El ministro del Interior peruano anunció la captura de Iván Quispe Palomino y lo presentó como el supuesto número dos de Sendero Luminoso. Sin embargo, las investigaciones han demostrado que el detenido no tiene causas pendientes y que, aunque perteneció al grupo armado, no es ningún cabecilla ni es buscado por la Justicia.

Lo que parecía que era un golpe duro contra los rezagos de Sendero Luminoso, una de las guerrillas más poderosas de América Latina durante los 80 y 90, ha terminado como un escándalo en torno al ministro del Interior peruano, Juan José Santiváñez, por lo que apunta a ser un error garrafal por una detención equivocada. 

El pasado miércoles 16 de octubre, el Ministerio del Interior peruano publicitó a través de un comunicado y de su ministro la detención de Iván Quispe Palomino en una estación de tren del área metropolitana de Lima. Él, supuestamente, era el número dos de la organización terrorista Sendero Luminoso, o al menos de los pocos grupúsculos operativos que todavía quedan en algunas regiones de Perú, de lo que en su día fue una guerrilla que puso en jaque al Estado peruano durante años. 

Santiváñez difundió el operativo como si se tratara de un gran golpe contra esta organización criminal y afirmó que tenía pendientes tres causas en su contra. Sin embargo, sus afirmaciones fueron desmintiéndose con el paso de las horas. 

Varios medios locales, como 'El Comercio', pudieron constatar que la Justicia peruana no había encontrado ninguna de las tres causales por las que se había detenido al sujeto. Iván Quispe Palomino tampoco tenía orden de captura ni estaba en los listados de personas relacionadas con actividades terroristas. 

Ni 'número dos', ni miembro de Sendero Luminoso

Tras las primeras sospechas, las investigaciones y los expertos en cuestiones relacionadas con Sendero Luminoso empezaron a desmentir las afirmaciones oficiales y a quitarles credibilidad e incluso el detenido se mostró confiado en que lo liberarían en cuestión de horas.

Y es que Iván Quispe Palomino sí perteneció a Sendero Luminoso e incluso pagó condena por ello durante casi una década, pero lleva en libertad años y su trabajo actual es el de albañil. 

Quienes sí siguen ligados a la actividad ilegal, especialmente al narcotráfico, ya que la guerrilla quedó desideologizada de su lucha marxista-leninista hace tiempo, son sus hermanos, con quienes lógicamente comparte apellidos y parecidos físicos. Sus hermanos Víctor Quispe Palomino, alias José, y Jorge Quispe Palomino, alias Raúl, son los miembros que todavía son buscados por la Justicia y cuya captura tiene una recompensa de hasta 5 millones de dólares por parte de Estados Unidos.

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Pero Iván, a quien su hermano mayor Víctor incluso considera un traidor, no tiene nada que ver con eso, según apuntan los expertos.

"Es una situación lamentable,eel ministro se fue de boca, porque esta persona no tiene ninguna conexión con la misma organización terrorista. Si bien es cierto que hace años perteneció a esta organización, pero fue en calidad de combatiente o pre combatiente. Eso es haber participado en algunas columnas en algunas acciones armadas, pero obedeciendo al mandato del jefe de la columna y nunca fue dirigente mayor", dijo el especialista en temas de terrorismo y narcotráfico Pedro Yaranga, al medio peruano RPP.

Las críticas se han ceñido entonces contra el ministro Santiváñez, ya seriamente cuestionado por su papel como representante de esa cartera y perteneciente a uno de los gobiernos más impopulares de la región, el de la presidenta Dina Boluarte. 

La familia del detenido incluso ha expresado su intención de denunciar al Ministerio ante lo que parece un caso de abuso de autoridad, pero a pesar de ello la respuesta del ministro a través de medios locales ha sido la de esquivar su responsabilidad en los informes que le llegan de la policía. Desde la Presidencia, las declaraciones ni siquiera se han producido. 

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Con medios locales