La construcción modular ligera, prefabricada y con cierto nivel de industrialización, ha tenido varios precedentes históricos destacados de los que, en este trabajo, se citan algunos de los más relevantes desde el punto de vista no solo histórico sino también constructivo y de prestaciones energéticas.
Para encontrar los orígenes de lo que sería la arquitectura modular y específicamente la arquitectura modular ligera primero habría que remontarse a los inicios registrados de la arquitectura prefabricada, cuyos orígenes se sitúan incluso antes de la mitad del siglo XIX.
Estos inicios se sitúan entre Inglaterra, Australia y Estados Unidos, siendo una de las primeras viviendas prefabricadas de las que se tiene constancia la Portable Colonial Cottage de Herbert Manning de 1833, fabricada en Gran Bretaña y siendo la madera, en todos los casos, el material predominante.
Para esas mismas fechas se desarrollaba en Estados Unidos el sistema del Balloon Frame, atribuido por algunos autores a Agustine Taylor en Chicago y por otros autores a George W. Snow en 1832.
Este sistema Balloon Frame y los sistemas de chapa ondulada, que permitían (ambos) un considerable nivel de prefabricación, fueron sin duda determinantes en la construcción de las viviendas que poblaron el oeste americano y hasta el Pacífico a causa de la fiebre del oro de la segunda mitad del siglo XIX.
Estos sistemas también contribuyeron al asentamiento de los colonizadores que llegaron a tierras australianas y sudafricanas.
Entrando ya en el siglo XX, las casas prefabricadas con los sistemas antes mencionados pasaron a ser productos de catálogo de firmas como la Sears o Roedbuck and Co. que con modelos con sistemas como el Balloon Frame llegó a comercializar hasta 100.000 viviendas en las primeras cuatro décadas del siglo XX a un coste por unidad que oscilaba entre los 650 y los 2.500 dólares americanos.
Todavía y más de 100 años de las primeras aproximaciones de arquitectura modular y ligera, no se puede hablar de un sector que suponga una decidida alternativa frente a la construcción tradicional. La industria del automóvil y aún más la industria aeronáutica son excelentes ejemplos para que la industria de la construcción tome nota.
Hasta la próxima.