Este domingo, los chilenos regresaron a las urnas para la segunda y última jornada de las elecciones municipales y regionales. Los comicios tienen lugar en un contexto marcado por tensiones políticas, escándalos que afectan tanto al oficialismo como a la oposición y una creciente preocupación por la delincuencia y la inseguridad. 

Con una gran cantidad de cargos en disputa, los chilenos votan para elegir 345 alcaldes, 16 gobernadores, 2,252 concejales y 302 consejeros regionales. Al tratarse de las primeras elecciones municipales y regionales con voto obligatorio para mayores de 18 años, se espera una participación cercana al 80%.

Las elecciones se celebran en un ambiente de inquietud social. Por un lado, los ciudadanos expresan su preocupación por el aumento de la criminalidad; por otro, los recientes escándalos han salpicado a ambos lados del espectro político.

Ricardo Nolis, votante en el Estadio Nacional de Santiago, expresó a la agencia de noticias EFE su deseo de que “las autoridades electas no sean corruptas, hagan bien su trabajo y escuchen al pueblo, sin importar el color político", Su amigo Sergio Campos añadió que los casos de corrupción están generando “desconfianza hacia las instituciones” y “polarización en la clase política”.

El Gobierno del progresista Gabriel Boric, que participa en estas elecciones con una amplia coalición, enfrenta una prueba de gestión en medio de la crisis de seguridad y la reciente renuncia del exsubsecretario del Interior, Manuel Monsalve, tras una denuncia por presunta violación.

Monsalve, uno de los políticos mejor valorados, dejó un vacío en el oficialismo y expuso tensiones internas.

Tras votar en Punta Arenas, Boric comentó que “las autoridades deben estar a la altura del cargo”, y señaló la importancia de que actúen con “honestidad, austeridad y un compromiso con el bien común”, aunque evitó mencionar el caso Monsalve.

Un anticipo clave rumbo a las presidenciales de 2025

Consideradas como un barómetro de cara a las presidenciales de 2025, estas elecciones han puesto tanto al presidente Boric como a su ministra del Interior, Carolina Tohá, bajo la lupa, por no haber cesado de inmediato a Monsalve al conocerse la denuncia.

La coalición gobernante, que incluye al Frente Amplio, el Partido Comunista y la centroizquierda, concurre a estos comicios junto con la Democracia Cristiana (DC), que, aunque no forma parte del Ejecutivo, es aliada en muchas votaciones. Actualmente, el oficialismo y la DC gobiernan en 15 de las 16 regiones y en importantes alcaldías como Santiago Centro, Valparaíso, Viña del Mar y Concepción.

Por otro lado, la oposición enfrenta estos comicios fragmentada. La derecha tradicional de Chile Vamos, debilitada por un escándalo de tráfico de influencias que ha alcanzado incluso a la Suprema Corte, intenta contener una fuga de votos hacia la extrema derecha, representada por el Partido Republicano, que promete medidas duras contra la corrupción y la inseguridad.

Estas elecciones llegan una semana después del quinto aniversario del estallido social de 2019, cuando miles de chilenos exigieron mayores derechos sociales, cuestionando la institucionalidad del país.

“Marcan el punto de inicio de posibles candidaturas a La Moneda”, comentó Raúl Elgueta, analista de la Universidad de Santiago, a la agencia EFE.

Con EFE y Medios locales