Según un reportaje exclusivo de la agencia de noticias Reuters, que cita fuentes del Gobierno de Estados Unidos, el presidente Joe Biden prepara un paquete de ayuda para la nación invadida por Rusia por 725 millones de dólares. La asistencia llegaría en momentos en que el mandatario saliente busca reforzar a Kiev tras casi tres años de guerra y a puertas de la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, que previamente se ha mostrado afín a Moscú y contrario a entregar ayuda a Ucrania.
Joe Biden prepara el terreno para asegurar ayuda a Ucrania antes de abandonar la Casa Blanca, una aparente medida de prevención de cara al gobierno de Donald Trump.
Así lo señala un informe exclusivo de la agencia de noticias Reuters, que cita a funcionarios estadounidenses, que indicaron que el presidente saliente alista un paquete para la compra de armas para Ucrania por 725 millones de dólares.
La actual Administración planea proporcionar una variedad de armas antitanque de las reservas estadounidenses para truncar el avance de las tropas rusas, incluidas minas terrestres, aviones no tripulados, misiles Stinger y munición para sistemas de cohetes de artillería de alta movilidad (HIMARS).
Además, está previsto que el nuevo paquete incluya municiones de racimo, que suelen encontrarse en los cohetes del Sistema Guiado de Lanzacohetes Múltiples (GMLRS), disparados por lanzadores HIMARS.
La notificación formal al Congreso de EE. UU. sobre los nuevos fondos para armas podría llegar tan pronto como el próximo lunes 2 de diciembre, aseguró uno de los funcionarios de Washington.
Sin embargo, las fuentes remarcan que el contenido y la magnitud del paquete de asistencia militar podrían cambiar en los próximos días antes de la esperada firma de Biden.
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¿Cómo puede Biden dejar más ayuda a Ucrania?
Si bien el actual mandatario ha estado presionando al Congreso de su país por más fondos para apoyar al país invadido por Rusia desde hace casi tres años, en medio de estancamientos previos en el Legislativo, Biden acude a la denominada Autoridad de Reducción de Armamentos (PDA por sus siglas en inglés).
Y el previsible nuevo anuncio representa un considerable aumento de su uso por parte del todavía jefe de Estado, en comparación con lo que ha hecho hasta ahora en su Administración.
Se trata de una iniciativa que permite a EE. UU. recurrir a las reservas de armas que ya tiene en sus arsenales para ayudar a sus aliados en caso de emergencia.
Los anuncios recientes de PDA han oscilado normalmente entre 125 y 250 millones de dólares. Se calcula que Biden dispone de entre 4.000 y 5.000 millones de dólares en PDA ya autorizados por el Congreso que se espera utilice antes de que el presidente electo, el republicano Donald Trump, se posesione el próximo 20 de enero.
Estados Unidos no ha exportado minas terrestres en décadas y su uso es controvertido por el daño potencial a los civiles. Aunque más de 160 países han firmado un tratado que prohíbe su uso, Kiev lleva pidiéndolas desde que Rusia lanzó su invasión a gran escala, el 24 de febrero de 2022, y las fuerzas de Moscú ya las han utilizado en la guerra en curso.
Las minas terrestres que se enviarían a Ucrania son minas "no persistentes", con un sistema de alimentación que dura poco tiempo, por lo que los dispositivos no son letales. Esto significa que –a diferencia de las minas terrestres más antiguas– no permanecerían en el suelo, amenazando a los civiles indefinidamente.
En la actualidad, las fuerzas rusas están avanzando en Ucrania al ritmo más rápido desde los primeros días de la invasión, tomando un área de la mitad del tamaño de Londres en el último mes, según afirmaron esta semana analistas y blogueros de guerra.
Washington espera que Kiev utilice las minas en su propio territorio, aunque se ha comprometido a no usarlas en zonas pobladas por sus propios civiles.
El miércoles 27 de noviembre, Trump nombró como enviado especial para el conflicto a Keith Kellogg, un teniente general retirado que le presentó un plan para poner fin a la guerra en Ucrania.
Terminar rápidamente con el mayor conflicto en suelo europeo en décadas fue una de las principales promesas de campaña del republicano, que en su pasado gobierno se mostró afín a Trump, aunque ha evitado explicar cómo lo haría.
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