El 1 de diciembre de 1975 salieron de las prensas de la mítica Editora Taller, en la calle Arzobispo Meriño 360, quinientos ejemplares de un poemario que en un tris se grabó en el imaginario poético dominicano: “Con el tambor de las Islas”, de Manuel Rueda.
En menos de una semana el país cultural asumió con estupor, sorna y fiesta el poema más discutido, sufrido y convertido en todo un mito de la poética nacional: “Canon ex Única”. Fue tanto el ruido en las puertas del editor José Israel Cuello, que tijera en mano, los impresores comenzaron a desarrollar una tarea entre lo medieval y lo hollywoodense: extirpar las tres hojas de un poema que curiosamente estaba dedicado a otro poeta más que escandaloso y la primera víctima del opio, el sancristobalense Zacarías Espinal. De aquel holocausto solo se salvó un puñado de ejemplares. Desde entonces, todo buen bibliómano dominicano ha estado buscando, sin éxito, un ejemplar sin purgar de "Con el tambor de las islas".
Por suerte que uno de esas joyas fue a dar a la mano del poeta Enrique Eusebio (1948-2012), uno de los mayores representantes del Grupo La Antorcha. Con el surgimiento de Internet y el mundo virtual, Eusebio, en sus funciones de técnico en el Instituto Nacional de Bienestar Estudiantil (INABIE), comenzó a escanear y a su subir en formato pdf su rica biblioteca y a compartirla en el repositorio del INABIE. Cuán grande fue la sorpresa al poder acceder, más de treinta años después, a ese poema que al parecer se nos negaba y que hasta se cree que el mismo autor trataba de olvidar. (Tema pendiente con el albacea histórico del autor montecristeño, el editor e historiador literario Andrés Blanco, de quien esperamos que en algún momento suelte sus perlas sobre aquellos universos “ruedianos”.) Con la desaparición de Eusebio y la reordenación del espacio web de INABIE, también se esfumó aquella biblioteca virtual que tanto nos marcó al inicio de la Red.
“Canon ex Unica” es un poema demoledor sobre el establecimiento literario. Nunca antes -salvo el caso muy light de Juan Sánchez Lamouth en su poema de “Los poetas del Conde contra los poetas de la Parte Alta”-, un bardo se había enfrentado a un amplio conjunto del “orden de las letras”. Pero más que dardos de inquina, ahora lo podríamos asumir quevedianamente, con todo el desparpajo y la risotada que le exigía Nietzsche a los buenos pensantes.
Prueba de que tanto los supuestos agraviados como el poeta pasaron la página fue el levantamiento del mítico suplemento “Isla Abierta”, donde casi todos aquellos mencionados acabarían siendo regulares colaboradores.
Cincuenta años han pasado desde aquellas tijeras y escándalos, y justo es recuperar esos espacios de la imagen, por más seca que puede ser a nuestras gargantas.
Aquí comparto en formato pdf el poema “Canon ex Unica”. A la gran creatividad de Manuel Rueda es hora de hacerle justicia, y no sería fino seguir blandiendo aquellas tijeras. Si aquella editora quedaba en la Arzobispo Meriño 360, no sería tan mal dar un giro de 359 grados.
¡Salud a los lectores del gran autor que fue Manuel Rueda (1921-1999), ido ya hace 26 años, y que bien valdría leer de cabo a rabo!