El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha rechazado recibir la visita en Kiev de su homológo alemán, Frank-Walter Steinmeier, por sus vínculos con el gasoducto germano-ruso Nord Stream, puntal de la actual dependencia energética germana de Moscú.
Steinmeier tenía el propósito de viajar a la capital ucraniana junto con el presidente polaco, Andrzej Duda, según informaciones del diario alemán "Bild".
La idea había partido de Duda, que quería sumar a la misión a los presidentes de los países bálticos, y debía concretarse hoy, en el transcurso de la visita oficial del presidente alemán a Varsovia.
Sin embargo, de acuerdo con ese rotativo, Zelenski declinó recibirle a causa de los vínculos pasados de Steinmeier con la construcción de ese gasoducto.
El propio presidente alemán reconoció hacia unas semanas su "error" de apreciación, por haber defendido en sus tiempos como ministro la necesidad de llevar adelante ese proyecto.
Steinmeier fue ministro de la Cancillería bajo el socialdemócrata Gerhard Schröder, entre 1999 y 2005, y luego titular de Exteriores de la conservadora Angela Merkel, entre 2005 y 2009 y también entre 2013 y 2017.
En su primer periodo, el entonces canciller Schröder y su aliado político, el presidente ruso Vladímir Putin, suscribieron el acuerdo para la construcción del primer gasoducto, que entró en funcionamiento en 2011.
Dicho acuerdo se selló en 2005, unos meses antes de dejar el poder Schröder, quien luego se puso al frente del consejo de Nord-Stream, puesto que sigue ocupando.
En 2011, tras entrar en funcionamiento el primer gasoducto, se acordó construir el Nord Stream 2, para incrementar el transporte directo de gas ruso a Alemania a través del Báltico.
Ese segundo proyecto se mantuvo en pie por decisión de Merkel y sus socios de entonces, los socialdemócratas de Steinmeier, pese a la anexión de Crimea, en 2014,
El actual canciller, Olaf Scholz, suspendió la licencia para la puesta en marcha del segundo gasoducto tras la invasión rusa de Ucrania, el pasado 24 de febrero.
Sin embargo, rechaza un embargo inmediato de las importaciones de gas de Rusia a causa de su fuerte dependencia energética de Moscú.
Tanto Ucrania como Polonia han criticado esta posición alemana, de la que responsabilizan tanto a Schröder, como impulsor del acuerdo, como a Merkel, por extenderlo, y a Scholz, por no decidirse a romper esos vínculos.