esenciales y profundas, como por ejemplo: “¿Qué ocurre en el cerebro para que alguien desarrolle delirios y alucinaciones?”. Aunque todavía carecemos de un modelo psicobiológico plenamente validado, Lahera señala que la psicosis parece ser la vía final común de muchos trastornos mentales. La psicosis, esa “locura” que implica la pérdida de la capacidad de juicio, sigue siendo un misterio en muchos aspectos.
Vivimos en una era en la que existen moléculas cada vez más precisas y selectivas para controlar la cascada de signos y síntomas de estas enfermedades. Sin embargo, en demasiados casos la resistencia de los pacientes y la falta de conciencia de enfermedad hacen que la asistencia llegue tarde. Esta lucha diaria, que incluye desafíos interdisciplinarios y el esfuerzo por generar más conocimiento sobre las consecuencias personales de las patologías mentales, se combina con la defensa de la dignidad de quienes las padecen.
Queda mucho por escribir, debatir y reflexionar en la búsqueda de una salud mental de calidad, porque, como bien sabemos, sin salud mental no hay verdadera salud.