El papa Francisco rezó este domingo por las víctimas del atentado en Moscú que dejó al menos 133 muertos tras la misa del Domingo de Ramos en el Vaticano y denunció un ataque "cobarde".
El Pontífice presidió la misa del Domingo de Ramos, que abre las intensas actividades de Semana Santa, ante una multitud de cerca de 25.000 fieles.
Pero Francisco, que tiene una salud frágil, habló con una voz débil y entrecortada y no pronunció la homilía, como estaba previsto, aunque parecía de buen humor y sonriente.
El jesuita argentino está aquejado por varios problemas de salud, fue sometido a una operación abdominal en 2023, tiene problemas crónicos de rodillas y ha sufrido varias infecciones respiratorias en los últimos meses.
El año pasado Francisco se ausentó por primera vez del tradicional Vía Crucis del Viernes Santo, una de las fechas más importantes del calendario de la Iglesia católica debido a que estaba convaleciente tras ser ingresado en un hospital y el clima fue inusualmente frío.