“El Gobierno de Israel no se esconde. Habla abiertamente sobre una limpieza étnica”, señala en una entrevista con EFE el periodista y documentalista australiano Antony Loewenstein para explicar las bases de su trabajo de investigación 'El laboratorio palestino', un recopilatorio de declaraciones y pruebas sobre acciones israelíes en Palestina.
“Esto es lo que significa una ocupación, por naturaleza es brutal e inmoral. Lo que pasa no es solo el brutalismo hacia los palestinos, sino que la moral de los israelitas también es corrupta. Según la opinión pública, a los palestinos no se les ve como iguales. La vida de los judíos importa más”, explica el periodista judío.
'El laboratorio palestino' recoge declaraciones y pruebas sobre cómo el sector de defensa de Israel utiliza el territorio palestino para probar sus armas y tecnologías de vigilancia, transformando lugares como Cisjordania en un laboratorio de violación de derechos humanos.
Loewenstein (Melbourne, 1974) indica que muchas grandes potencias compran sus armas en Israel, ya que “admiran” su forma de “acabar con el terrorismo”: “Lo ven como un modelo a seguir”.
“Muchos líderes judíos son unos fanáticos del genocidio que creen no solo que los palestinos no deberían estar ahí, sino que apoyan abiertamente la limpieza étnica”, puntualiza.
La cifra de muertos en la guerra que Israel mantiene en la Franja de Gaza alcanza los 29.606 fallecidos, en su mayoría mujeres y niños, junto a más de 69.737 heridos, según el Ministerio de Sanidad gazatí, controlado por el grupo islamista Hamás.
“En los últimos cuatro meses, Israel ha probado sus armas en Gaza, promocionando sus armas alrededor del mundo y afirman que así es como se libra una guerra contra el terrorismo”, denuncia.
La 'culpabilidad' por el Holocausto
Tras su trabajo de investigación y la publicación de su obra, Loewestein llegó a la conclusión no solo de la brutalidad del conflicto y la deshumanización hacia los palestinos, sino que también “los judíos israelitas cada vez estarán más inseguros”.
“Con todo el sueño del sionismo, los judíos nunca vamos a estar a salvo en Europa, porque siempre va a haber alguien que odie a los judíos, que nos haga sentir inseguros, que nos ataquen o que nos maten”, expresa.
En algunas partes de Occidente, explica Loewenstein, la población siente “cierta culpa” por el Holocausto, por lo que la presión internacional para ponerle fin al conflicto no está tan presente.
“Creo que existe un racismo profundo entre muchas de las elites políticas y mediáticas occidentales, que francamente piensan que, debido al Holocausto, los judíos esencialmente obtienen un pase libre, que son la víctima final y, por lo tanto, los palestinos casi tienen que sufrir por la seguridad judía”, analiza el escritor.
“Naciones Unidas está rota, mira todos los conflictos que hay. Y está rota porque se diseñó tras la Segunda Guerra Mundial y el mundo ahora no es el mismo”, aclaró el periodista.
Una póliza de seguro masiva
La industria armamentística de Israel, según Loewenstein, ha dado una “póliza de seguro masiva” a muchas naciones que han comprado armas y estas “son menos propensas a criticar seriamente a Israel porque dependen de las armas y la vigilancia israelí”.
“El conflicto sólo acabará con una presión internacional masiva a Israel”, concluye el periodista, recalcando que la situación actual es un “lugar muy oscuro”. (Andrea Sanz Yus/EFE)