El territorio de Sudán en África es de más de 2 millones de kilómetros cuadrados, ocupado por 60 millones de personas. A partir del 9 de julio de 2011 son dos países, de los cuales la llamada República de Sudán del Sur le correspondió ante el otro país -República de Sudán- una extensión territorial de 644 mil kilómetros cuadrados, que la ocupan 11 millones de personas.
En Sudán, principalmente en sur se localizan a las personas en el mundo que viven en las más precarias condiciones. De forma tal que la mayoría generalmente no alcanza los 55 años de vida; así como que los años esperados de escolaridad de las niñas y los niños corresponden sólo a 6, además de la inexistencia de la educación secundaria. No es casual que en cuanto al Índice de Desarrollo Humano-IDH- Sudán del Sur ocupe el último lugar entre 191 posiciones; también la República de Sudán se encuentra entre los países de IDH Bajo, ocupando el lugar 172.
Si bien Sudán logra su independencia del dominio anglo-egipcio en 1956 emergieron profundos conflictos con intensas y sangrientas guerras civiles: entre el sur habitado por múltiples etnias de creencias animistas y cristianas y el norte árabe y musulmán, dominante hasta la independencia de Sudán de Sur.
Más no fue lo dicho el fin de los conflictos, pues ya como Estados independientes al interior de los mismos se han presentado nuevas confrontaciones. En la actualidad exacerbadas en la República de Sudán con el enfrentamiento armado entre dos principales dirigentes militares a partir de marzo del presente año.
Al margen del real funcionamiento de un Estado democrático y la separación de los respectivos poderes, como acontece en las democracias maduras, es muy difícil avanzar en lo realmente trascendente que es el IDH.
Si observamos las democracias más desarrolladas conviven en ellas distintas creencias religiosas en lo cual el Estado se mantiene al margen; además que se ha ido expresando cómo personas de “razas” o etnias que no son mayoritarias han podido llegar a ser importantes figuras de esos Estados como sucedió con Barack Obama en los Estados Unidos y actualmente con el hindú Rishi Sunak primer ministro del Reino Unido.
Procurando ser lo más objetivo posible procede afirmar que lo logrado en las democracias más avanzadas ha sido el resultado de un muy dilatado proceso; pero que ese aprendizaje bien puede ser un efectivo referente para que el liderazgo más sensato de Sudán junto con la comunidad internacional, reduzca en su intensidad y tiempo tantas privaciones humanas y sufrimientos.
Es difícil y no menos complejo, pero posible.