Al menos 130 personas, entre miembros del Ejército sirio de Bashar al-Assad y milicias yihadistas han muerto desde el miércoles, informó este 28 de noviembre el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, luego de que rebeldes lanzaran una incursión en una docena de ciudades y pueblos de la provincia de Alepo. Los rebeldes afirman que lograron las primeras ganancias territoriales desde 2020. Como respuesta, aviones de Moscú y Damasco bombardearon la zona.

Son los peores enfrentamientos entre facciones rebeldes y yihadistas y el Ejército de Bashar al-Assad en Siria, desde el año 2020.

Damasco confirmó una ofensiva rebelde a gran escala contra el Estado sirio, en una docena de pueblos y ciudades de la provincia de Alepo, y en la ciudad de Idlib, en el noroeste del país.

Según confirmó el informe castrense del Ejército sirio, sus Fuerzas Armadas continúan afrontando "un gran ataque terrorista, en un amplio frente"a las afueras de las dos zonas.

Más de 130 personas murieron en los combates, entre ellos 49 pertenecientes al Ejército sirio, incluidos cuatro oficiales, según reportó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, con sede en Reino Unido, y que desde hace años monitora la guerra con fuentes en el terreno.

La ofensiva fue liderada por Hayat Tahrir al Sham, facción yihadista integrada en el antiguo Frente al Nusra, a la vez, la rama siria de Al Qaeda.

"Nuestras fuerzas se enfrentan a las organizaciones terroristas con diferente poder y en colaboración con fuerzas amigas para asegurar que la situación vuelva a ser como era", señaló un comunicado castrense, en alusión velada al apoyo de Rusia a Damasco en el conflicto.

Las dos partes aseguran que causaron grandes pérdidas al bando contrario. La facción yihadista afirmó que "les infligió grandes pérdidas de equipos y vidas" a las tropas de al-Assad. Una declaración similar a la del Ejército sirio.

"Nuestras fuerzas armadas respondieron al ataque terrorista, que aún continúa, y las organizaciones terroristas atacantes sufrieron grandes pérdidas en equipos y vidas", rezaba el comunicado.

Los rebeldes avanzaron casi 10 km de las afueras de la ciudad de Alepo y a pocos kilómetros de Nubl y Zahra, dos ciudades chiitas donde Hezbolá, respaldado por Irán, tiene una fuerte presencia miliciana, indicó una fuente del Ejército sirio.

Los yihadistas también atacaron el aeropuerto de Al Nayrab, en el este de Alepo, donde las milicias proiraníes tienen puestos avanzados.

Los rebeldes afirman que la campaña responde a la intensificación en las últimas semanas de los ataques de las fuerzas aéreas rusas y sirias contra civiles en zonas del sur de Idlib, y para adelantarse a cualquier ataque de las fuerzas sirias, que, afirman, están acumulando tropas cerca de las líneas del frente con los rebeldes.

Por su parte, las tropas de Bashar al-Assad sostienen que la ofensiva rebelde es una violación de un acuerdo de distensión de 2020. 

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Siria, el rompecabezas de una guerra prolongada

La ofensiva rebelde se produce en momentos en que Hezbolá, que había respaldado a las fuerzas gubernamentales sirias desde 2015, ha estado enfocado en su propia batalla en Líbano.

Muchos de los combatientes de Hezbolá se trasladaron al territorio libanés para encarar la escalada de enfrentamientos entre el grupo e Israel.

Y es que el Estado de mayoría judía y el movimiento chiita libanés-a su vez el principal grupo de la alianza respaldada por Irán- se han enzarzado en un renovado conflicto que se ha intensificado desde el pasado septiembre con la incursión por tierra de las tropas israelíes al sur de Líbano. Pero en las primeras horas del miércoles 27 de noviembre, tiempo local, las dos partes anunciaron un alto el fuego, el mismo día en que las facciones de la oposición siria anunciaron su ofensiva.

Israel también ha intensificado sus ataques contra Hezbolá y objetivos vinculados a Irán en Siria durante los últimos meses.

Rusia, junto a Irán, respaldó a las fuerzas gubernamentales sirias poco después de que las protestas antigubernamentales de 2011 se convirtieran en una brutal guerra civil que se ha extendido por más de una década con miles de víctimas mortales.

Turquía ha apoyado una serie de fuerzas de la oposición y ha establecido presencia militar en partes del noroeste de Siria.

Ankara señaló que se encuentra siguiendo de cerca la ofensiva y que había tomado “todo tipo de medidas” para proteger a sus tropas en Siria.

Por su parte, Estados Unidos ha apoyado a las fuerzas kurdas sirias que combaten contra los militantes del autodenominado Estado Islámico, principalmente en el este del país.

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Con AP, Reuters y EFE