Australia prohibió el uso del programa chino de inteligencia artificial DeepSeek de todos los dispositivos del gobierno por los "riesgos de seguridad" que aseguró plantea esta aplicación.
"Después de analizar las amenazas y riesgos, hemos determinado que el uso de productos, aplicaciones y servicios web de DeepSeek plantean un nivel inaceptable de riesgos de seguridad para el gobierno australiano", afirmó en una directiva la secretaría del Departamento de Asuntos Internos, Stephanie Alentar.
A partir del 4 de febrero de 2025, los productos de DeepSeek deben ser "eliminados" de todos los sistemas y de dispositivos móviles del gobierno de Australia, declaró en una orden el Departamento.
DeepSeek irrumpió en el mercado emergente de la inteligencia artificial en enero con un programa conversacional competitivo, el R1, similar al que ofrecen plataformas estadounidenses, pero a una fracción del costo.
Pero DeepSeek, con sede en la ciudad oriental china de Hangzhou -conocida como el "Silicon Valley chino", empezó también a preocupar a las autoridades de todo el mundo, además de desatar el pánico en Wall Street.
Taiwán prohibió a los trabajadores del sector público y de infraestructuras críticas usar el robot conversacional de la compañía china, alegando que es un peligro para la seguridad nacional.
Otros países como Corea del Sur, Irlanda, Francia e Italia expresan su preocupación en materia de protección de datos y sobre qué información se utiliza para entrenar al sistema de IA.
La autoridad italiana de protección de datos personales (GPDP), por ejemplo, envió varias preguntas a la empresa china sobre el uso de datos personales para su robot conversacional. También indagó sobre si los datos "son almacenados en servidores ubicados en China".
– Tensiones entre China y Australia –
Desde la irrupción de DeepSeek en el panorama mundial de la IA, el ministro australiano de Industria y Ciencia, Ed Husic, instó a los usuarios a tener "mucho cuidado".
"Quedan muchas preguntas por responder sobre calidad, preferencias de los consumidores, gestión de datos y privacidad", declaró Husic a la televisión nacional ABC.
"Los chinos son muy buenos desarrollando productos que funcionan muy bien" y el mercado chino "está acostumbrado a su relación con los datos y la privacidad", dijo.
Pero "en cuanto exportas tus productos a mercados donde los consumidores tienen expectativas diferentes en cuanto a privacidad y gestión de datos, la cuestión es si estos productos se adoptarán de la misma manera", añadió.
Las disputas tecnológicas y comerciales entre China y Australia se remontan a hace años, cuando ambos países vivieron su peor crisis de relaciones en décadas.
En 2018, Australia excluyó al gigante chino de las telecomunicaciones Huawei de su red nacional 5G por motivos de seguridad nacional.
Pekín se indignó por la decisión de Canberra de exigir una investigación sobre los orígenes de la pandemia de covid-19, surgida en China.
La guerra comercial entre Canberra y Pekín, de millas de millones de dólares, acabó por enfriarse a finales del año pasado, cuando China levantó su última barrera, la prohibición de importar langostas de roca vivas australianas.