El Ejército sirio envió refuerzos al noroeste y lanzó ataques aéreos este domingo, 1 de diciembre, en un intento por frenar a los rebeldes que tomaron la ciudad más grande del país, Alepo, y ahora apuntan a Hama, punto estratégico en su camino a Damasco. Irán se comprometió a ayudar a contrarrestar la ofensiva, que deja hasta el momento más de 400 muertos, según una ONG.
El Ejército sirio envió refuerzos y atacó la ciudad de Idlib este domingo, en un intento de impedir que los insurgentes siguieran avanzando tras tomar Alepo y lugares estratégicos circundantes en una provincia adyacente en una ofensiva sorpresa.
Los insurgentes liderados por el grupo Hayat Tahrir al-Sham (Organismo de Liberación del Levante, en español) tomaron la mayor parte de Alepo el sábado y afirmaron haber entrado en la ciudad de Hama. Pero, no hay confirmación independiente sobre ello.
Hama: "la prueba de fuego"
Hama, situada a unos 100 kilómetros al sur de Alepo, es el sitio que la coalición de yihadistas y rebeldes se han marcado como nuevo objetivo de su ofensiva relámpago por el noroeste sirio, Y para analistas, su eventual toma por los rebeldes será una 'prueba de fuego" para el Gobierno sirio.
"La prueba de fuego es Hama porque, mientras Alepo estaba un poco separada de las zonas de control del régimen, Hamá está rodeado de zonas que el régimen controla, y es donde tiene algún tipo de apoyo popular. Si Hama cae, como Alepo, estaríamos hablando de una posibilidad de una caída del régimen", dijo a France 24 el analista y politólogo Farid Kahhat.
La rápida y sorpresiva ofensiva ha sido un gran golpe para el presidente sirio Bashar al-Assad y plantea interrogantes sobre la preparación de sus tropas. También se produce en un momento en que los aliados del presidente Bashar Al-Assad -Irán y los grupos que respalda y Rusia- están preocupados por sus propios conflictos.
La cifra de víctimas mortales por los enfrentamientos ya supera los 400 desde que los rebeldes iniciaron esta ofensiva, el 27 de noviembre, contra Al-Assad, según datos del Observatorio Sirio de Derechos Humanos, una ONG con sede en Reino Unido.
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Irán reafirma su respaldo a Al-Assad
Por su parte, el ministro iraní de Asuntos Exteriores, Abbas Araghchi, viajó a Damasco, capital de Siria, a última hora de este domingo.
Araghchi declaró a la prensa que Teherán respaldará al Gobierno y al Ejército sirios. Los líderes árabes, entre ellos el rey Abdullah II de Jordania y el presidente de Emiratos Árabes Unidos, el jeque Mohammed bin Zayed Al Nahyan, expresaron su solidaridad con Damasco en sendas llamadas a Al-Assad.
Por su parte, Turquía, uno de los principales apoyos de los grupos rebeldes, afirmó que sus esfuerzos diplomáticos no habían logrado detener los ataques del Gobierno sirio contra zonas controladas por la oposición en las últimas semanas.
Funcionarios de seguridad turcos afirmaron que se había planeado una ofensiva limitada de los rebeldes para detener los ataques del Gobierno y permitir el regreso de los civiles, pero la ofensiva se amplió cuando las fuerzas gubernamentales sirias comenzaron a retirarse de sus posiciones.
La insurgencia, liderada por el grupo yihadista salafí Hayat Tahrir al-Sham y que incluye a combatientes respaldados por Turquía, lanzó su ofensiva el miércoles con un ataque en dos frentes contra Alepo y la zona de Idlib, antes de avanzar hacia la provincia de Hama. En la provincia de Alepo, tomaron una ciudad estratégica situada en la autopista que une Alepo con Damasco y la costa.
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El coronel Hassan Abdulghani, comandante rebelde, declaró que, pese a la contraofensiva gubernamental, sus combatientes estaban logrando avances en Alepo. Afirma que tomaron el control de Sheikh Najjar, también conocida como la Ciudad Industrial de Alepo, la academia militar y la escuela de artillería de campaña.
El insurgente agregó que 65 soldados sirios fueron hechos prisioneros en el este de Alepo.
En otros lugares, explicó que los rebeldes avanzaron en el campo de Idlib, poniendo toda la provincia bajo su control.
