El 9 de febrero, la Policía israelí asaltó dos sedes de la Educational Bookshop, una prestigiosa librería de Jerusalén Este ocupado. Sin comprender el contenido, solo guiándose del traductor de Google y de títulos sobre Gaza o banderas palestinas, los agentes se llevaron un centenar de libros y han iniciado un proceso judicial contra el librero Mahmoud Muna y su sobrino Ahmad. Un asalto que busca aumentar el miedo en Jerusalén, según denuncian la librería y grupos de Derechos Humanos.

Libros tirados de las estanterías. Decenas de ejemplares confiscados. El dueño, Mahmoud Muna, y su sobrino Ahmad, ambos libreros palestinos, arrestados.

Es el resultado de la redada que la Policía israelí llevó a cabo el domingo contra dos sucursales de la Educational Bookshop, una prestigiosa librería de Jerusalén Este ocupado. La noticia y las imágenes, primero difundidas por periodistas locales, se propagaron rápidamente, causando indignación y múltiples mensajes de solidaridad.

Y es que la tienda –que tiene dos sedes en la calle Salah al-Din y una adicional en el hotel American Colony– es también un centro de actividades culturales que ofrece bibliografía, sobre todo del conflicto israelí-palestino. Acoge tanto a autores palestinos como israelíes y obras en diversos idiomas, lo que siempre la hizo muy apreciada entre diplomáticos, cooperantes, investigadores y otros residentes foráneos de la Ciudad Santa.

"El domingo, sobre las 3 de la tarde, nos sorprendió que la Policía vino a nuestras dos tiendas con una orden, firmada por un juez israelí, para buscar material. Y empezaron a mirar todos los libros que tienen un ícono o una bandera palestina", comienza a describir a France 24 Murad Muna, hermano de Mahmoud.

Murad, que reabrió una de las sucursales tras pasar la mañana del lunes en la audiencia judicial de sus familiares, indicó que los oficiales israelíes "no sabían qué decían los libros" e "intentaron usar el traductor de Google para saber lo que llevaban escrito", algunos en árabe, otros en francés, alemán e inglés. De hecho, amplía Murad, al interrogar a Mahmoud y Ahmad en una comisaría cercana, los agentes "les hicieron preguntas generales, nada sobre los libros, porque aún no saben qué hay en ellos".

La Policía israelí asegura que arrestó a los dos libreros por "vender libros que incitan y apoyan al terrorismo" y cita como ejemplo un libro infantil para colorear, titulado «Desde el río hasta el mar», un lema palestino que reivindica su territorio histórico del río Jordán al mar Mediterráneo.

Aunque hoy esta frase se utiliza para reclamar la libertad y los derechos de los palestinos, en Israel se interpreta como una negación de su derecho a existir, aunque también puede leerse en productos turísticos o pancartas, y los ultranacionalistas más radicales lo repiten como un objetivo colonial.

Entre los otros títulos confiscados figuran 'Wall and Piece', del célebre y misterioso pintor Banksy; 'Gaza en crisis', del académico estadounidense Noam Chomsky y el historiador israelí Ilan Pappé; o 'Love wins', del cineasta y fotógrafo canadiense Afzal Huda.

Más allá de la declaración policial, Nasser Odeh, abogado de los dos libreros palestinos, afirma que los cargos contra ellos no son por "incitación" ya que "para abrir una investigación, la Policía necesita la aprobación de la Fiscalía". "Al parecer se dieron cuenta de que no tenían oportunidad de recibir esa aprobación, así que cambiaron al cargo más genérico de perturbación del orden público", dijo a la salida de la audiencia.

"Creo que es un arresto político, nada más", enfatiza el hermano de Mahmoud. "Intentan callar nuestra voz, intentan asustarnos. Aquí tenemos libros internacionales que hablan del conflicto; tenemos muchos de ambos lados. Hay textos de escritores israelíes y de palestinos. Creo que (la Policía) no tiene elementos para armar un caso, pero intentan armar una gran propaganda".

A pesar de la intimidación, Murad reafirma: "no nos asustarán", sino que esto "nos empuja a seguir adelante". "No hicimos nada malo, sabemos lo que estamos haciendo. Estamos aquí desde 1983. Este es nuestro caso, sabemos que estamos pagando un precio por eso, pero continuaremos", sentencia.

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Apoyo israelí e internacional en la audiencia de los libreros

Al tratarse de dos comerciantes reconocidos de la vida cultural jerosolimitana, no sorprendió que decenas de personas se concentraran frente al tribunal de primera instancia de Jerusalén para reclamar por la liberación de Mahmoud y Ahmad Muna. Activistas israelíes de izquierda mostraron carteles con leyendas como "no a la persecución política, no a la policía fascista, no a la censura" o "los cobardes confiscan libros".

