Un equipo de profesionales de más de treinta universidades se ha tomado el trabajo de estudiar las tendencias relacionadas con la gestión de la comunicación en las empresas.
Pero no se trata de un equipo cualquiera. Estamos hablando de representación de 34 universidades y las principales asociaciones vinculadas a la comunicación corporativa, integrando a 1,134 profesionales de 20 países; con un alcance potencial de 20.000 profesionales de la comunicación estratégica y las relaciones públicas.
Aunque le estoy llamando equipo, en atención a que es así como opera, se trata del Latin American Communication Monitor (LCM), colectivo con una década de trabajo sistemático convertido en el mayor y más prestigioso estudio científico del campo de la comunicación estratégica y las relaciones públicas de América Latina.
El LCM forma parte del Global Communication Monitor, estructura impulsada por la European Public Relations Education and Research Association (EUPRERA), que en 16 años ha encuestado a cerca de 50,000 profesionales en más de 80 países.
De cara al 2024, el LCM ha publicado diez tendencias que marcarán la pauta en comunicación estratégica y relaciones públicas en la región. Entre otras, destaca el liderazgo empático, elemento clave en la gestión empresarial por su valioso rol para aumentar el compromiso, mejorar la salud mental y disminuir la rotación laboral.
En ese ámbito resulta útil recordar aquella primera alusión a “grupos de interés” o “stakeholders”, en la obra Strategic Management A Stakeholders Approach. (Freeman, 1984) El estudioso se refería a “cualquier grupo o individuo que puede afectar o ser afectado por el logro de los objetivos de la empresa”.
Conviene recordar, además, que uno de los principales stakeholders de cualquier organización es el talento humano interno; sencillamente, por ahí ha de comenzarse a valorar ese potencial para el éxito de cualquier emprendimiento. Como mayoritariamente se suele centrar la atención en los clientes, hasta que llega a ser demasiado tarde, una pregunta clave es ¿quiénes atienden a los clientes?
Quienes no se lo preguntan suelen estar “en Belén con los pastores” en cuanto a gestionar sus relaciones con ese público clave. Son empresas que cuando escuchan eso de “público” solo piensan en alguien que está allá, olvidando a quien está aquí. Por eso es cada vez más importante practicar, en los hechos, su visibilización y su inclusión. Ese público es clave para la concreción de los objetivos corporativos.
Bien sabido es que a la velocidad que todo va cambiando hay quienes pierden de vista la orientación. Pero en el caso de las empresas, no valen excusas; eso puede terminar de muy mala manera. La vieja práctica de hacer negocio hoy porque “lo seguro es lo traga’o” va quedando cada vez más en desuso. El asunto es que, de manera creciente, intangibles como la reputación de la marca y el capital humano son cada vez más valiosos para las empresas porque reflejan aspectos cruciales de su ventaja competitiva.
Vale detenerse en algunos datos que destaca el informe LCM: “El 81 % de las personas encuestadas ha experimentado empatía en sus líderes, y el 77 % nota un aumento en el último año. Las principales manifestaciones de empatía incluyen: atención y escucha (80%), preocupación por el bienestar de otras personas y mostrar sensibilidad y comprensión (79%) e identificar las fortalezas y limitaciones de quienes integran el equipo (79%)”. (LCM, 2023)
Pero no todos son buenos: “El 30 % planea cambiar de trabajo. En cuanto a la salud mental, el 72 % duda de la importancia de su labor, pero el 56 % se siente utilizado/a, aunque el 86 % se considera capaz de resolver problemas”. (LCM, 2023) ¿En cuál grupo ubicas a tu empresa?
En un entorno empresarial dinámico, la innovación, la calidad de la marca y la experiencia del personal son factores que suelen marcar la diferencia. Estos activos intangibles a menudo contribuyen de manera significativa al valor a largo plazo de una empresa, superando a los activos tangibles tradicionales.
Para muchas empresas se tratará de bla, bla, bla. Por fortuna, sigue tomando fuerza como tendencia una práctica sostenida en el liderazgo empático, como vía para que los colaboradores internos sean reales aliados en el logro de los objetivos empresariales.