El enviado especial de Naciones Unidas para Siria afirma que el empuje de choque de los rebeldes supone un riesgo para la seguridad regional y llamó a reanudar los esfuerzos diplomáticos para poner fin al conflicto.
“He advertido repetidamente de los riesgos de una escalada en Siria, de los peligros de la mera gestión del conflicto en lugar de su resolución”, señaló Geir Pedersen en un comunicado. Añadió que la realidad es que ninguna parte o agrupación de actores sirios puede resolver el conflicto por medios militares.
La respuesta de Bashar Al-Assad
Según la agencia de noticias estatal siria, SANA, y un observador de la guerra, durante la noche el Ejército hizo retroceder a los insurgentes en la zona rural del norte de la provincia de Hama.
Por su parte, los medios de comunicación estatales sirios dijeron que el reabastecimiento del Gobierno incluyó equipo pesado y lanzacohetes, mientras que los ataques aéreos sirios y rusos tuvieron como objetivo depósitos de armas y bastiones insurgentes.
El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos afirmó que los refuerzos gubernamentales habían creado una “fuerte línea defensiva” en el norte de la campiña de Hama. La televisión estatal siria afirmó que las fuerzas gubernamentales habían matado a casi 1.000 insurgentes en los últimos tres días, sin aportar pruebas ni detalles.
No obstante, los ataques aéreos del Gobierno en Idlib el domingo mataron al menos a tres civiles, entre ellos dos niños, e hirieron a otros 11, aseguró la Defensa Civil Siria, conocida como los Cascos Blancos, que opera en las zonas controladas por la oposición. Entre los objetivos se encontraba el Hospital Universitario de Alepo, en el centro de la ciudad, aunque no se supo si hubo víctimas.
Los insurgentes han prometido avanzar hasta Damasco, pero la vida en la capital siria hasta ahora ha seguido normal, sin signos de pánico.
En sus primeros comentarios públicos desde el inicio de la ofensiva, difundidos por la agencia estatal de noticias el sábado por la noche, Al-Assad expresó que Siria seguirá “defendiendo su estabilidad e integridad territorial contra los terroristas y sus partidarios”.
El presidente sirio añadió que es capaz de derrotarlos por mucho que se intensifiquen sus ataques.
La batalla de 2016 por Alepo fue un punto de inflexión en la guerra entre las fuerzas gubernamentales sirias y los combatientes rebeldes después de que las protestas de 2011 contra el Gobierno de Al-Assad se convirtieran en una guerra total.
Tras parecer que los rebeldes perdían el control del país, la batalla de Alepo afianzó a Al-Assad en zonas estratégicas de Siria, mientras que las facciones de la oposición y sus partidarios extranjeros controlaban zonas de la periferia.
¿Han entrado los kurdos a la escena?
Fuentes de seguridad turcas filtraron a varios medios de su país la existencia de combates entre las milicias kurdosirias que combaten contra los islamistas en una tenue alianza con Damasco en zonas al norte de Alepo, después de que el Gobierno de Al-Assad comenzase "a transferirles territorios".
Según las filtraciones de Turquía, país que está enfrentado a estos grupos que califica de terroristas, numerosos kurdos habrían cruzado al este del río Éufrates (frontera de la zona dominada por los kurdos en el país árabe) y "han comenzado a desplegar armamento pesado perteneciente a la organización".
Estos combates, siempre según la fuente turca, habrían impedido a los kurdos que hagan un corredor desde la ciudad estratégica de Tel Rifaat hacia sus zonas en el noreste sirio.
En este marco, las fuerzas islamistas ofrecieron a los kurdosirios que aún permanecen en algunos barrios de Alepo salir con "con sus armas" hacia el noreste de Siria, ya que su lucha es contra "el régimen criminal de Al-Assad" y las milicias iraníes.
Por su parte, los kurdos, agrupados bajo las Fuerzas de Siria Democrática (FSD), dijeron hoy estar enfrentándose a una ofensiva en la zona de la que responsabilizaron a Turquía, cuyo objetivo es "ocupar todo el territorio sirio", según un comunicado.
Los grupos kurdos son apoyados por EE. UU en su lucha contra los remanentes del grupo yihadista Estado Islámico que aún subsisten en la zona.
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Con AP, EFE y medios locales