Entre los asistentes estaban el legislador árabe-israelí Ayman Odeh y el autor estadounidense Nathan Thrall, quien en su día presentó en la Educational Bookshop su libro 'Un día en la vida de Abed Salama', galardonado en 2024 con el premio Pulitzer de no ficción.

También acudieron representantes diplomáticos de la Unión Europea, Francia, Reino Unido, Italia, Bélgica, Países Bajos, Irlanda, Suecia, Suiza, Finlandia y Brasil para manifestar su rechazo a la medida. "Esta redada es un atentado contra la libertad de expresión. Esas presiones deben cesar ya", escribió en X la delegación europea.

Las muestras de solidaridad con los libreros detenidos por Israel no quedaron solo en la protesta frente al tribunal. En la tarde del lunes, decenas de israelíes se acercaron a una de las sucursales a comprar textos o dar su apoyo. Asimismo, más de 1.000 escritores, artistas, instituciones culturales y comerciantes del sector editorial israelí firmaron una petición para "condenar" la detención de Mahmoud y Ahmad y reclamar su "liberación inmediata", una demanda a la que también se sumó la asociación mundial de escritores PEN Internacional.

En la audiencia, los jueces extendieron un día la detención de los libreros, aplicando además cinco días de prisión domiciliaria y una prohibición de entrar a su tienda durante dos semanas. "Luego el abogado volverá a hablar con la corte. No estoy segura de qué pasará después", explicó a France 24, visiblemente angustiada, May Muna, esposa de Mahmoud.

A la salida del tribunal, el abogado Nasser Odeh reiteró que se trata de "una detención política, no legal" y anticipó que van a "recurrir al Tribunal del Distrito". "Como abogado creo que esto es una violación de la libertad de expresión", añadió frente a la prensa.

May Muna, por su parte, señaló que no pudo ver a su esposo y que "los abogados entraron y salieron (de la corte) y no pudieron decirles nada" a los dos libreros, a quienes se les notó agotados tras pasar la noche en detención.

Sobre la redada en la librería, la mujer recordó que "fue horrible" y que se enteró con la llamada de su esposo, que le pidió que fuera a buscar a una de sus hijas: "Quería hablar más pero me dijo que le iban a quitar el teléfono y no podía seguir hablando. Así que llamé directamente a su hermano, él conoce muchos abogados y los contactó. Fue una noche dura".

"Es una locura, simplemente una locura. Están matando a gente y atacando a los libros", completó May, en referencia a las violencias cometidas por Israel.

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La sociedad civil palestina, en la mira de Israel

En ese sentido, Nasser Odeh trajo a colación que estas detenciones son un ataque "extremadamente peligroso" hacia la vida cultural en Jerusalén y "parte de una nueva política de la Policía israelí para suprimir la libertad de expresión y pensamiento palestinos y evitar el aprendizaje y la educación".

Desde la ONG israelí de Derechos Humanos B’Tselem han denunciado que "los intentos de aplastar al pueblo palestino incluyen el acoso y arresto de intelectuales" como Mahmoud y Ahmad, "dos figuras reconocidas de la escena cultural de Jerusalén que lideran un punto de encuentro de discusión política y cultural". "Israel debe liberarlos inmediatamente y dejar de perseguir a intelectuales palestinos", reclama la organización.

Y es que la Educational Bookshop es la segunda librería de Jerusalén asaltada en cuestión de días. La semana pasada, la Policía israelí también clausuró una tienda literaria de la Ciudad Vieja por vender textos que incluían "contenido incitante" acerca de Yahya Sinwar o Hassan Nasrallah, difuntos líderes de Hamás y Hezbolá. El dueño del local, un jerosolimitano de unos 40 años, fue interrogado y se le ordenó cerrar 30 días su negocio.

Otro caso reciente, que se suma a la preocupación generalizada en la ciudad, es el arresto desde el 6 de enero de Shaden Al-Qous, una activista afropalestina de Jerusalén con ciudadanía estadounidense y estudiante de Derecho, que fue detenida por supuesta "incitación" en sus publicaciones de redes sociales.

Es una modalidad que las autoridades israelíes han extendido de forma arbitraria, sobre todo en represalia tras las masacres de Hamás del 7 de octubre de 2023, para encarcelar a palestinos con ciudadanía israelí o residencia en Jerusalén que, en casi todos los casos, habían expresado solidaridad con Gaza o reclamado el fin de la guerra.

Tras pasar semanas en la prisión de Ofer, Al-Qous fue liberada bajo fianza el domingo, un día después de que su padre, Musa Qous, otro reconocido escritor y líder de la comunidad afropalestina, muriera en un trágico incendio en Jerusalén.

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