Israel provocó el desplazamiento forzado de unos 4.000 palestinos en Cisjordania y Jerusalén Este ocupados durante 2023, reveló este martes OCHA, la agencia humanitaria de la ONU, que asegura se trata de la cifra más alta de desplazados en la zona que ha registrado.
"En 2023, alrededor de 4.000 palestinos fueron desplazados debido a políticas y prácticas implementadas por las autoridades israelíes o colonos israelíes" en los territorios ocupados de Cisjordania y Jerusalén Este, indicó la agencia en un informe.
"Estas son las cifras más altas que OCHA haya registrado jamás de palestinos desplazados en un año", tras haber documentado sistemáticamente el desplazamiento de palestinos desde 2009, añadió.
Un total de 1.325 palestinos, de los cuales 645 son niños, fueron desplazados cuando las autoridades israelíes demolieron o los obligaron a demoler sus casas, ya sea alegando falta de permisos de construcción emitidos por Israel o por motivos punitivos, señala el informe.
En tanto, las cada vez más numerosas y violentas operaciones del Ejército israelí en Cisjordania causaron la destrucción de 222 estructuras, lo que derivó en el desplazamiento de 921 palestinos, incluidos 394 niños.
En tanto, la violencia de los colonos israelíes y las restricciones de acceso aplicadas a los palestinos, incluso en tierras de pastoreo de la zona C de Cisjordania -bajo control militar y administrativo de Israel-, ocasionaron que 1.539 palestinos, entre ellos 756 niños, abandonaran sus hogares.
Y en el área de Hebrón, incluyendo las comunidades desérticas de Masafer Yatta, en el sur de Cisjordania, al menos 200 palestinos, entre ellos 82 niños, fueron desplazados principalmente por el aumento de las restricciones de movimiento impuestas por las fuerzas israelíes.
"Estas acciones, cometidas por las autoridades israelíes o con su aprobación o aquiescencia para obligar a los palestinos a abandonar sus hogares y tierras (…) plantean riesgos de desplazamiento forzoso, lo cual está prohibido por el derecho internacional humanitario", subraya OCHA.
Cisjordania e Israel viven su mayor espiral de violencia desde la Segunda Intifada (2000-05), y en lo que va de 2024 al menos 81 palestinos han muerto por fuego israelí, según el recuento de EFE, mientras 2023 fue el año más letal en dos décadas con más de 520 muertos.
De los palestinos muertos el año pasado, al menos nueve perdieron la vida por ataques de colonos israelíes, según cifras de OCHA.
Del lado israelí, han muerto seis personas en lo que va de este año en ataques palestinos, además de una soldado en una redada en Yenín, un bastión de milicias en el norte de Cisjordania.
El Ejército israelí ya había incrementado sus incursiones en Cisjordania ocupada en 2022, y las intensificó al estallar la guerra en la Franja de Gaza el 7 de octubre, dando lugar al peor ciclo de violencia en territorio palestino desde hace más de dos décadas.
En tanto, el gobierno de Israel, el más derechista de la historia del país con algunos de sus miembros abiertamente antiárabes, promueve una política de expansión de colonias y de profundización de la ocupación en los territorios palestinos.
Israel se hizo con el control de Cisjordania y Jerusalén Este en la Guerra de los Seis Días de 1967 y, desde entonces, mantiene un régimen de ocupación militar y colonización sobre este territorio.