Este domingo, 22 de diciembre, el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, advirtió que Estados Unidos está siendo estafado en el Canal de Panamá por los altos precios que hay para el tránsito fluvial. Trump agregó que si la situación no cambia, él exigirá el regreso del control del canal a Washington. Por su parte, el presidente panameño respondió que el cruce es "panameño y lo seguirá siendo".
Este domingo Donald Trump, el presidente electo de Estados Unidos, hizo una serie de polémicas declaraciones sobre el Canal de Panamá, asegurando incluso que su país está siendo estafado por las tarifas que cobra el cruce fluvial.
Frente a una multitud de sus seguidores, el republicano afirmó: “nos están estafando en el Canal de Panamá como nos están estafando en todas partes”, remarcando que el Canal es “crucial para el comercio estadounidense y el rápido despliegue de la Marina”.
Según Trump, las tarifas que cobra Panamá son “sumamente injustas” y no tienen en cuenta “la extraordinaria generosidad” que tuvo Washington al cederle “tontamente” el control del canal.
Por ello, el presidente electo advirtió: “si no se respetan los principios, tanto morales como legales, de este magnánimo gesto de generosidad, exigiremos que el Canal de Panamá sea devuelto a Estados Unidos”.
“Por lo tanto, funcionarios de Panamá, les pido que se guíen en consecuencia”, continuó.
Trump agregó que no permitirá que el paso cayera en “manos equivocadas”, haciendo referencia a la posible influencia de China en el cruce.
Beijing no controla ni gestiona el canal, aunque una subsidiaria de CK Hutchison Holdings 0001.HK, con sede en Hong Kong, ha administrado durante mucho tiempo dos puertos ubicados en las entradas del canal en el Caribe y el Pacífico.
Todas estas palabras, dichas en un foro de la organización ultraconservadora Turning Point en Phoenix (Arizona), son la continuación de una serie de críticas hechas por Trump el sábado en sus redes sociales sobre el funcionamiento de la vía fluvial.
Panamá responde
Tras las acusaciones del presidente electo estadounidense, José Raúl Mulino, jefe de Estado panameño, aseguró también este domingo que el canal “es panameño y lo seguirá siendo”.
Puntualmente, en una declaración de video difundida por el Gobierno de Panamá, Mulino afirmó: "compatriotas, como presidente quiero expresar de manera precisa que cada metro cuadrado del Canal de Panamá y sus zonas adyacentes es de Panamá y lo seguirá siendo. La soberanía e independencia de nuestro país no son negociables".
Por su parte, el canciller panameño, Javier Martínez-Acha Vásquez, compartió la intervención de Mulino en su cuenta de X y escribió que “la soberanía nacional no es negociable”. “Como país, garantizamos su operación neutral y eficiente, en beneficio del mundo, pero siempre bajo el control panameño”, agregó el funcionario.
Diversos sectores del espectro político panameño también reaccionaron a las declaraciones de Trump y le exigieron al Gobierno de Panamá que defienda la soberanía del canal.
Por ejemplo, la diputada del partido opositor Movimiento Otro Camino (MOCA, por sus siglas), Grace Hernandez, señaló que “el Gobierno tiene el deber de defender” la autonomía de Panamá “como país independiente”.
"La diplomacia exige firmeza ante declaraciones lamentables", agregó Hernandez.
¿Qué es el canal de Panamá?
Es un paso fluvial que permite el cruce de hasta 14.00 barcos por año entre los océanos Pacífico y Atlántico, representa el 2,5% del comercio marítimo mundial y es fundamental para las importaciones de países como Estados Unidos, que trae automóviles y bienes comerciales en buques desde Asia; también sirve para el tránsito de las exportaciones estadounidenses de materias primas.
Fue construido por Estados Unidos, país que lo inauguró en 1914 y lo administró hasta el 31 de diciembre de 1999, cuando le traspasó el control al Estado panameño. Esta transferencia del poder del canal quedó pactada en los Tratados Torrijos-Carter firmados el 7 de septiembre de 1977 en Washington, suscrito por el entonces presidente de Panamá, Omar Torrijos (1929-1981) y su homólogo estadounidense, Jimmy Carter (1977-1981).
Aún no se sabe cómo ni cuándo podría intentar Trump recuperar el dominio del cruce y, si lo intentase, no estaría cobijado bajo ningún recurso del derecho internacional para hacerlo.
¿Una iniciativa recurrente?
No es la primera vez que el presidente electo tiene una idea semejante de expansión territorial.
En las últimas semanas, sin determinar la seriedad de sus declaraciones, Trump ha reflexionado en repetidas ocasiones sobre la posibilidad de convertir a Canadá en un Estado de Estados Unidos.
Al mismo tiempo, durante su primer mandato (2017-2021), el magnate republicano manifestó su interés en comprar Groenlandia, un territorio autónomo de Dinamarca. Antes de que pudiera entablar cualquier conversación o negociación, las autoridades danesas rechazaron cualquier posibilidad públicamente.
Con EFE y Reuters