Rusia negó hoy haber atacado la central nuclear ucraniana de Zaporiyia, la más grande de su tipo en Europa, con tanques, artillería y cohetes, y denunció que el incidente en esta instalación fue una "provocación" llevada a cabo por un grupo de sabotaje ucraniano.
"El objetivo de la provocación del régimen de Kiev en esta instalación nuclear radicó en el intento de acusar a Rusia de crear una fuente de contaminación radiactiva", denunció el portavoz del Ministerio de Defensa ruso, Igor Konashenkov.
Según el militar, las tropas rusas controlan la ciudad de Energodar y la central nuclear de Zaporiyia, que continúa funcionando normalmente, desde el pasado 28 de febrero.
"El 4 de marzo, cerca de las 2.00 de la madrugada (…) una patrulla rusa fue objeto de un ataque de un grupo de sabotaje ucraniano. Con el objetivo de provocar el fuego contra el edificio, los efectivos fueron atacados desde las varias ventanas del centro de formación de la central", explicó el militar ruso.
Konashénkov indicó que los militares rusos respondieron al ataque de "los saboteadores ucranianos", a los que acusó de iniciar el incendio en su retirada, hecho que calificó como "una monstruosa provocación".
"La reacción inmediata de (el presidente ucraniano, Volodímir) Zelenski sobre la supuesta amenaza a la central nuclear y sus conversaciones con Washington y Londres no dejan lugar a dudas", afirmó, al señalar que el objetivo era culpar a Rusia de una fuga radiactiva.
Konashénkov indicó que esto es un testimonio de "un plan criminal del régimen de Kiev" o una muestra de que Zelenski ha perdido "el control de los grupos de sabotaje con participación de mercenarios extranjeros".
El incendio en el centro de formación de la central nuclear abarcó una superficie de 2.000 metros cuadrados y fue apagado en horas de la madrugada por los bomberos ucranianos.
El ministro de Energía de Ucrania, Herman Galuschenko, acusó al Ejército ruso de atacar la central y advirtió que el mundo está al borde de la mayor catástrofe nuclear en la historia de uso pacífico de la energía atómica.
Por su parte, Zelenski se dirigió hoy a Europa para pedirle que "despierte ya" ante el "terrorismo nuclear" de Rusia, tras acusar a las fuerzas rusas de atacar la central nuclear, lo cual habría ocasionado una desconexión de los reactores nucleares.
El presidente se dirigió a todos los ucranianos y europeos, que, dijo, conocen perfectamente la palabra "Chernóbil", en referencia a la mayor catástrofe nuclear de la historia ocurrida el 26 de abril de 1986.
"Rusia quiere repetir esto y lo está repitiendo, pero seis veces más", dijo, en referencia al número de unidades que hay en la central nuclear de Energodar, en la región de Zaporiyia.
Konashénkov negó, en cambio, que el incidente afectase el funcionamiento de la planta nuclear.
"En estos momentos el personal de la central nuclear de Zaporiyia continúa trabajando con normalidad, da servicio a las instalaciones de la planta y vigila la situación radiológica", dijo, al destacar el "el fondo radiactivo en la zona de la central nuclear es normal".
La ONU denuncia que atacar una central nuclear es ilegal e irresponsable
Los ataques a una central nuclear, como el lanzado por las fuerzas rusas contra la planta ucraniana de Zaporiyia, son contrarios a las normas internacionales y una gran irresponsabilidad, según denunció este viernes la jefa de Asuntos Políticos de la ONU, Rosemary DiCarlo.
"Las operaciones militares alrededor de instalaciones nucleares y otras infraestructuras civiles no son sólo inaceptables, sino altamente irresponsables", dijo DiCarlo al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, reunido de urgencia para discutir el ataque ruso a Zaporiyia, en el sureste de Ucrania.
La responsable de la ONU subrayó que los ataques contra centrales nucleares violan la ley humanitaria internacional y urgió a las partes a trabajar con el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) para garantizar la seguridad de la planta y permitir que personal de esa agencia pueda viajar a Ucrania para trabajar con los reguladores.
"Ucrania conoce demasiado bien la devastación que un gran accidente nuclear puede causar. El desastre de Chernóbil en 1986 es un duradero ejemplo de por qué es vital asegurar que todas las plantas nucleares tienen los estándares más altos de seguridad", señaló DiCarlo.
"Se deben hacer todos los esfuerzos para evitar un incidente nuclear catastrófico", insistió la diplomática, que alabó al personal ucraniano de Zaporiyia por asegurar el funcionamiento seguro de la planta en medio de esta crisis.
Según la agencia nuclear de la ONU, el ataque contra la instalación no provocó escapes radiactivos a pesar de que un edificio de la instalación llegó a incendiarse como consecuencia de los ataques.