Los países árabes pidieron hoy un cese inmediato de la escalada entre Israel y las milicias palestinas de Gaza, objetivo por el que Egipto dijo que mantiene contactos a nivel internacional.
En paralelo, Irán y los grupos chiíes pro iraníes, el libanés Hizbulá y los hutíes del Yemen, manifestaron abiertamente su apoyo a las milicias palestinas contra el Estado judío.
La Liga Árabe, integrada por 22 Estados, advirtió en un comunicado que "el ciclo de enfrentamientos armados entre palestinos e israelíes aleja a la región de cualquier oportunidad real de lograr la estabilidad o la paz en un futuro próximo".
El secretario general del organismo panárabe, Ahmed Abulgheit, llamó a "frenar inmediatamente las operaciones militares en Gaza", tras recordar que "había advertido repetidamente de que la adopción por Israel de políticas violentas y extremistas equivale a una bomba de tiempo".
Según el último recuento de víctimas, más de 100 personas han muerto en Israel, y más de 900 resultaron heridos, por el ataque sorpresa lanzado por tierra, mar y aire desde la Franja de Gaza por el grupo islamista Hamás.
En respuesta, Israel declaró el estado de guerra e inició una serie de bombardeos aéreos en Gaza, donde fuentes sanitarias palestinas informaron de la muerte de al menos 198 personas y 1.160 heridos.
Egipto, firmante de la paz en 1979 con Israel y mediador clave entre este país y Palestina, dijo que mantiene "contactos intensos" que "se centran en partes internacionales influyentes para garantizar esfuerzos unificados y consistentes (…) y prevenir que la situación esté fuera de control".
El ministro egipcio de Exteriores, Sameh Shokri, abordó "los esfuerzos para frenar la escalada" con sus homólogas de Francia y Alemania, Catherine Colonna y Annalena Baerbock, respectivamente, así como con el alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, según sendos comunicados de su departamento.
Shokri mantuvo contactos similares con sus homólogos de Jordania, Ayman al Safadi, y Emiratos Árabes Unidos, Abdala bin Zayed, cuyos países firmaron la paz con Israel en 1994 y 2020.
Egipto, entre otros actores, como Catar, lideró los esfuerzos de mediación en mayo pasado para una tregua entre Israel y las milicias palestinas de Gaza tras cinco días de una intensa escalada que dejó al menos 35 muertos, la inmensa mayoría gazatíes, así como cuantiosos daños en el empobrecido enclave.
Catar, principal apoyo árabe a los palestinos, responsabilizó hoy por su parte "únicamente a Israel" de la nueva escalada debido a "sus continuas violaciones de los derechos del pueblo palestinos", si bien pidió a las dos partes ejercer "la máxima contención".
Postura similar expresó el Gobierno iraquí, liderado por el primer ministro chií Mohamed Shia al Sudani, al considerar que "las operaciones que hoy lleva a cabo el pueblo palestino son un resultado natural de la opresión sistemática a la que ha sido sometido a manos de la ocupación sionista".
Llamó también a que la Liga Árabe celebre una reunión de emergencia "para discutir la peligrosa situación en los territorios palestinos", ya que "afectará la estabilidad de la región".
La postura más radical la expresó Irán, un país no árabe pero que lidera el islam chií, cuyo Gobierno "felicitó a la gran nación Palestina y a todos los grupos antisionistas por la operación Tormenta de Al Aqsa", lanzada por Hamás contra Israel, según la agencia de noticias iraní ISNA.
El grupo chií libanés Hizbulá también pidió, en un comunicado, apoyo "árabe e islámico" a las milicias palestinas, e instó a los grupos de "la resistencia" a "una unidad de campo con sangre, palabra y obra" contra el Estado judío.
En Yemen, los rebeldes hutíes chiíes, que desde 2014 controlan Saná y amplias regiones del norte y centro del país, convocaron una manifestación de miles de sus simpatizantes en la capital yemení, para mostrar su apoyo a Hamás.