Las dos mociones de censura de la oposición contra el primer ministro, Michel Barnier, tienen fecha: el miércoles 4 de diciembre, confirmó la Asamblea Nacional. La votación llega luego de que Barnier invocara el artículo 49.3 para aprobar unilateralmente el presupuesto de seguridad social. El premier advierte sobre inestabilidad en caso de ser cesado.

Francia, en un punto de inflexión, mientras el Gobierno de Michel Barnier se encamina al colapso.

Los diputados de la Asamblea Nacional se pronunciarán sobre las dos mociones de censura puestas sobre la mesa-tanto por la coalición de izquierda, Nuevo Frente Popular, como por el partido de ultraderecha, Agrupación Nacional- el miércoles 4 de diciembre. El debate comenzará a las 16:00, hora de París, y la votación tendrá lugar alrededor de tres horas después.

Salvo una sorpresa de último minuto, la frágil coalición se convertirá en el primer Gobierno francés en ser expulsado por una moción de censura desde 1962.

Y es que los dos extremos de la oposición cuentan con los votos suficientes para cesar el Gobierno de Barnier. La iniciativa requiere de 288 entre los 577 escaños que conforman la Asamblea para ser aprobada.

Con sus cerca de 140 diputados, Agrupación Nacional se sumará previsiblemente a los 193 del NFP para votar a favor de la moción de la coalición de izquierdas, como ya anunció la máxima líder de la extrema derecha francesa, Marine Le Pen, por lo que la medida promete ser avalada con más de 300 votos.

Las dos mociones serán evaluadas por separado, pero está previsto que los legisladores primero voten por la de la oposición de izquierda que, con más escaños, tiene mayores probabilidades de ser aprobada.

Por su parte, Barnier cuenta con el respaldo de unos 211 diputados -entre macronistas, centristas y conservadores-, pero no sería suficiente para permanecer en el cargo.

El ministro de Finanzas, Antoine Armand, advirtió que Francia se encuentra en una coyuntura crítica debido a la incertidumbre sobre el presupuesto y la futura composición del Gobierno.

"El país está en un punto de inflexión", subrayó Armand a ‘France 2 TV’ y agregó que los políticos tienen la responsabilidad de "no hundir a la nación en la incertidumbre".

 

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En una entrevista con TF1 y France 2, Barnier reconoció la complicada situación que vive su Gobierno ante su posible derrocamiento con las mociones de censura a votarse el 4 de diciembre, sin embargo, el primer ministro afirmó que las causas de la situación "van más allá" de su figura, advirtiendo al público francés sobre la inestabilidad política que supondría su salida de Matignon.

"Hay mucha tensión en nuestro país, tenemos que tener cuidado. La situación es muy difícil. Si se aprueba la moción de censura, todo será más difícil y grave", dijo Barnier en la entrevista, aunque mencionó que aún tiene la esperanza de que los diputados muestren "un reflejo de responsabilidad" y no acaben con su mandato. 

Revelando detalles de las negociaciones del polémico presupuesto gubernamental impulsado, y aprobado unilateralmente, por Barnier, el premier francés afirmó que la izquierda del NFP había sido inflexible en las negociaciones, apostando por un programa muy apegado a sus promesas de campaña, mientras que del otro lado, dijo, RN, de Marine LePen, "intentó entrar en una especie de superioridad" durante las conversaciones.

"Llegué a un acuerdo sobre los medicamentos y luego ella quiso las pensiones. Intento ser serio y razonable (…) No nos dedicamos a negociar ni a chantajear", sentenció Barnier.

Sobre Macron, el primer ministro descartó la posibilidad de que el presidente francés renuncie en el caso de que el Gobierno sea censurado, calificando al mandatario de ser "uno de los garantes de la estabilidad de nuestro país”.

Horas antes de la entrevista, el mismo Macron fue preguntado por el posible voto de censura en contra de Barnier. El mandatario aseguró que "no puede creer que se vaya a celebrar una moción de censura" en contra del primer ministro que él mismo eligió tras los resultados de las últimas elecciones parlamentarias francesas.

