La ciudad de Alepo, hasta ahora controlada por el régimen sirio, ha pasado este sábado a manos de los rebeldes islamistas, tras una ofensiva relámpago que marca el fin de una frágil tregua en el noroeste del país. Miles de civiles intentan huir de la ciudad en sus vehículos. Este representa el mayor desafío para el presidente Bashar al-Assad. 

El grupo islamista Hayat Tahrir al-Shamha ha sacudido las líneas del frente de la guerra civil siria y ha reavivado los combates en un rincón del fracturado país cerca de la frontera con Turquía. 

El sábado 30 de noviembre, el Ejército sirio declaró que los rebeldes islamistas habían entrado en la ciudad de Alepo e informó sobre decenas de muertos entre sus filas durante los enfrentamientos en el noroeste de Siria, lo que le obligó a retirarse de la segunda ciudad del país, mientras prepara una contraofensiva para restaurar la autoridad del Estado.

"La gran cantidad de terroristas y la multiplicidad de frentes de batalla obligaron a nuestras fuerzas armadas a realizar una operación de redespliegue destinada a reforzar las líneas de defensa para absorber el ataque, preservar las vidas de civiles y soldados y prepararse para un contraataque", escribió el ejército en un comunicado este sábado 30 de noviembre.

Los rebeldes habían entrado en amplias zonas de Alepo, dijo el Ejército, pero los bombardeos les habían impedido establecer posiciones fijas. Además, en su comunicado, promete "expulsarlos y restablecer el control del Estado… sobre toda la ciudad y sus alrededores".

Es la primera vez que el ejército de Bashar al Assad reconoce que rebeldes del grupo Hayat Tahrir al Sham (HTS) han entrado en la ciudad de Alepo, hasta ahora controlada por el gobierno sirio.

Miles de civiles intentaban huir de la ciudad en sus vehículos, según dijeron residentes a Reuters. La mayoría se dirigía a Latakia y Salamyeh, dijeron, mientras que la principal autopista entre Alepo y Damasco estaba cerrada.

Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergei Lavrov, en una llamada telefónica con su homólogo turco, Hakan Fidan, para discutir la situación en Siria, coincidió en que es necesario coordinar acciones conjuntas para estabilizar la situación en el país, dijo el sábado el ministerio de Asuntos Exteriores ruso.

"Ambas partes expresaron su seria preocupación por el peligroso desarrollo de la situación en la República Árabe Siria en relación con la escalada militar en las provincias de Alepo e Idlib", dijo el ministerio.

Dos fuentes rebeldes dijeron que los insurgentes también habían capturado la ciudad de Maraat al Numan en la provincia de Idlib, de esta manera toda esa provincia estaría bajo su control, en lo que sería otro golpe significativo para Assad.

Testigos dijeron que el viernes por la noche se produjeron dos ataques aéreos en las afueras de la ciudad contra refuerzos insurgentes y que impactaron cerca de zonas residenciales. Un observador de la guerra dijo que 20 combatientes murieron.

En videos – no verificados- que circulan en redes sociales, se observa a los insurgentes afuera de la sede de la policía, en el centro de la ciudad y afuera de la ciudadela de Alepo, derribando carteles del presidente sirio Bashar Assad, pisoteando algunos y quemando otros.

Alepo no había sido atacada por las fuerzas de la oposición desde 2016, cuando el gobierno sirio retomó el control de la ciudad. La batalla de ese año por Alepo fue un punto de inflexión en la guerra entre las fuerzas del gobierno sirio y los combatientes rebeldes, después de que las protestas de 2011 contra el gobierno de Assad se convirtieran en una guerra total.

El ataque esta vez se lanzó desde zonas controladas por los insurgentes en el noroeste de Siria, que permanecen fuera del control de Assad.

Por su parte, la Defensa Civil siria dijo que el gobierno y aviones rusos llevaron a cabo ataques aéreos en barrios residenciales, una gasolinera y una escuela en Idlib, controlado por los rebeldes, matando a cuatro civiles e hiriendo a otros seis.

Dos fuentes militares sirias afirmaron que Rusia ha prometido a Damasco ayuda militar adicional que empezaría a llegar en las próximas 72 horas. Las autoridades cerraron el aeropuerto de Alepo y las carreteras que llevan a la ciudad, dijeron fuentes militares y el Ejército sirio.

Rebeldes en el corazón de Alepo

Mustafa Abdul Jaber, comandante de la brigada rebelde Jaish al-Izza, dijo que su rápido avance se debía en parte a la falta de respaldo de Irán para apoyar al gobierno en la provincia más amplia de Alepo.

La ofensiva sobre Alepo se produjo tras semanas de violencia de bajo nivel, incluidos ataques del gobierno a zonas controladas por la oposición. Turquía, que ha respaldado a los grupos de oposición sirios, fracasó en sus esfuerzos diplomáticos para evitar los ataques del gobierno sirio, que fueron vistos como una violación de un acuerdo de 2019 patrocinado por Rusia, Turquía e Irán para congelar la línea del conflicto.

Esta ofensiva se produce en un momento en que grupos vinculados a Irán, principalmente Hezbolá en el Líbano, que ha respaldado a las fuerzas del gobierno sirio desde 2015, han estado preocupados por sus propias batallas en el país.

El alto el fuego de 60 días en la guerra de Hezbolá con Israel entró en vigor el miércoles, el día en que las facciones de la oposición siria anunciaron su ofensiva. Israel también ha intensificado sus ataques contra Hezbolá y objetivos vinculados con Irán en Siria durante los últimos 70 días.

En la plaza Saadallah Aljabri, el combatiente opositor Mohammad Al Abdo, dijo que era la primera vez que regresaba a Alepo en 13 años, cuando su hermano mayor fue asesinado al comienzo de la guerra.

“Caminé por las calles (vacías) de Alepo gritando: ‘¡Pueblo, pueblo de Alepo! Somos sus hijos’”, dijo Abdulkafi Alhamdo a The Associated Press en una serie de mensajes.

Los insurgentes fueron fotografiados en el exterior de la Ciudadela de Alepo, el palacio medieval en el centro histórico de la ciudad y uno de los más grandes del mundo. En videos, tomados con sus teléfonos celulares, se grabaron a sí mismos manteniendo conversaciones con los residentes que visitaron en sus casas, tratando de asegurarles que no causaran daño.

La Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios informó de que el aeropuerto de la ciudad ha sido cerrado y que todos los vuelos han sido suspendidos.

El viernes, los dos hospitales públicos clave de Alepo estaban al parecer repletos de pacientes, mientras que muchas instalaciones privadas cerraron, según informó la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA).

El ministro de Asuntos Exteriores iraní, Abbas Araqchi, en una llamada telefónica con su homólogo sirio el viernes, acusó a Estados Unidos e Israel de estar detrás del ataque insurgente.

Fuentes de la oposición, en contacto con los servicios de inteligencia turcos, dijeron que Turquía, que apoya a los rebeldes, había dado luz verde a la ofensiva. Los funcionarios turcos no hicieron comentarios inmediatos el sábado.

La agencia estatal de noticias rusa Tass citó a Oleg Ignasyuk, un funcionario del ministerio de Defensa ruso que coordina las operaciones en Siria, diciendo que los aviones de guerra rusos atacaron y mataron a 200 militantes que lanzaron la ofensiva en el noroeste el viernes. No proporcionó más detalles. 

Con EFE, AFP, AP, Reuters y fuentes locales