El secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, afirmó este viernes que los ejercicios militares de China en el estrecho de Taiwán son "acciones provocativas" y suponen una "escalada significativa" que "no tienen justificación" y recalcó que Washington nunca ha querido "provocar una crisis".
"China ha elegido sobreactuar. No hay justificación para esta respuesta extrema y desproporcionada", dijo Blinken durante una rueda de prensa en Nom Pen, donde participa hasta hoy en la reunión ministerial de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático.
Blinken insistió en que "no hay justificación" para los ejercicios militares chinos a raíz de la visita a la isla el miércoles de la presidenta de la Cámara de Representantes de EE.UU., Nancy Pelosi, que ha sido el tema candente de los encuentros celebrados estos días en la capital camboyana.
Según el secretario de Estado de EE.UU. China usó la visita de Pelosi, de la que estaba avisada, "como pretexto para incrementar su actividad militar provocadora" en el estrecho de Taiwán y sus alrededores.
El Ministerio de Defensa de Taiwán denunció que buques y aviones de guerra del Ejército de Liberación Popular (ELP) de China cruzaron este viernes la línea media del Estrecho de Taiwán, que funciona como una frontera no oficial pero tácitamente respetada por China y Taiwán, isla autogobernada cuya soberanía Pekín reclama.
Los ejercicios militares, que se desarrollan en seis zonas alrededor de la isla, cercándola en la práctica, han incluido prácticas de tiro de largo alcance con misiles convencionales, además del despliegue aéreo de cazas y bombarderos.
Blinken aseguró que EE.UU. nada ha cambiado en su política con respecto a Taiwán y que no persigue un cambio en el "statu quo" de la isla ni apoya su independencia.
Taiwán, con quien EE.UU. no mantiene relaciones oficiales, es uno de los mayores motivos de conflicto entre China y EE.UU., debido sobre todo a que Washington es el principal suministrador de armas de la isla y sería su mayor aliado militar en caso de conflicto bélico con el gigante asiático.
China insiste en "reunificar" la República Popular con la isla, que se gobierna de manera autónoma desde que los nacionalistas del Kuomintang (KMT) se replegaran allí en 1949 tras perder la guerra civil contra los comunistas y continuaran con el régimen de la República de China, que culminó con la transición a la democracia en la década de 1990.
La Casa Blanca convoca al embajador chino por la tensión en torno a Taiwán
La Casa Blanca convocó este jueves al embajador de China en Washington, Qin Gang, para condenar las medidas "de provocación" tomadas por Pekín contra Taiwán y reiterar que Estados Unidos no quiere una crisis en la región, según informes de prensa.
El portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby, aseguró en una declaración publicada por The Washington Post que la convocatoria del diplomático se produjo después de que las autoridades chinas hubieran comenzado sus maniobras con fuego real en torno a Taiwán, en respuesta a la visita a la isla de la presienta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi.
Pelosi visitó el pasado miércoles Taiwán pese a las protestas de Pekín, que respondió con el comienzo de unos ejercicios militares con fuego real que han provocado el cierre del espacio marítimo y aéreo en seis zonas de la isla, que ha quedado prácticamente bloqueada.
“Tras las acciones de China durante la noche, convocamos al embajador Qin Gang a la Casa Blanca para protestar por las acciones de provocación de la República Popular China”, dijo Kirby, que consideró "irresponsables" las "acciones militares" de la República Popular China.
El portavoz aseguró que para la Casa Blanca, la respuesta de China a la visita de Pelosi a Taiwán, una isla que Pekín considera una provincia rebelde, es "irresponsable y contraria" a su objetivo de "mantener la paz y la estabilidad en el Estrecho de Taiwán”.
La Casa Blanca también reiteró al embajador Qin que su política de reconocimiento de "una sola China" sigue inamovible, así como su intención de mantener abiertas todas las líneas diplomáticas de comunicación.
En el marco de las maniobras militares chinas, que se están desarrollan por mar y aire, Japón denunció que cinco misiles balísticos disparados por Pekín cayeron en aguas de su zona económica exclusiva, algo que no había ocurrido hasta ahora.