Sobre su permanencia en el cargo, el presidente francés fue claro: "Honraré esta confianza con toda mi energía hasta el último segundo", dijo Macron ante la prensa durante un viaje oficial en Arabia Saudita.

¿Cómo llegó Francia a este escenario?

Las dos fuerzas de oposición cumplieron su amenaza de presentar las mociones de censura después de que el lunes 2 de diciembre el primer ministro, Michel Barnier, activara el artículo 49.3 de la Constitución que le permite aprobar un proyecto de ley sin votación. En este caso, el presupuesto de la Seguridad Social.

Barnier tomó la arriesgada decisión tras semanas de profundos desacuerdos para aprobar los fondos para 2025. 

Pese a que el premier hizo algunas concesiones en su propuesta, incluida una de último minuto, el lunes, con la que prometió la eliminación de un aumento planificado del impuesto a la electricidad, la ultraderecha insistió hasta el final en que no era suficiente.

El impasse en torno a este proyecto proviene del intento del Gobierno de reducir el creciente déficit público de Francia mediante la recaudación de 60.000 millones de euros en aumentos de impuestos y recortes de gasto en su presupuesto de 2025.

Pero las fricciones y las dificultades para gobernar ya se preveían desde las elecciones legislativas anticipadas de mitad de año. Tras los comicios, ninguna bancada política obtuvo la mayoría absoluta de la Asamblea, lo que siguió a meses de complejas negociaciones para formar una Administración y la designación de Barnier por parte de Macron no dejó satisfecho a todo el espectro político. Entre ellos, el NFP, que remarcó que el primer ministro debió provenir de sus filas debido a que ocupó el primer lugar en las votaciones.

Hasta ahora el Gobierno minoritario de Barnier ha dependido del apoyo de Agrupación Nacional para su supervivencia. Las dos partes se acusan mutuamente y señalan que hicieron todo lo posible por llegar a un acuerdo.

“Entre cortinas de humo y maniobras de desinformación, el partido de Attal denuncia una supuesta colusión entre la Agrupación Nacional y el LFI. Que quede claro: una moción de censura no es una coalición ni un acuerdo político, no es más que la expresión de un rechazo de las opciones políticas y presupuestarias propuestas por el Gobierno. La única alianza que se formó y que sumió a Francia en el caos fue la que se produjo entre las dos vueltas de las elecciones legislativas, en la que los macronistas y la extrema izquierda, de la mano, se retiraron en 210 distritos electorales para bloquear la Agrupación Nacional”, señaló Le Pen este lunes mediante sus redes sociales, al recordar los movimientos en época electoral para tratar de frenar un gobierno liderado por la extrema derecha.

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¿Qué sigue tras una probable  aprobación de la moción de censura contra Barnier?

Si la moción de censura efectivamente sale adelante, Barnier tendría que presentar su renuncia, pero Macron podría pedirle que permanezca en un papel interino mientras busca un nuevo primer ministro, lo que bien podría suceder el próximo año.

Sin embargo, y de acuerdo con la legislación francesa, no puede haber nuevas elecciones parlamentarias anticipadas previo al próximo  julio.

Respecto al presupuesto, si el Parlamento no lo ha adoptado para el próximo 20 de diciembre, el gobierno interino podría proponer una legislación especial de emergencia para renovar los límites de gasto y las disposiciones fiscales de este año. Eso significaría que las medidas de ahorro que Barnier había propuesto no serían aplicadas.

El colapso del Gobierno francés dejaría un agujero en el corazón de Europa. A la situación en París se suma la de Alemania, la primera economía de la UE, donde están programadas elecciones anticipadas para el próximo 23 de febrero tras el desmoronamiento del Gobierno de Olaf Scholz. Todo de cara al retorno de Donald Trump a la Presidencia de la primera potencia, lo que prevé cambios en las relaciones a ambos lados del Atlántico, desde el comercio hasta la cooperación en defensa.

 

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Con Reuters, EFE y medios locales