Cristian Javier

El no hit no run que (gracias al picheo combinado de los lanzadores dominicanos Cristian Javier, Bryan Abreu y Rafael Montero, y el gringo Ryan Pressly) los Astros de Houston propinaron a los Filis de Filadelfia en el cuarto juego de la Serie Mundial (el pasado miércoles 2 de noviembre), es apenas el segundo no hit no run en una Serie Mundial en toda la historia del beisbol de Grandes Ligas.

 

El primero fue el juego perfecto que Don Larsen lanzó con los Yankis de Nueva York contra los Dodgers de Brooklyn, el 8 de octubre de 1956. Y esta circunstancia la tomo de pretexto para traer por los moños y reproducir un artículo que escribí, el 16 de diciembre de 2001, en el inolvidable suplemento Biblioteca que editaba José Rafael Lantigua en el Listín Diario, titulado “Berra con Friedman y Drucker”, que decía así:

 

“En su brillante carrera de 18 años como catcher de los Yanquis de Nueva York, iniciada en 1946, Yogi Berra fue electo en tres ocasiones como el jugador más valioso (MVP) de la Liga Americana, participó en quince juegos de estrellas y en catorce series mundiales. En estas últimas jugó en 75 partidos y ostenta los récords de pelotero con más juegos, más turnos al bate, más hits y más dobles en toda la historia de las series mundiales, además de haber sido el catcher del juego perfecto lanzado por Don Larsen en 1956, único juego perfecto que ha tenido lugar en una Serie Mundial.

 

Al terminar su carrera como jugador activo, era el catcher con más jonrones en la historia de las Grandes Ligas (récord superado muchos años después por Johnny Bench). Luego de su retiro, Berra fue en varias ocasiones coach, y en otras manager, tanto de los Yanquis como de los Mets de Nueva York, y como tal apareció en otras siete series mundiales, totalizando una participación como jugador, coach y manager en 21 series mundiales. Fue inmortalizado en el Salón de la Fama de Cooperstown en 1972.

 

Además de su admirable carrera en el beisbol, Berra es famoso por sus célebres aforismos, denominados «berraísmos», muchos de los cuales suelen ser citados por figuras relevantes de la vida política, económica y cultural de los Estados Unidos, incluyendo a los presidentes Bush (padre e hijo), Reagan y Clinton. Algunos de esos aforismos son:

 

«El juego no termina hasta que se acaba».

 

«El beisbol es noventa por ciento mental; la otra mitad es física».

 

«Puedes observar mucho tan solo mirando».

 

«Cuando digo algo lo llaman berraísmo, pero si lo dice otro lo llaman genialidad».

 

«Yo no he dicho todo lo que he dicho».

 

Si alguien se pregunta qué diablos hace este artículo apareciendo en Biblioteca y no en las páginas deportivas, le contesto que Yogi Berra ha publicado tres libros autobiográficos, en los cuales escribe sus recuerdos, anécdotas, opiniones, filosofía de la vida, así como el origen de sus aforismos, y hasta sus conversaciones sobre tópicos ajenos al beisbol con pensadores y académicos de la talla del Premio Nóbel de Economía, Milton Friedman, y el gurú de la gerencia moderna, Peter Drucker, viejos amigos suyos.

 

Dichos libros, titulados It Ain’t Over (Harper Collins, New York, 1990, edición revisada y ampliada en 1997), The Yogi Book (Workman, New York, 1999) y When You Come to a Fork, Take It (Hyperion, New York, 2001), los adquirí el pasado octubre, cuando visité The Yogi Berra Museum and Learning Center, en el campus de Mountclair State University, New Jersey, y también los vi disponibles en varias librerías newyorkinas.

 

Si los trae en su idioma original cualquiera de nuestras librerías bilingües, o si alguna editorial se aloca y los traduce al español, o si usted puede obtenerlos por internet o en un viaje al extranjero, le recomiendo leer los libros de Yogi Berra, que para mí son más inspiradores y proporcionan más optimismo y felicidad que todas las tazas de sopa de pollo y chocolate caliente y que los mejunjes de los James Redfield, Paulo Coehlo, Carlos Cuauhtémoc Sánchez y comparsas”.