Los habitantes de Sri Lanka votaron el sábado para elegir a su presidente con la esperanza de pasar página de la brutal política de austeridad que se les impuso para sacar al país de la crisis financiera de 2022. Tras la caída de Gotabaya Rajapaksa, el presidente saliente, Ranil Wickremesinghe, busca un nuevo mandato presidencial frente a unos cuarenta candidatos.

Día de elecciones presidenciales en Sri Lanka. La población fue llamada a votar el sábado 21 de septiembre para elegir a su nuevo presidente, dos años después de la implementación de una brutal política de austeridad destinada a sacar al país de la bancarrota.

A partir de las 07:00 hora local, las primeras filas se formaron frente a los colegios electorales en la capital, Colombo, y sus alrededores. Los colegios electorales cerraron sus puertas a las 16.00 horas.

"Creo que el país necesita un nuevo líder, necesitamos un cambio", comenta Sunil, un vendedor de periódicos que prefirió no dar su nombre, mientras votaba en el colorido distrito de Wellawatte.

Al frente del país desde 2022, el saliente Ranil Wickremesinghe, de 75 años, busca un nuevo mandato con la única promesa de continuar la recuperación forzosa de la isla.

"Mi esperanza es desarrollar Sri Lanka", dijo a la prensa después de votar por la mañana en la capital. "Ya he hecho mucho, saqué a este país de la quiebra", prosiguió el presidente, que durante su campaña se presentó como el único capaz de sacar al país del caos.

Viejo conocido de la política local (fue seis veces primer ministro), Ranil Wickremesinghe asumió la presidencia en julio de 2022 tras la caída de Gotabaya Rajapaksa, expulsado de su palacio por una multitud furiosa, agotada por la inflación y la escasez. Un presidente depuesto que vivió en el exilio durante siete semanas antes de regresar a su país.  

Ranil Wickremesinghe heredó una economía estrangulada por una deuda de 46 mil millones de dólares (42 mil millones de euros), contraída principalmente con China, privada de reservas de divisas y en plena recesión.

Tras largas negociaciones, el Fondo Monetario Internacional acabó liberando una ayuda de emergencia de 2.900 millones de dólares (2.600 millones de euros) en 2023, a cambio de subidas de impuestos y recortes drásticos del gasto público.

El aumento de la pobreza impulsa un voto de protesta 

Desde entonces el orden ha vuelto a las calles y el crecimiento del país ha comenzado a aumentar de nuevo, aunque sigue siendo frágil, advirtió el FMI.

Pero la tasa de pobreza de la población ha aumentado, según el Banco Mundial, y alcanza a más de una cuarta parte de sus 22 millones de habitantes. 

Un número importante de votantes enviará un mensaje muy fuerte (…) diciendo que están muy decepcionados con la forma en que se gobierna el país", anticipó Murtaza Jafferjee, del grupo de expertos independiente Advocata en Colombo.

De los 39 contendientes en liza, dos parecen capaces de desafiar a Ranil Wickremesinghe por la victoria.

Primero el líder de la coalición de izquierda, Anura Kumara Dissanayaka, de 55 años.

El jefe del Frente de Liberación Popular (JVP), de inspiración marxista, detrás de dos insurrecciones armadas mortíferas a principios de los años 1970 y finales de los años 1980, espera cosechar los beneficios de su discurso contra las élites "corruptas" en el origen del caos de 2022.

El número uno de la oposición, Sajith Premadasa, de 57 años, también debería obtener una parte importante de los votos de los descontentos.

Excercano a Wickremesinghe, está comprometido a obtener concesiones del FMI.

"Revisaremos las desigualdades del código fiscal respaldado por el FMI, que obliga a los trabajadores a buscar empleo en el extranjero", afirmó el candidato de centroderecha.

La institución internacional, sin embargo, no parece dispuesta a suavizar sus exigencias.

“Se han logrado avances, pero el país todavía está lejos de salir de la rutina”, advirtió la semana pasada la jefa de comunicaciones del FMI, Julie Kozack.

Los resultados de la votación se esperan a partir del domingo. Si ninguno de los candidatos supera el listón del 50% de los votos, como siempre ha sido el caso hasta ahora, la comisión electoral decidirá entre ellos enumerando la segunda o tercera preferencia de los votantes.

 

AFP; adaptado de su original en francés