Este 14 de febrero, las autoridades de Múnich, Alemania, informaron que un ciudadano afgano admitió haber sido el autor del atropellamiento ocurrido un día antes que dejó al menos 36 personas heridas, dos en estado crítico, incluida una menor de dos años. Entretanto, el fiscal del caso señaló que el sospechoso habría tenido motivaciones de extremismo "islamista", pero indicó que no hay pruebas de que el hombre estuviera involucrado con alguna red radical.

El atropellamiento se produjo el 13 de febrero, cuando el atacante, identificado como un joven de 24 años de origen afgano, embistió con un mini cooper una manifestación de trabajadores de la empresa Verdi. Fue detenido poco después por la Policía.

Las autoridades informaron este viernes 14 de febrero que la cifra de heridos ascendió a 36 personas, de las cuales, dos se encuentran en estado crítico, una de ellas es una niña de dos años. Otras ocho personas se encuentran en estado grave y diez en gravedad mediana. 

El detenido admitió su culpabilidad en el atropellamiento.

"Ayer, en el marco del interrogatorio, ha admitido que embistió deliberadamente contra los participantes de la manifestación. Para ello ha aducido una justificación que yo resumiría como religiosa", afirmó la fiscal de la Central para la Lucha contra el Extremismo y el Terrorismo, Gabrielle Tilmann.

Tilmann también indicó que su oficina ha detectado indicios de una “motivación extremista”. La fiscal reveló que el sospechoso dijo “Allahu Akbar”, o “Dios es grande”, a la Policía y luego rezó tras su arresto, lo que llevó a un departamento que investiga el extremismo y el terrorismo a hacerse cargo del caso de inmediato.

Sin embargo, la funcionaria aseguró que aún no existen respuestas concluyentes. Por el momento, se sabe que el atacante dejó un mensaje de despedida a un familiar antes de cometer el atropellamiento, pero no se han hallado indicios de que hubiera actuado en colaboración con otros individuos.

El vicepresidente de la oficina regional de investigaciones criminales, Guido Limmer, afirmó que se está evaluando la posibilidad de una "una orientación islamista" del sospechoso, sobre quien por el momento no se han hallado indicios de que actuara vinculado a un grupo organizado.

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El atacante no era un solicitante de asilo

Otras informaciones nuevas surgieron en torno al atacante. Aunque inicialmente la Policía aseguró que se trataba de un solicitante de asilo de 24 años cuya petición había sido rechazada por las autoridades alemanas y que tenía un historial delictivo, el detenido se encontraba legalmente en Alemania, trabajaba como dependiente en una tienda y no contaba con antecedentes penales.

Las autoridades habían asegurado el día anterior que el sospechoso había llegado a Alemania en 2016 y que había recibido un permiso de residencia luego de que su solicitud de asilo fuera rechazada. 

De acuerdo a lo informado por la fiscal Tilmann, el detenido era activo en las redes sociales y se definía en estos espacios como ‘bodybuilder’ y modelo de ‘fitness’. También publicaba contenidos de materia religiosa. Cuando fue detenido, gritó Allahu Akbar (Dios es el más grande).

La migración, un tema de alta tensión en Alemania

El ataque se produce en un momento en que la política alemana está virando hacia un endurecimiento de las políticas migratorias, en medio de un avance de la extrema derecha y de diversos ataques contra población por parte de ciudadanos extranjeros, hechos que han sido aprovechados por la ultraderecha para escalar su retórica antiinmigrante.

El centroderechista Friedrich Merz, de la Unión Demócrata Cristiana, es el favorito de las encuestas para las elecciones del 23 de febrero. El líder político, junto a sus socios de la Unión Socialcristiana de Baviera, impulsó a finales de enero medidas para limitar drásticamente las solicitudes de asilo de migrantes en el país. 

La medida fue altamente polémica porque para lograr los votos necesarios en la votación contó con el apoyo del ultraderechista Alternativa para Alemania, implicado en distintos escándalos por presunta apología al nacismo y partido al que históricamente los partidos políticos habían aplicado un “cortafuegos” para impedir su ascenso al poder. 

En los últimos meses y años diversos atentados han hecho de la migración un tema sensible en el país. Uno de ellos se produjo en diciembre en un mercado navideño en Magdeburgo, donde murieron seis personas, y otro, semanas atrás, cuando un atacante con cuchillo mató a una niña de dos años y a un adulto en Aschaffenburg.

Con AP y EFE