Interesa hacernos una imagen de la situación de Caamaño en los primeros días de su arribo a Cuba a finales de 1967. La vida de este hombre había experimentado un brusco cambio a raíz de su decisión de abandonar la agregaduría militar en la embajada dominicana en Londres.
En ese momento, en República Dominicana se carecía de información acerca de cuál era el estado personal y cuáles eran los planes del héroe de la guerra de abril de 1965. El diario que empezó a escribir a los pocos días de pisar tierra cubana despeja esas incógnitas de la manera más específica y concreta.
Desde la primera nota del Diario de Caamaño en Cuba(1967-1973), el viernes 3 de noviembre de 1967, observamos a un Caamaño muy distinto al conocido antes de su clandestino viaje a ese país. No es ya el agregado militar en Londres, el militar de carrera, coronel de la armada dominicana y el héroe de la revolución de abril.
El Caamaño que nos aparece en esa nota y en los demás apuntes de noviembre de aquel año es un Caamaño activo, pero más bien a la expectativa, tratando de saber qué hacer en la nueva situación a fin de decidir en términos operativos el curso de los planes que apenas había esbozado.
En definitiva, era un Caamaño nuevo que podría ser definido como aprendiz de un nuevo oficio: el de guerrillero. Pero también era un Caamaño que se encaminaba a cambiar sus esquemas ideológicos. En eso también era un aprendiz.
Y en ambas dimensiones, en la militar y en la política, tenemos a un Caamaño lleno de curiosidad y presto a desaprender su vida anterior y ,como su fuera un niño de escuela, partir de cero en sus nuevos aprendizajes.
Esa es la primera información que nos brinda ese diario, que en términos de datos y acontecimientos desglosamos a continuación.
Transcurren los días de ese Caamaño en Cuba ocupado en la tarea de informarse fin de asegurar las condiciones adecuadas para plasmar los objetivos que lo llevaron a ese país . Informarse en dos vías, a lo externo y a lo interno de Cuba.
En el primer caso, requiere información de sus amigos y familiares en República Dominicana; trata de contactarlos.
Dirige correspondencias a los hombres de confianza, antiguos compañeros en la guerra de abril de 1965. También a personalidades como Juan Bosch y Jottin Cury .
Busca asociar esa gente a su proyecto. Particularmente, busca reunirse con su mujer Vicenta Vélez y sus hijos en Cuba, pues para el desarrollo de sus planes necesitaba de un ambiente familiar.
De manera inmediata, espera la llegada de Jottin Cury a la isla, sumido en una serie de interrogantes sobre la estrategia a seguir en esos primeros momentos, las cuales necesitaba despejar urgentemente, como se observa en la nota dilemática del sábado 4 de noviembre de 1967 :
“Sobre llegada de compañero. J. Cury
1.- Tenemos dos alternativas, o fijamos que el enemigo tome la iniciativa sobre (desaparición) o la tomamos nosotros.
2.- Ganando tiempo podemos sacar de USA a los compañeros que queremos e incluir al compañero del Canadá.
3.- El enemigo puede hacer una de dos cosas.- O toma la iniciativa o se queda en espera de ver lo que hacemos.
4.- Conclusión:- ¿……?”
Ahí están sus dilemas: tomar la iniciativa o dejársela al enemigo en dos cuestiones : en cuanto a revelar lo relativo a su desaparición de Londres y en cuanto al curso a seguir en los planes en Cuba. Otro problema es como “ganar tiempo” al enemigo, reuniendo en Cuba a compañeros que residen en Estados Unidos y Canadá.
Ante esas disyuntivas Caamaño tenía más preguntas que respuestas. Pero, poco importaba, por el momento esa no era la vía principal para empezar a poner sus planes en práctica. informarse a lo interno de Cuba era lo que Caamaño más necesitaba.
Caamaño requiera tres informaciones de los cubanos : sobre el proceso revolucionario que ellos habían coronado con éxito; sobre el apoyo concreto que ellos podrían darles para sus planes ; sobre los dominicanos en Cuba en ese momento, en su mayoría vinculados al 14 de Junio, el PCD y el MPD.
Esas eran las vías más factibles y expeditas para empezar el desarrollo de sus planes. Así, la principal tarea de Caamaño en ese momento era reunirse con los responsables cubanos para informarse y compenetrarse con respecto a las experiencias políticas y guerrilleras de la revolución cubana.
Caamaño recibió el primer esbozo de las experiencias guerrilleras el martes 7 de noviembre de 1967, día en que, al parecer, tuvo la primera reunión de trabajo con los cubanos desde su llegada de Caamaño a Cuba ; específicamente con Jesús (seudónimo), el encargado de los asuntos dominicanos en el misterio de Interior del gobierno cubano.
