“¿Para qué votar?”: varios miles de personas se reunieron el sábado por la tarde en París para denunciar el “gobierno Macron-Barnier”, a instancias de la Francia Insumisa, ecologistas y asociaciones feministas, estudiantiles y ecologistas. 

Unas sesenta manifestaciones fueron anunciadas este sábado en Francia, según el sitio web del partido izquierdista La Francia Insumisa (LFI), en un momento en que Michel Barnier, designado primer ministro por Emmanuel Macron, ultima la composición de un gobierno a priori muy marcado por la derecha, más de dos meses después de las elecciones legislativas ganadas sin mayoría absoluta por la coalición de izquierda Nuevo Frente Popular.

François Vermorel, activista de los Verdes, "vino a denunciar el golpe democrático decidido por Macron, que merece una respuesta en las calles". Teme especialmente la llegada al Ministerio del Interior de Bruno Retailleau, a quien acusa de "racismo" y "homofobia". "Eso no es lo que la gente votó en junio", dice.

Además de LFI, cuya líder Mathilde Panot se manifestó en la capital, las organizaciones detrás de esta convocatoria son sindicatos de estudiantes (Sindicato de Estudiantes y Sindicato de Estudiantes de Secundaria), ONG ecologistas (Greenpeace) y feministas (Planificación Familiar, Colectivo de Derechos de las Mujeres, All of Us) o la asociación altermundista Attac.

Las banderas visibles en la procesión eran mayoritariamente las de grupos políticos.

LFI pretende "aumentar la presión popular" después de un primer día de protesta el 7 de septiembre, que reunió a 110.000 manifestantes de izquierda en toda Francia, según las autoridades, y 300.000, según los organizadores.

En París, se esperaban entre 20.000 y 40.000 personas el sábado, según una fuente policial, mientras que la manifestación parisina del 7 de septiembre reunió entre 26.000, según el Ministerio del Interior, y 160.000 manifestantes, según la formación política que encabeza Jean-Luc Mélenchon.

A la espera de los nombramientos del nuevo gabinete

El nuevo primer ministro francés, Michel Barnier, dijo que esperaba finalizar la composición de su gobierno largamente esperado "antes del domingo", mientras el presidente Emmanuel Macron evaluaba una alineación que marca un giro hacia la derecha.

La formación completa, que incluye caras nuevas en casi todos los puestos clave, se conocerá después de "ajustes finales", dijo la oficina del premier, después de dos meses y medio de estancamiento creado por las elecciones legislativas no concluyentes, que dieron la victoria sin mayoría al bloque de izquierdas.

Si bien no parece haber grandes sorpresas ni entradas de renombre en el gabinete, se prevé que haya nuevos ministros de Asuntos Exteriores, Economía e Interior, y entre los cargos clave del Estado solo permanecerá sin cambios el ministro de Defensa.

Barnier propone al ministro de Europa, Jean-Noel Barrot, como ministro de Asuntos Exteriores, indicó a agencia de noticias France Press una fuente cercana a la facción política de Macron, que pidió no ser identificada.

Bruno Retailleau, líder de la fracción de derecha Los Republicanos (LR) en el Senado francés, asumirá el ministerio del Interior, según varias fuentes consultadas por el mismo medio.

La adquisición del Ministerio del Interior, que supervisa la policía y la seguridad interna, sería vista como un gran éxito para la derecha. 

Y es probable que otro ascenso meteórico vea a Antoine Armand, el jefe de la comisión de asuntos económicos del Parlamento, de 33 años, instalado como ministro de Economía.

Una persona clave que se dice que permanecerá en el cargo es el ministro de Defensa, Sébastien Lecornu, de quien se cree que disfruta de una relación cercana y de confianza con Macron. 

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Ultimando los detalles… en un almuerzo con tensión

Barnier estuvo en el Palacio del Elíseo el jueves por la noche para discutir las nominaciones con Macron.

El presidente podría intentar vetar las propuestas de Barnier, pero hacerlo causaría inmensas tensiones con su primer ministro en esta etapa.

Las fuentes agregaron que aún es necesario examinar los nombres para garantizar que no tengan conflictos de intereses antes de ingresar al gobierno, como es habitual.

Pero Macron "no censurará ningún nombre", afirmó una fuente cercana a él que pidió no ser identificada.

Entre los puestos más junior, surgió una polémica de último momento por la propuesta de nombramiento del senador Laurence Garnier como ministro de Familia. 

Los aliados centristas de Macron protestaron enérgicamente por su nominación al gabinete de familia, ya que Garnier se opuso tanto al matrimonio homosexual como a la inscripción del derecho al aborto en la constitución.

Hubo tensiones entre Macron y Barnier, que proviene de la derecha clásica Los Republicanos, sobre el equilibrio del gobierno, en particular en un almuerzo a principios de esta semana que, según informes, estuvo lejos de ser cordial. 

El diario 'Le Monde' informó que Barnier incluso había planteado la posibilidad de dimitir a los pocos días de asumir el cargo. Las tensiones, no obstante, se resolvieron el jueves. 

’Muy grave' 

La política en Francia está estancada desde que las elecciones legislativas anticipadas de junio-julio dejaron al país con un Parlamento sin mayoría.

Barnier, ex negociador principal del Brexit de la Unión Europea y derechista, fue designado a principios de este mes por Macron en un intento de romper el impasse.

Los puestos clave estaban vacantes: el ministro de Finanzas, Bruno Le Maire, renunció después de ocupar su puesto desde que Macron llegó al poder en 2017, y el ministro de Asuntos Exteriores, Stéphane Séjourne, fue elegido por Macron para ser el nuevo comisario de la UE de Francia. 

Sin embargo, no parece haber lugar en el gabinete para el ambicioso Gerald Darmanin, ministro del Interior desde 2020, quien, según se dice, codicia desde hace tiempo el puesto de ministro de Asuntos Exteriores.

Barnier, de 73 años, ya ha enfrentado una serie de desafíos desde que asumió el cargo.

El miércoles, advirtió que la situación presupuestaria de Francia, que ha llevado a París a un procedimiento formal por violar las reglas presupuestarias de la UE, es "muy grave".

Macron esperaba reafirmar su mayoría relativa en el Parlamento convocando elecciones a fines de junio y principios de julio, pero el plan fracasó. 

La alianza de izquierda Nuevo Frente Popular, que obtuvo la mayoría de los escaños en la Cámara Baja de la Asamblea Nacional, no tiene una mayoría articulada y ha llamado a sus fieles a las calles por la deriva derechista de un gobierno que dicen que no respeta la voluntad de los franceses.

 

*AFP; adaptado de su original en inglés