El odio de extrema derecha ha experimentado un aterrador aumento en todo el mundo, convirtiéndose en una amenaza palpable para la democracia y los derechos humanos. Desde discursos de odio hasta actos de violencia política, la proliferación de este extremismo es motivo de profunda preocupación.

Datos recopilados por el Instituto para el Diálogo Estratégico revelan un incremento del 35% en los incidentes de odio en línea en 2023 en comparación con años anteriores. Este fenómeno se ha visto reflejado en todas las plataformas de redes sociales, siendo Twitter el epicentro de esta creciente ola de odio.

La Universidad de Maryland también ha aportado datos alarmantes sobre este fenómeno, indicando que el uso de lenguaje de odio relacionado con la raza, la religión y la orientación sexual se ha duplicado en el mismo período. Estas cifras son solo la punta del iceberg de un problema cada vez más preocupante.

En Estados Unidos, el FBI reportó un aumento del 17% en los crímenes de odio motivados por ideologías de ultraderecha en 2023, alcanzando niveles sin precedentes en una década. Por su parte, Europol ha señalado que los ataques terroristas de ultraderecha en Europa se han triplicado en los últimos cinco años, evidenciando un preocupante patrón a nivel mundial.

Este ascenso del extremismo de ultraderecha no es casualidad, sino más bien el resultado de una serie de factores complejos e interconectados.

La desigualdad económica, la crisis social, la polarización política, el papel de las redes sociales y la crisis migratoria han contribuido a crear un caldo de cultivo propicio para el crecimiento de este tipo de ideologías extremistas.

Desigualdad económica

En lo que respecta a la desigualdad económica y la precariedad laboral, la ultraderecha ha sabido capitalizar el malestar social generado por un sistema que privilegia las ganancias sobre las personas. Un sistema que fue diseñado precisamente por la ultraderecha a partir de la década de los 70 (Ronald Reagan – Margaret Thatcher) como reacción a los avances civilizatorios de la década de los 60. La década de los 60 produjo los mayores logros y avances en términos de justicia social, participación política, activismo y derechos. Es a partir de la construcción de un sistema neoliberal que ha imperado durante los últimos 50 años, que tenemos como resultado una sociedad que ha empobrecido a todos los sectores sociales, pero que ha generado resentimiento en los estratos blancos de clase media y baja. Ahora esos grupos sociales culpan a las minorías y extranjeros de los problemas económicos creados por sus propios antecesores políticos, siendo esta una estrategia muy efectiva para ganar adeptos entre quienes se sienten desplazados y marginados por un sistema que los excluye, pero al mismo tiempo culpando a la izquierda y el progresismo.

Polarización política

La polarización política y la crisis de representación han abierto la puerta a movimientos extremistas que prometen soluciones radicales y una supuesta vuelta a un pasado idealizado. La desafección con los partidos tradicionales ha dejado un vacío que la ultraderecha ha sabido ocupar con discursos simplistas y manipuladores.

En los países desarrollados como Reino Unido, España, EE. UU., Francia y otros, el discurso de extrema derecha es particularmente atractivo para sectores de clase media y baja blancos, porque la extrema derecha ofrece a los blancos de clase media y baja un sentido de identidad y pertenencia. Al presentarse como defensores de la "cultura blanca" o los

"valores tradicionales", crean un sentimiento de comunidad y propósito para aquellos que se sienten marginados o excluidos. En los países en desarrollo como la República Dominicana, Argentina, etc., el discurso de la extrema derecha también puede captar adeptos en los sectores de clase media y alta, aunque los motivos pueden ser distintos. Esos sectores de acercan al ultraderechismo  por un efecto espejo o mimetismo, imitando sociedades desarrolladas pero sin ninguna formación ideológica profunda, ni intelectual. En estos países son elementos intelectualmente deficientes los que se suman a esas corrientes ideológicas. Otros factores que influyen son: la inestabilidad económica, la inseguridad ciudadana y la influencia de medios internacionales que pueden jugar un papel significativo en la adopción de estos discursos.

Es importante considerar que las dinámicas sociales y políticas son complejas y multifacéticas, tanto en los países desarrollados como en los en desarrollo.

Redes sociales

Las redes sociales han desempeñado un papel crucial en la amplificación de los discursos de odio y la desinformación, facilitando la radicalización de individuos y la formación de comunidades extremistas en línea. Twitter, en particular, ha sido identificado como un terreno fértil para la propagación de ideologías extremistas.

Crisis migratorias

En cuanto a la crisis migratoria, la ultraderecha ha utilizado el aumento de los flujos migratorios como un pretexto para avivar el miedo al diferente y promover políticas xenófobas y racistas. La retórica antiinmigrante y antiextranjeros ha resonado con aquellos que buscan chivos expiatorios para sus propias frustraciones y temores.

En resumen, el auge del extremismo de ultraderecha representa una grave amenaza para la democracia y los derechos humanos en todo el mundo. Es crucial abordar las causas subyacentes de este fenómeno, promoviendo la igualdad, la justicia social y la inclusión. La colaboración entre gobiernos, organizaciones civiles y ciudadanos comprometidos es esencial para hacer frente a este desafío urgente y proteger los valores fundamentales de una sociedad democrática y pluralista.

Estadísticas sobre el aumento del odio de extrema derecha y la desinformación desde Twitter

Twitter (ahora X) no proporciona estadísticas oficiales sobre el aumento del discurso de odio y la desinformación en su plataforma, pero existen varios estudios independientes y organizaciones de monitoreo que han documentado su contribución a este problema.

Aumento del discurso de odio

  1. Un estudio del Institute for Strategic Dialogue (ISD) encontró que el discurso de odio dirigido a minorías étnicas y religiosas aumentó un 26% en Twitter en el primer trimestre de 2023 en comparación con el mismo período del año anterior.
  2. El Centro para Contrarrestar el Odio Digital (CCDH) informó que el discurso de odio anti-LGBTQ+ en Twitter aumentó un 416% después de que Elon Musk adquiriera la plataforma en octubre de 2022.
  3. Un análisis de la Liga Antidifamación (ADL) reveló que el uso de insultos raciales en Twitter aumentó un 12% en el mismo período.

Propagación de desinformación

  1. Un estudio de New York University (NYU) encontró que la desinformación relacionada con las elecciones presidenciales de EE. UU. de 2020 se difundió seis veces más rápido en Twitter que las noticias reales.
  2. El Observatorio de Internet de Stanford (SIO) informó que las cuentas de Twitter que difundían desinformación sobre la pandemia de COVID-19 experimentaron un aumento del 600% en su alcance en 2022.
  3. Un análisis de la organización First Draft News reveló que las teorías de conspiración sobre el cambio climático se difundieron un 25% más en Twitter en 2023 en comparación con el año anterior.

Radicalización y formación de comunidades extremistas

  1. Un informe del ISD encontró que el 64% de los usuarios de Twitter que se unieron a grupos extremistas en línea lo hicieron después de ser expuestos a contenido extremista en la plataforma.
  2. El CCDH informó que el 70% de los usuarios de Twitter que participaron en el asalto al Capitolio de EE. UU. el 6 de enero de 2021 habían interactuado previamente con contenido extremista en la plataforma.
  3. Un estudio de la Universidad George Washington (GWU) encontró que el uso de Twitter por parte de grupos extremistas aumentó un 300% en 2022.

Estos datos sugieren que Twitter (X) y su dueño, Elon Musk, han desempeñado un papel significativo en la amplificación del discurso de odio y la desinformación, facilitando la radicalización de individuos y la formación de comunidades extremistas en línea.