El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, terminó el sábado 30 de noviembre una breve visita a Estados Unidos para expresarle al presidente electo Donald Trump su preocupación por los anuncios de potenciales alzas arancelarias para los productos de su país.
"Fue una conversación excelente", dijo el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, a periodistas el sábado mientras salía de un hotel en West Palm Beach para volar de regreso a su país tras reunirse con el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump.
Probablemente para intentar evitar un futuro relacionamiento hostil a nivel económico con Estados Unidos, Trudeau hizo una visita sorpresa a la propiedad del magnate republicano en el estado de Florida (sureste).
Este sábado, Trump publicó en la plataforma Truth Social que había tenido "una reunión muy productiva" con Trudeau.
El magnate republicano detalló que habían discutido temas como "la crisis del fentanilo y las drogas que ha diezmado tantas vidas como resultado de la inmigración ilegal". Resaltó que Trudeau "se ha comprometido" a trabajar en conjunto "para poner fin a esta terrible devastación de las familias estadounidenses".
Trump causó pánico el lunes 25 de noviembre al anunciar que impondría aranceles del 25% para las importaciones de México y Canadá, y del 10% a los bienes provenientes de China.
Este sábado redobló la apuesta y amenazó con imponer aranceles de 100% a los países del grupo BRICS si tratan de terminar con el dominio del dólar.
"Pedimos que se comprometan (…) a no crear nunca una nueva moneda de los BRICS, y a no respaldar a ninguna otra moneda para reemplazar al potente dólar estadounidense, o enfrentarán aranceles de 100%", escribió Trump en Truth Social, en referencia a este bloque que incluye a Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, entre otros.
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Preocupación global
Trudeau es el más reciente invitado de alto perfil y el primero del G7 de las principales economías en reunirse con Trump.
La reunión, que no había sido anunciada, incluyó una cena en la propiedad de Trump en Mar-a-Lago, poco después de los recientes anuncios del presidente electo, quien prometió fijar nuevos aranceles a importaciones canadienses así como para las de México, su otro socio comercial norteamericano en el acuerdo T-MEC, y China.
Los vecinos de Estados Unidos están preocupados por los adelantos de eventuales medidas que planifica la administración Trump y pretenden mitigar el impacto de las amenazas arancelarias.
Antes de volver a la Casa Blanca, el expresidente (2017-2021) ya ha empezado a opacar los últimos meses de la administración del demócrata Joe Biden.
Una fotografía publicada por el senador republicano electo por el estado de Pensilvania, David McCormick, mostró a Trump y Trudeau juntos en la mesa, rodeados de una docena de invitados, entre ellos Howard Lutnick, el designado por el próximo presidente como secretario de Comercio, y Mike Waltz, su elección para asesor de Seguridad Nacional.
El líder republicano acusó a sus vecinos y socios de no hacer suficiente para frenar la "invasión" de drogas a Estados Unidos, "en particular de fentanilo", así como de migrantes indocumentados.
Biden advirtió el mismo día que el anuncio de Trump podría "arruinar" las relaciones de Washington con Ottawa y Ciudad de México. "Es contraproducente", estimó el mandatario.
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Rechazo total
Para Canadá, nuevos aranceles significan un alto riesgo.
Más de tres cuartas partes de las exportaciones de ese país, unos 423.000 millones de dólares, fueron a Estados Unidos el año pasado, y unos dos millones de empleos canadienses dependen del comercio con su vecino.
Una fuente del gobierno canadiense dijo a la AFP que Canadá está considerando posibles aranceles de represalia contra Estados Unidos, de imponerse las decisiones de Trump a partir del 20 de enero cuando asuma la Presidencia.
Algunos analistas han sugerido que la amenaza arancelaria de Trump podría ser una fanfarronada o una salva inicial para abrir futuras negociaciones comerciales.
Durante el primer mandato de Trump, Estados Unidos impuso aranceles del 25% a las importaciones de acero y del 10% a las de aluminio, a lo que Ottawa respondió marcando derechos aduaneros para ciertos productos del país vecino.
Independientemente del tratado de libre comercio de América del Norte (T-MEC), Donald Trump hizo de los aranceles aduaneros la columna vertebral de su política económica durante su reciente campaña electoral.
El miércoles habló con la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, pero su llamada telefónica generó interpretaciones divergentes.
Trump aseguró que su homóloga había acordado "detener la inmigración ilegal" hacia Estados Unidos. Sin embargo, Sheinbaum lo contradijo y recordó que la posición de México "no es cerrar las fronteras".
También amenazó con aumentar los aranceles aduaneros mexicanos sobre los productos estadounidenses.
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