Caamaño obtuvo de esas reuniones valiosas enseñanzas en relación con el tipo de combatientes y de organización que necesitaría , las cuales le fueron muy útiles en sus planes iniciales, como queda registrado en la siguiente nota del 7 de noviembre :
“ Sobre datos tomados y experiencias de la Revolución Cubana, según información de sus principales dirigentes:
- Es más importante la condición individual (cualitativamente) que la teoría pura y simple o que la cantidad de hombres a utilizar.
- Es más importante la voluntad desarrollada y la firmeza de carácter, así como la consistencia que el solo valor y agresividad.
- Los cuadros se van creando en el fragor de la lucha y las vicisitudes, no en la teoría.
- En la medida que crece el ejército revolucionario van surgiendo los cuadros, estos no deben exponerse constantemente en pequeñas operaciones, sino para grandes operaciones donde se necesita un mando de alta capacidad táctica.
- El miliciano debe de foguearse para conseguir su rápida incorporación al ejército revolucionario en formación.”
Junto con las averiguaciones de tipo militar Caamaño estaba interesado y ocupado en ese momento en conocer las experiencias políticas de los cubanos a través de sus contactos con los dirigentes al más alto nivel.
Y con ese propósito fue invitado por el mismo Fidel Castro a un tour por la isla, quien como ya habitual en él con los extranjeros, quería seducir a Caamaño mostrándole las grandes realizaciones de la revolución cubana.
Este fragmento de la extensa carta dirigida a familiares y compañeros en Santo Domingo, incluida en el diario el domingo 12 de noviembre, da cuenta de la situación personal de Caamaño en los primeros días de su llegada a Cuba; de su primer encuentro el 1 de noviembre de 1967 “con los compañeros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias que han sido designados para trabajar conmigo en todo lo que se refiere a la causa libertaria del pueblo dominicano”; y, principalmente, del recorrido junto a Fidel Castro el 3 de noviembre y de las experiencias cosechadas en torno a los logros de la revolución cubana:
“Estimados Compañeros
Primero que nada, un fuerte abrazo revolucionario. Recibí su mensaje, fue una grata sorpresa para mí que el compañero Jottin Cury analizara debidamente con ustedes mi paradero y este análisis diera por conclusión que yo estaba en la isla revolucionaria.
Paso de inmediato a tratarle los asuntos que son de interés para la causa revolucionaria de nuestro pueblo; y trataré de hacerles un resumen lo más exacto posible sobre todas las actividades que he desarrollado desde mi llegada a esta, así como los pasos y decisiones a tomar en el futuro inmediato.
Sobre mi viaje a esta, fue un éxito completo, pudimos burlar todos los servicios secretos de enemigo; llegando a esta el día 1-11-67 por la mañana. Inmediatamente después de mi llegada fue conducido a un lugar secreto, donde sostuve una amplia conversación con los compañeros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias que han sido designados para trabajar conmigo en todo lo que se refiere a la causa libertaria del pueblo dominicano. El día 3-11-67 fui conducido en avión al interior del país, donde sostuve una amplia entrevista con el comandante F.C., no entro en detalles sobre todo lo conversado puesto que necesitaría escribir muy largo sobre esto; sólo puedo decirles que pasé 3 días recorriendo junto con él y otros compañeros del C. Revolucionario una de las provincias de Cuba; les aseguro compañeros que el trabajo que desarrollan todos los cubanos para bien de su patria es la más grande experiencia que se puede recibir sobre la Revolución Cubana.
Mucho he aprendido de lo que es capaz un pueblo bien dirigido en una revolución triunfante. Después de este recorrido y todos los cambios de impresiones que pueden imaginarse sobre el caso de nuestro país, regresé a la Habana, donde sin pérdida de tiempo me he dedicado por entero a preparar proyectos y planes para el desarrollo inmediato.
Trataré de exponerlos con todo detalle.”
Estos enunciados expresan la admiración que Caamaño sentía, luego del tour con Fidel Castro, por la revolución cubana . Pero, sobre todo, sitúan el estado de su pensamiento en aquellos primeros días de su estadía en Cuba :
“les aseguro compañeros que el trabajo que desarrollan todos los cubanos para bien de su patria es la más grande experiencia que se puede recibir sobre la Revolución Cubana.”
“Mucho he aprendido de lo que es capaz un pueblo bien dirigido en una revolución triunfante.”
Si a estas expresiones políticas e ideológicas sumamos las relacionadas con lo militar, podemos concluir que desde su llegada a Cuba Caamaño asumió del modelo cubano en su totalidad.
Con esos aprendizajes se abría el primer tramo de esta historia recogida en el diario . Y, por tanto, lo que sucedió en Playa Caracoles en febrero de 1973 no fue un puro azar ni una simple aventura.