La Educación Digital es un tema de referencia esencial para todos aquellos interesados en entender los retos y oportunidades que enfrenta la educación en la República Dominicana desde que el país es catalizado a través de la pandemia a un período de incertidumbre y cambio.
En un mundo post-pandémico donde la tecnología se ha convertido en una herramienta indispensable para la adaptación y resiliencia, el Manifiesto que publicamos el 25 de agosto de 2020, acerca de "La tecnología como medio para el presente y futuro de la educación en la República Dominicana" sigue siendo sumamente relevante.
Han pasado cerca de 30,576 horas desde su publicación y envío a varias entidades gubernamentales, y en este tiempo, se han acumulado datos que evidencian un aumento en el uso de las redes sociales en el país.
Aunque el crecimiento en el número de usuarios en plataformas como Facebook (con un total de 7,771,700 usuarios), Instagram (4,799, 500 usuarios), Messenger (6,210,900 usuarios) y LinkedIn (1,753,000 usuarios) es notable, este no es un indicador concluyente de la digitalización efectiva del país.
El incremento en el uso de dispositivos digitales no garantiza, por sí solo, la eliminación de la brecha digital. Además, introduce nuevos desafíos, como brechas en conectividad, contenido, experiencia de usuario, soporte y regulación.
El manifiesto aboga por una visión más transversal de la educación digital. Plantea que no basta con entregar dispositivos y esperar resultados. El acceso a plataformas y contenidos de calidad, junto con una conectividad sólida, son elementos cruciales para el aprendizaje efectivo.
Además, es necesario tener en cuenta las distintas realidades socioeconómicas, para no adoptar un único modelo educativo digital que no satisfaga las necesidades de todos.
La propuesta de estandarizar y liberar "la ruta del conocimiento" permitiría a emprendedores y padres acceder y desarrollar contenidos educativos que estén alineados con un plan educativo unificado. De esta forma, se puede personalizar la educación sin desviarse de un estándar de calidad.
En cuanto a la ciberseguridad y la ciudadanía digital, el Manifiesto enfatiza la responsabilidad y la ética en el uso de la tecnología. La digitalización sin una conciencia ciudadana adecuada puede resultar peligrosa, tanto para el individuo como para la sociedad. Por tanto, las políticas públicas deben reflejar estos riesgos y ofrecer educación en este aspecto.
El documento también aborda la importancia de evitar soluciones apresuradas que puedan resultar costosas y poco efectivas a largo plazo. Propone, en su lugar, un enfoque gradual y holístico, que tenga en cuenta diversas estrategias y medios de comunicación como la radio y la televisión, alineándolos con un mapa de desarrollo humano.
Finalmente, una clave esencial para el progreso es la resiliencia. El Manifiesto desafía la mentalidad de que ciertas estrategias o programas no son aplicables en el contexto dominicano. Insiste en que la nación tiene los recursos y la capacidad para abordar los desafíos de manera global.
En resumen, el manifiesto ofrece una hoja de ruta completa para el desarrollo de una estrategia de educación digital en la República Dominicana. Nos recuerda que la digitalización no es una panacea; es un proceso que requiere un análisis cuidadoso, planificación y, sobre todo, la voluntad para adaptarse y evolucionar.
Las 30,576 horas transcurridas desde su publicación deberían servir como un llamado a la acción y reflexión, motivándonos a no permanecer estáticos, sino a avanzar hacia un futuro educativo más inclusivo y efectivo.