El enviado de EE. UU., Amos Hochstein, aseguró que viajará este miércoles 20 de noviembre a Israel para intentar asegurar un alto el fuego que ponga fin a la guerra con Hezbolá en Líbano. Hochstein hizo el anuncio tras declarar avances adicionales en las conversaciones en Beirut. Por su parte, el grupo chiita remarcó que cualquier tregua debe poner fin rápidamente a los combates y preservar la soberanía del territorio libanés.
La Administración de Joe Biden acelera sus esfuerzos por alcanzar una tregua entre el Ejército israelí y Hezbolá en Líbano, a dos meses de la entrada de un nuevo gobierno estadounidense, bajo el liderazgo de Donald Trump.
Este miércoles 20 de noviembre, el enviado de EE. UU., Amos Hochstein, llega a Israel para tratar de “poner fin” al cruce de enfrentamientos entre esas dos partes, en medio de la escalada de enfrentamientos en Medio Oriente.
Hochstein llegó a Beirut el martes 19 de noviembre, buscando cerrar un acuerdo de alto el fuego después de que el Gobierno libanés y Hezbolá aceptaran una propuesta de alto el fuego de Estados Unidos, aunque con algunas aclaraciones al respecto.
"La reunión de hoy se basó en la reunión de ayer y logró avances adicionales (…) Por lo tanto, viajaré desde aquí en un par de horas a Israel para tratar de poner fin a esto si podemos", afirmó Hochstein después de su segunda reunión con el presidente del Parlamento Nabih Berri, respaldado por Hezbolá, que cuenta con el apoyo de Irán, para negociar.
El legislador de Hezbolá, Hassan Fadlallah, en una entrevista con la emisora libanesa 'Al Jadeed', indicó que no quería anunciar expectativas sobre las posibilidades de que se selle un acuerdo. Aun así, reiteró que Hezbolá está trabajando para "lograr que la vía política tenga éxito sobre bases nacionales".
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Israel reitera “derecho” a atacar a Hezbolá; el grupo chiita exige fin de los combates
Los esfuerzos diplomáticos de Estados Unidos tienen como objetivo poner fin a un conflicto que ha infligido una devastación masiva en Líbano desde que Israel lanzó una ofensiva contra el grupo chiita, el pasado septiembre, organizando ataques aéreos en amplias partes del país y enviando tropas.
Sin embargo, Washington encara grandes retos, incluso después de que Hezbolá y Líbano se mostraran a favor de una tregua.
Y es que el Gobierno del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, insiste en lo que considera su “derecho” a “actuar militarmente” contra Hezbolá en cualquier acuerdo para poner fin a los combates en el territorio libanés.
Este miércoles, en un comunicado, el líder de la cartera de Defensa, Israel Katz, sostuvo que “la condición para cualquier acuerdo político en Líbano es la preservación de la capacidad de inteligencia y la preservación del derecho (del Ejército israelí) a actuar y proteger a los ciudadanos de Israel de Hezbolá”.
Las dos partes siguen mostrando así grandes desavenencias. También este 20 de noviembre, un funcionario de Hezbolá destacó que cualquier acuerdo de alto el fuego negociado por Estados Unidos entre el grupo e Israel debe terminar rápidamente los combates y preservar la soberanía del Líbano, en una aparente referencia a la postura de Israel de que seguirá atacando al grupo respaldado por Irán, incluso con una tregua en vigor.
En declaraciones al canal de televisión del grupo chiita, ‘Al-Manar’, Mahmoud Qmati señaló que no era ni demasiado optimista ni demasiado pesimista sobre las perspectivas de una tregua.
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¿Sobre qué base negocian una tregua en Líbano?
Los funcionarios libaneses que median entre Israel y Hezbolá han pedido que se vuelva a aplicar la Resolución 1701 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, que puso fin a la guerra de 2006 entre las partes.
El documento pide a los militantes de Hezbolá y a las fuerzas israelíes que se retiren de una zona de contención en el sur del Líbano patrullada por fuerzas de paz de la ONU y tropas libanesas.
Pero Israel se ha quejado durante mucho tiempo de que la resolución no se implementó y Hezbolá permaneció armado en la frontera. Líbano también acusó al Estado de mayoría judía de violar regularmente esa medida.
Hochstein aseguró este miércoles, tras sus recientes reuniones en Líbano, que las conversaciones lograron "progresos adicionales" y que ahora en Israel buscará “tratar de llevar esto a un final, si podemos". Pero se negó a indicar cuáles son los puntos de fricción.
Los ataques y combates israelíes en Líbano han matado a más de 3.500 personas y herido a 15.000, según el Ministerio de Salud libanés. Además, la guerra ha desplazado a casi 1,2 millones de personas, o una cuarta parte de la población del territorio libanés.
Del lado israelí, 87 soldados y 50 civiles, incluidos algunos trabajadores agrícolas extranjeros, han muerto en ataques con cohetes, drones y misiles. Hezbolá comenzó a disparar contra Israel al día siguiente del ataque de Hamás del 7 de octubre de 2023 que desencadenó la guerra en curso en Gaza.
El ataque del grupo que controla el enclave palestino mató en territorio israelí a alrededor de 1.200 personas, en su mayoría civiles, incluidos extranjeros y ciudadanos con doble nacionalidad.
Asimismo, Hamás secuestró a cerca de 250. Alrededor de 100 rehenes permanecen dentro de Gaza, de los cuales se cree que al menos un tercio están muertos. La ofensiva de represalia de Israel ha matado a casi 44.000 palestinos, según las autoridades sanitarias locales.
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Con Reuters, AP y medios locales