La imagen de decenas de personas tomando baño de noche en la playa de Ipanema, abarrotada incluso después de la puesta de sol, se ha vuelto una costumbre en los últimos días de este febrero. Muchos cariocas y turistas se lanzan al agua intentando encontrar un alivio al fuerte calor, que no da tregua. Incluso un bar de Río de Janeiro ha decidido innovar y ofrece un servicio inusitado: cubos llenos de hielo para que los clientes puedan refrescarse los pies.
Gran parte de Brasil vive una ola de calor sin precedentes y con posibilidades escasas de lluvia.
En algunos lugares, la sensación térmica puede llegar a 50°C según el Instituto Nacional de Meteorología (Inmet), pero varios medios de comunicación locales hablan de hasta 70ºC, basándose en una proyección del Grupo de Climatología Aplicada al Medio Ambiente de la Escuela de Ingeniería de São Carlos de la Universidad de São Paulo (USP).
En Río de Janeiro, la temperatura rondará los 40ºC sin mucha posibilidad de escape, ya que está previsto que la ola dure hasta el 21 de febrero. Las regiones del sudeste y del nordeste de Brasil también enfrentarán altas temperaturas por lo menos hasta el 18 de febrero de 2025 y podrían batir récords de calor en febrero, según datos de Climatempo.
En São Paulo, la ciudad más populosa del país tropical, se esperan récords de calor para los días 13 y 14 de febrero. El pronóstico indica temperaturas máximas de hasta 35C°, superando la marca de 33,9C° registrada el 22 de enero, que era el récord anterior para 2025 y para todo el verano.
“Brasil vive un verano marcado por condiciones climáticas extremas en todas sus regiones”, advierte María Clara Sassaki, portavoz de Tempo OK. Esta experta destaca que esta tendencia se viene observando desde finales de enero y principios de febrero, lo que ha llamado la atención de los profesionales de la meteorología y el medio ambiente.
Los meteorólogos explican que ese fenómeno es consecuencia de un bloqueo atmosférico en la región central del país. Los bloqueos atmosféricos son sistemas de alta presión que se instalan en niveles medios de la atmósfera e intensifican la circulación del aire de arriba a abajo. La consecuencia es un aumento de las temperaturas. Además, impiden la formación de grandes nubes de lluvia.
Récords de calor a lo largo y ancho de Brasil
El 21 de enero Niterói, una ciudad de 481.000 habitantes situada en frente de Río de Janeiro, fue declarada la más caliente de Brasil por el Instituto Nacional de Meteorología (Inmet). Desde entonces, muchas ciudades están reivindicando este triste récord.
La situación es crítica, como demuestra un informe publicado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en el que señala que enero de 2025 fue el primer mes del año más caluroso registrado, con la temperatura global 1,75º por encima de los niveles preindustriales. Este valor supera significativamente el límite de 1,5º establecido por el Acuerdo de París en 2015 para contener los efectos del cambio climático. Esa anomalía es atribuida principalmente a la quema de combustibles fósiles.
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“Enero de 2025 es otro mes sorprendente, que continúa con los récords de temperatura observados en los últimos dos años, a pesar del desarrollo de las condiciones de La Niña en el Pacífico tropical y su efecto de enfriamiento temporal sobre las temperaturas globales”, señala Samantha Burgess, líder estratégica del clima en Copernicus, el servicio climático europeo.
Lidiar con el calor excesivo
Mientras tanto, los médicos ya han empezado a alertar sobre los riesgos de esta ola de calor intensa y prolongada.
Recuerdan que existe riesgo para la vida humana cuando la temperatura corporal medida en la axila supera los 40°C.
De hecho, el Instituto Nacional de Meteorología ha lanzado una alerta de riesgo por el calor excepcional en el Estado de Rio Grande do Sul, donde ya se registran 10 días consecutivos de calor intenso. Por esta razón, las autoridades locales decidieron atrasar el regreso de las clases en las escuelas públicas, aunque la Justicia anuló la orden judicial este 12 de febrero.
El 75% de los colegios no tienen aire acondicionado, según la Secretaría de Educación.
Rio Grande do Sul disputa con Río de Janeiro el título de epicentro del calor en Brasil. Las temperaturas extremas también elevan el riesgo de incendios.
En Quaraí, una ciudad en la frontera entre Brasil y Uruguay, el fuego destruyó varias propiedades. Solo en febrero, al menos 2.500 hectáreas fueron calcinadas. Los incendios no sólo afectan a las zonas rurales, sino también a las zonas urbanas. Cabe recordar que esta región fue devastada por lluvias torrenciales en mayo del año pasado, causando al menos 183 muertes.
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El calor excesivo parece haberse convertido en un patrón climático en el gigante latinoamericano. Más de seis millones de brasileños estuvieron expuestos al calor intenso en 2024, según datos del Instituto Nacional de Investigación Espacial del Brasil (Inpe).
Calor y mortalidad
El Ministerio de Sanidad señala que, en los últimos 10 años, alrededor de 60 personas han muerto a causa del calor. Sin embargo, los expertos explican que la cifra no es confiable porque no existe ningún mecanismo en el sistema para monitorear específicamente las muertes relacionadas con el calor. Temen que haya muchos casos de subnotificación.
Las personas con comorbilidades y los ancianos corren mayor riesgo
Recientemente, una investigación realizada por la Secretaría de Salud de Río de Janeiro estableció una relación directa entre el calor excesivo y una mayor mortalidad, especialmente entre personas mayores con enfermedades como diabetes, hipertensión, insuficiencia renal, Alzheimer e infecciones del tracto urinario.
En casos extremos, el riesgo de muerte puede duplicarse. “Nuestro cuerpo activa mecanismos de defensa contra el calor y esto puede provocar, por ejemplo, una falta de suministro de sangre a los órganos vitales. Esto puede suceder incluso a los más jóvenes, pero las personas con comorbilidades y los ancianos corren mayor riesgo”, explica Gislani Mateus, superintendente de Vigilancia de la Salud de la Secretaría de Salud.
En este escenario, los expertos aconsejan aumentar la ingesta de agua o zumos de frutas naturales, sin azúcares añadidos; consumir alimentos ligeros como frutas y ensaladas, así como frutas y verduras en abundancia; usar ropa ligera y fresca; evitar las bebidas alcohólicas y con alto contenido de azúcar; evitar la exposición directa al sol, especialmente entre las 10:00 y las 16:00, y las actividades físicas al aire libre; intentar permanecer en lugares ventilados y tener cuidado con los choques térmicos.
Por su parte, el Instituto Nacional de Meteorología prevé que, tras la ola prolongada de calor, puedan producirse tormentas, lluvias intensas y lluvias acumuladas con el riesgo de inundaciones, como viene aconteciendo en São Paulo desde hace varios días.
El verano de 2025 va camino a convertirse en un periodo infernal para muchos brasileños.