En el marco de la investigación 'Amazonía, gas y bancos franceses', en colaboración con Disclose y la Red de Investigaciones sobre la Selva Tropical del Centro Pulitzer, France 24 reveló la implicación de seis bancos franceses en un enorme yacimiento de gas en el corazón de la Amazonía peruana, el proyecto Camisea. Cuatro de ellos dieron su opinión sobre sus estrategias de inversión y de transición energética.

La investigación llevada a cabo por France 24 y sus socios se basa en un análisis de datos financieros exclusivos. Revela que seis grupos bancarios franceses, encabezados por Crédit Agricole, poseen 375 millones de euros en acciones y obligaciones de dos sociedades implicadas en el proyecto Camisea. 

Esta participación de los grandes bancos a través de sus filiales de gestión de activos contrasta con los compromisos ecológicos mostrados públicamente por estas instituciones.

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Cuando nos contactamos con ellos, ninguno de los bancos en cuestión quiso hacer comentarios sobre la información relativa a las participaciones financieras en empresas concretas. Ninguno aceptó ser entrevistado ante las cámaras. 

Crédit Mutuel y La Banque Postale no respondieron a nuestras solicitudes. 

Crédit Agricole, BNP-Paribas, Société Générale y BPCE, en cambio, nos respondieron sobre sus estrategias de inversión y de transición energética.

Crédit Agricole:

Según Crédit Agricole, “los bancos franceses están resueltamente comprometidos en la lucha contra el cambio climático y, en materia de financiación de las energías renovables, se inscriben en una dinámica ejemplar que los sitúa entre los líderes mundiales. Pioneros en el abandono de las energías fósiles, el peso de este sector en los balances de los bancos franceses es hoy muy reducido, y ninguno de ellos figura entre los 10 primeros del mundo en financiación de energías fósiles”.

Crédit Agricole afirma ser “el primer financiador privado y el primer inversor privado en energías renovables en Francia” y añade que “entre 2020 y 2023, por cada 2 euros retirados de la extracción de combustibles fósiles, Crédit Agricole destinó 8 euros a las energías renovables. La financiación pendiente para energías bajas en carbono aumentó un 80% durante el mismo periodo, alcanzando los 19.700 millones de euros a finales de 2023”.

El Grupo también afirma que ha dejado de “financiar cualquier nuevo proyecto de extracción de combustibles fósiles”. Y añade: “Examinamos caso por caso nuestra financiación de empresas petroleras y de gas, según una evaluación actualizada regularmente, y la decisión de financiación se toma en función de la credibilidad de sus compromisos con la transición”.

BNP Paribas:

“En lo que respecta a la financiación del sector de la energía, BNP Paribas ha impulsado su modelo de negocio para apoyar la transición energética y tiene como objetivo alcanzar el 90% de energía baja en carbono en su cartera de crédito para 2030”.

“Paralelamente a este alejamiento acelerado de los combustibles fósiles, el Grupo está apoyando a sus clientes en su propia transición”.

“BNP Paribas sigue reforzando su trayectoria de abandono acelerado de los combustibles fósiles”.

“Las políticas sectoriales de BNP Paribas se aplican a todas nuestras líneas de negocio, productos y servicios, y en todos los países en los que operamos. En línea con la práctica del Grupo BNP Paribas de dejar de estructurar bonos convencionales para empresas activas en exploración y producción a partir de 2023, nuestra filial de gestión de activos BNP Paribas Asset Management ha decidido dejar de invertir en bonos emitidos en el mercado primario por empresas de petróleo y gas activas en exploración y producción”. 

“En lo que respecta a las regiones amazónica y ártica, BNP Paribas no financia ni invierte en ningún proyecto de petróleo y gas ni en infraestructuras asociadas. Esta política se aplica a todas las áreas protegidas de las categorías I a IV de la clasificación de la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza), a los sitios de la lista mantenida por la Convención RAMSAR (Convención sobre los Humedales), a los sitios del Patrimonio Mundial en la región amazónica, a los sitios vinculados a la Alianza Extinción Cero y a las Cuencas Sagradas de la Amazonía”.

“BNP Paribas no posee directamente bonos o acciones de las empresas. BNP Paribas Asset Management gestiona activos en nombre de clientes inversores. En consecuencia, BNP Paribas no recibe ni los dividendos ni los intereses generados por estas acciones y bonos”.

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Société Générale:

“La norma de conducta de Société Générale es no facilitar información sobre empresas u operaciones concretas, las acompañe o no.

No obstante, el Grupo desea señalar que el Banco aplica un marco estricto a la gestión de los riesgos medioambientales y sociales (A&S) vinculados, directa o indirectamente, a sus actividades, a través de:

– sus “Principios Generales Medioambientales y Sociales”, que establecen las normas e iniciativas que constituyen el marco de referencia del Grupo y describen los principales aspectos del sistema de gestión de riesgos medioambientales y sociales;

– sus políticas sectoriales que cubren sectores que pueden ser especialmente sensibles desde un punto de vista medioambiental, social o ético, junto con los procesos y procedimientos operativos adecuados. 

BPCE:

Por su parte, el grupo BPCE afirma que es “un actor importante en la financiación de las energías renovables desde hace más de 25 años. Financia las energías renovables a través de proyectos de todos los tamaños gracias a la implicación de sus distintas entidades. La deuda de Groupe BPCE en energías renovables ascenderá a 12.100 millones de euros en 2023. La cartera se concentra en la solar (46%) y la eólica (32%)”.

Sobre la cuestión de la financiación de los combustibles fósiles, BPCE responde que “los ingresos directos que recibimos de las actividades vinculadas a los combustibles fósiles representan una parte muy pequeña de los ingresos globales de Groupe BPCE (…). Por lo que respecta a los combustibles fósiles, aunque su cuota en el mix energético mundial sigue siendo elevada (en torno al 80% desde hace décadas), la cuestión es cómo podemos llevar a cabo colectivamente la transición con éxito. Esto debe hacerse teniendo en cuenta la realidad de los modelos económicos y las necesidades cotidianas de las personas en todo el mundo, con el fin de garantizar una aceptabilidad social suficiente”.

BPCE afirma que “ha decidido dejar de financiar proyectos relacionados con el carbón, los hidrocarburos no convencionales o los nuevos yacimientos petrolíferos. En cuanto a la financiación no asignada a las empresas energéticas, a pesar de las críticas, tomamos decisiones basadas en los planes de transición y, en particular, en su credibilidad. Estamos convencidos de que estos actores, gracias a sus capacidades técnicas y financieras, disponen de las palancas necesarias para acelerar la transición energética desarrollando energías renovables y bajas en carbono, y mantenemos con ellos un diálogo más estrecho sobre estos temas”.