Conocer el riesgo de inundación y sequía, así como los mecanismos de seguimiento y vigilancia para las alertas, difusión y comunicación de esos riesgos, la prioridad de instrumentalización de vigilancia y la disposición con las capacidades modernas se ponen a la orden.
Los sistemas de alertas tempranas de sequía e inundación son procedimientos que los actores de organismos de gestión de riesgos de desastres lo asumen desarrollando formas integrales las tecnologías.
El cambio climático no afecta de manera particular a una persona, o sector productivo, impacta a todos. En ese sentido, las estrategias y políticas para gestionar el riesgo de inundación y la sequía se empleen correspondiendo a la realidad del cambio climático.
Estamos en una emergencia climática permanente, con fenómenos climatológicos y meteorológicos extremos que se han vuelto y seguirán siendo intensos. De cara a esa realidad, los componentes de los sistemas de alertas tempranas tienen que desarrollarse con sus componentes, y cohesionadas para la atención a esas posibles emergencias.
Los mecanismos de vigilancia, previsión y predicción climatológico, evaluadores del riesgo de inundación o sequía, todos ellos dirigidos por las instituciones del sistema y expertos de las áreas.
Los fenómenos hidrometeorológicos hay que vigilarlos y monitorearlos desde su formación. Los que informan y comunican, a través de los medios de comunicación establecidos, emiten avisos y alertas antes de que ocurran los daños.
El operador de las emergencias define las acciones de preparación con los actores del sistema de emergencias y precisan las actividades anticipadas a realizar. Las acciones anticipatorias, aunque caen en el plano de la preparación, no son exclusivas de ese operador, pertenecen al actor que corresponda.
Se pueden elaborar protocolos de respuesta a inundación y sequía; sin embargo, la anticipación está asociada a un corto espacio de tiempo. Está relegada a un breve tiempo que hacen la diferencia. Orientan la actuación observando umbrales y detonantes que indican la gravedad del proceso y orientan que hacer frente al evento que se aproxima.
No es lo mismo una lista de chequeo con pasos a dar al momento de formarse un evento hidrometeorológico que tener protocolos ajustados a disparadores e indicadores que orienten sobre qué hacer antes del impacto de una lluvia o sequía.
Medidas de despliegues de los equipos técnicos, recursos, capacidades y logística que movilizan a personas, medios de vida, sectores privados, agencias y organizaciones no gubernamentales de desarrollo.
Para la articulación y movilidad de los programas sociales, tales como: transferencia de efectivo, bonos de alimentos, fondos para transportación, fortalecimiento de viviendas, cuidado, entre otros.
El enfoque de acciones anticipadas es una reacción que va de la mano con fondos preasignados que garanticen las operaciones de mitigación del impacto de un choque predecible. Son intervenciones de gestión de riesgo de desastres de corta duración.
Más de sesenta países en el mundo implementan proyectos de acciones anticipatorias coordinados por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), Programa Mundial de Alimentos (PMA) y otras agencias y organizaciones no gubernamentales.
Se proyecta desde esas iniciativas una armonización de protocolos estandarizados que incorporen detonantes que aumenten el conocimiento y evidencien que los sistemas de alertas tempranas, con sus acciones anticipatorias, son capaz de salvan vidas y proteger los medios de sostenimiento.