Israel bombardeó este martes la Franja de Gaza de norte a sur en su ofensiva contra el movimiento islamista Hamás, pese a los llamamientos internacionales para alcanzar una tregua tras casi ocho meses de guerra.
El conflicto estalló el 7 de octubre, cuando comandos islamistas mataron a 1.194 personas, en su mayoría civiles, en el sur de Israel, según un balance de AFP basado en datos oficiales israelíes.
Los milicianos también secuestraron a 251 personas. Israel afirma que 120 siguen cautivas en Gaza, de las cuales 41 habrían muerto.
En respuesta, Israel prometió "aniquilar" a Hamás y lanzó una ofensiva aérea y terrestre que dejó hasta el momento 36.550 muertos en Gaza, según el Ministerio de Salud del gobierno de Hamás.
Tras casi ocho meses de conflicto, nada parece apuntar avances en el plan para un alto el fuego presentado el viernes por el presidente estadounidense, Joe Biden, y que según él fue propuesto por los israelíes.
La oficina del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, anunció el martes por la noche que el gabinete de guerra estaba reunido, sin otros detalles.
– Propuesta "parcial" –
El proyecto de tregua, que cuenta con el "pleno" apoyo del G7 de las mayores potencias occidentales, prevé un alto el fuego de seis semanas y una retirada de las fuerzas israelíes de las zonas densamente pobladas de Gaza, así como la liberación de algunos rehenes, sobre todas las mujeres y enfermos, y de prisioneros palestinos detenidos por Israel.
En una fase ulterior, el plan incluye el establecimiento de un alto el fuego "permanente", siempre y cuando Hamás "cumpla sus compromisos", según Biden.
Pero la oficina de Netanyahu indicó el lunes que el borrador presentado era "parcial" e indicó que Israel proseguiría la ofensiva hasta alcanzar "todos sus objetivos", incluyendo la "destrucción" de Hamás y el regreso de "todos los rehenes" secuestrados el 7. de octubre.
Catar, que actúa como mediador en la guerra, indicó este martes que esperaba una "posición clara" de Israel sobre el proyecto. Asimismo, recordó que Hamás todavía no anunció su postura sobre ese plan.
El presidente francés, Emmanuel Macron, exhortó al grupo islamista, catalogado como organización "terrorista" por Israel, Estados Unidos y la Unión Europea, a aceptar la propuesta.
Netanyahu, que lidera un frágil gobierno de coalición que suele ser descrito como el más derechista de la historia del país, se enfrenta a crecientes presiones.
Familiares de los rehenes se manifiestan a favor de una tregua, pero los aliados de extrema derecha de Netanyahu amenazan con dinamitar el gobierno si esto se concreta.
Los dos partidos ultraortodoxos judíos que también forman parte del ejecutivo, Shass y Judaísmo Unido de la Torá, afirmaron en cambio que apoyan la propuesta, para que los rehenes puedan ser liberados.
En una entrevista con la revista Time publicada el martes, Biden dijo que existían "motivos" para concluir que Netanyahu estaba prolongando la guerra por su propia supervivencia política.
"Hay muchas razones para que la gente llegue a esa conclusión", dijo durante la entrevista, que se realizó antes de que el viernes revelara el plan de tregua.
– "Aguas residuales" –
Las fuerzas israelíes penetraron el 7 de mayo en la ciudad de Rafah, donde según la ONU vivían 1,4 millones de palestinos, en su gran mayoría desplazados desde otras zonas de Gaza por la guerra.
A causa de esta operación, un millón de personas se vieron forzadas a huir de nuevo.
La ofensiva contra Rafah, criticada por la comunidad internacional, agravó la crisis humanitaria en el territorio, pues llevó al cierre del paso fronterizo con Egipto, crucial para el suministro de ayuda internacional.
La representante de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para el Mediterráneo Oriental, Hanan Balkhy, dijo el martes a la AFP que los habitantes de Gaza se ven obligados a beber aguas residuales ya comer pienso. Gaza necesita "paz, paz, paz" y un aumento de la ayuda humanitaria, insistió desde Ginebra.
Entre las ruinas de Jan Yunis, los desplazados tratan de salir adelante. "No hay agua potable. Ni siquiera hay un vendedor de agua en la calle. No hay ni agua de mar", dijo a la AFP uno de los desplazados, Said Ashour.