Este lunes 23 de septiembre, el nuevo Gobierno de derechas de Francia llevó a cabo su primer desayuno de trabajo con el primer ministro, Michel Barnier, antes de la primera reunión oficial del gabinete en el Palacio del Elíseo. Al tomar las riendas de su cartera, el nuevo ministro del Interior, Bruno Retailleau, afirmó que su prioridad será "restaurar el orden".

La larga espera para conocer al nuevo Gobierno de Francia, 11 semanas después de unas elecciones anticipadas convocadas por el presidente Emmanuel Macron, terminó el sábado 21 de septiembre, cuando se anunció el grueso de un Ejecutivo que marca un giro a la derecha.

Macron enfureció a muchos al desvelar una Administración de derechas, a pesar de que la alianza izquierdista Nuevo Frente Popular ganó más escaños que cualquier otra coalición en las elecciones legislativas de dos rondas, que concluyeron el pasado 7 de julio. La oposición de izquierdas ya ha anunciado que presentará una moción de censura en el Parlamento lo antes posible. 

En su primera reunión, el nuevo primer ministro, Michel Barnier, instó a los miembros de su recién nombrado gabinete a ser "irreprochables y modestos", al asumir sus carteras y a "mostrar respeto por todos nuestros conciudadanos".

Por su parte, el nuevo ministro del Interior, Bruno Retailleau, afirmó que su prioridad será "restablecer el orden", palabras que pronunció al tomar las riendas de esa cartera.

"Orden en las calles y en las fronteras"

"El pueblo francés quiere más orden: orden en las calles, orden en las fronteras", remarcó Retailleau en sus primeras declaraciones públicas. El nuevo titular del Interior, un senador conservador, es conocido por sus opiniones de extrema derecha, que también ha pedido una postura más dura frente a la inmigración.

Los 39 ministros de Barnier cuentan con el apoyo parlamentario mayoritario de los aliados de Macron, así como de los conservadores 'Los Republicanos' y grupos centristas.

La oposición ha criticado la impronta conservadora del nuevo gabinete y el presidente del Partido Socialista, Olivier Faure, lo ha calificado como el "gobierno más derechista de la V República".

Barnier, antiguo negociador de la Unión Europea para el Brexit, abrió la puerta, el pasado domingo 22 de septiembre, a subir los impuestos a los franceses más ricos y a algunas grandes empresas para ayudar a cerrar un agujero enorme en las finanzas públicas, al tiempo que prometió proteger a las clases bajas y medias.

"No voy a subir más los impuestos a todos los franceses, ni a los más modestos, ni a los que trabajan, ni a las clases medias. Pero no puedo excluir a los más ricos del esfuerzo nacional para rectificar la situación", declaró Barnier a la cadena de televisión 'France 2′.

Una deuda externa disparada

La deuda total de Francia se sitúa en el 110% del PIB. Es decir, cerca de 3,2 billones de euros. Unos ingresos fiscales inferiores a los previstos y el aumento del gasto de las administraciones locales ha hecho que la proyección del déficit presupuestario del sector público se dispare hasta el 6,2% de la producción económica el año que viene si no se hace nada para frenarlo.

Este déficit incumple las normas de la Unión Europea y las agencias de calificación crediticia examinan con lupa las decisiones francesas. "Gran parte de nuestra deuda se ha puesto en los mercados internacionales y extranjeros. Tenemos que mantener la credibilidad de Francia", destacó Barnier.

El primer ministro también prometió "controlar y limitar la inmigración" en la entrevista del pasado domingo. El funcionario aseguró que el número de inmigrantes que llegan a Francia "se ha vuelto insoportable" e hizo referencia a las medidas adoptadas por países vecinos, como Alemania, que este mes ordenó controles temporales en todas las fronteras terrestres.

La izquierda anuncia una moción de censura

El secretario del Partido Socialista, Olivier Faure, sostuvo que el bloque izquierdista tiene previsto presentar una moción de censura el próximo 1 de octubre, tras el discurso de política general de Barnier ante el Parlamento, previsto para ese día.

Pese a ello, Faure reconoció que "probablemente fracasará" al no contar con el apoyo del partido de ultraderecha Agrupación Nacional, que ha señalado que esperará antes de hacer cualquier movimiento contra el Gobierno.

Barnier rechazó este lunes las críticas de la izquierda, insistiendo en que su alineación ministerial era "progresista y proeuropea". Entretanto, el presidente Emmanuel Macron tiene programado presidir este 23 de septiembre la primera reunión oficial del nuevo gabinete.

Este artículo fue adaptado de su versión original en inglés