La extrema derecha quedó primera este 30 de junio en la primera vuelta de unas elecciones legislativas cruciales en Francia, seguida de cerca por la izquierda del Nuevo Frente Popular, mientras que las fuerzas de centroderecha de Emmanuel Macron llegan en tercer lugar. En muchas circunscripciones se dan entonces las llamadas triangulares, en las que tres candidatos pueden ir a la segunda vuelta. La pregunta ahora es si los candidatos que quedaron terceros van a retirarse de la contienda para luchar contra la ultraderechista Agrupación Nacional (RN), y la respuesta no es siempre clara.
Pocos minutos después de que se anunciaran los resultados, Jean-Luc Mélenchon, el líder de La Francia Insumisa (LFI), miembro del Nuevo Frente Popular, se congratuló de la puntuación obtenida por la alianza de izquierdas. "La formación del Nuevo Frente Popular en apenas 24 horas, sus candidaturas conjuntas en primera vuelta, su programa compartido y hoy el salto de participación han evitado la trampa" de la disolución, dijo el dirigente, para quien la única opción será sobre todo un duelo entre "el Nuevo Frente Popular o RN".
En el caso de una triangular en la que un candidato de izquierda haya quedado tercero y el candidato de Agrupación Nacional (RN) sea el primero, "retiraremos nuestra candidatura, sea donde sea, en todas las circunstancias". "Ni un voto, ni un escaño más para el RN", dijo. "Nuestras instrucciones son claras, nuestras instrucciones son simples", añadió Mélenchon. "Todos deben tomar una posición, comprometerse y convencer a quienes los rodean", argumentó.
El oficialismo, más tibio
Sin embargo, el oficialismo se muestra reticente a retirarse para luchar contra la extrema derecha. El presidente francés llamó a una alianza "amplia" contra la extrema derecha, "claramente demócrata y republicana", durante la segunda vuelta, sin un llamado claro y priorizando así una política de caso por caso.
"Esta noche no es una noche como cualquier otra, la lección de esta noche es que la extrema derecha está a las puertas del poder", advirtió por su parte el primer ministro Gabriel Attal, considerando que el objetivo ahora es "evitar que Agrupación Nacional tenga mayoría absoluta en la segunda vuelta, que domine la Asamblea Nacional y por lo tanto que gobierne el país con el desastroso proyecto que es el suyo".
"Ni un solo voto debe ir a Agrupación Nacional en tales circunstancias. Francia merece que no dudemos. Nunca", continuó, pidiendo "el deber moral de hacer todo lo posible para evitar que suceda lo peor", sin por lo tanto llamar claramente a votar por la izquierda si el caso se presentara.
Anunció que los candidatos de la unión presidencial Juntos que quedaron terceros y "cuyo mantenimiento hubiera llevado a la elección de un diputado de Agrupación Nacional" tendrán que retirarse para apoyar a "otro candidato que, como nosotros, defiende los valores de la República". Si bien no mencionó cuál sería la posición oficialista en caso de que el candidato restante fuera de izquierda, Attal consideró que el Nuevo Frente Popular "no tendrá mayoría absoluta" y que la presencia de LFI en esta alianza "le ha impedido ser una alternativa creíble para gobernar".
"Diferencia entre los opositores políticos y los enemigos de la República"
Sin embargo, la candidata de Juntos en la primera circunscripción del departamento de Somme, Albane Branlant, que quedó tercera por detrás del candidato del RN y del diputado saliente, François Ruffin (NFP), anunció que se retiraba "ante el riesgo de la Agrupación Nacional". "Yo hago una diferencia entre los opositores políticos y los enemigos de la República", dijo la candidata.
El partido de derecha Los Republicanos (LR), que se dividió en dos a mediados de junio cuando su presidente Éric Ciotti decidió pactar con Agrupación Nacional, rechazó por su parte llamar a un aislamiento de la extrema derecha. "No damos consigna de voto", dijo la dirección del partido.
Con AFP y medios locales