Las amenazas arancelarias de Donald Trump han encendido las alarmas en la economía mundial, susceptible a las decisiones de Estados Unidos como primera potencia comercial. En el caso de México y Canadá, las sanciones económicas a estos países lograron apaciguar los temores de Trump en cuanto a migración. ¿Son los aranceles el mecanismo del mandatario para cumplir sus objetivos?, ¿ocurrirá lo mismo con la UE y China? Lo analizamos.
"Los aranceles son muy poderosos tanto económicamente como para conseguir todo lo que uno quiere", ha dicho Donald Trump, presidente de Estados Unidos.
El magnate republicano ha sumido en la incertidumbre a la economía mundial en los últimos días: el sábado, 1 de febrero, Trump cumplió su amenaza y ordenó imponer aranceles a los productos de México, Canadá y China. En el caso de Ottawa y Ciudad de México, las sanciones fueron parte de su plan para contrarrestar el tráfico de fentanilo y los flujos migratorios masivos en sus fronteras.
Con respecto a sus vecinos -ambos importantes socios comerciales-, Trump se retractó este lunes de las sanciones económicas para México y Canadá, a pesar de que los aranceles estadounidenses sobre China deberán entrar en vigor en cuestión de horas.
La pausa en los aranceles anunciados por la Administración del republicano para los productos mexicanos y canadienses tienen lugar luego de que Washington conversara con las otras dos naciones norteamericanas y lograra concretar medidas para apaciguar sus preocupaciones en torno a la seguridad fronteriza y el narcotráfico.
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Esta suspensión propicia un periodo de relativa calma tras días en los que parecía que América del Norte se encaminaba a una guerra comercial más amplia que amenazaba con aplastar el crecimiento económico dentro y fuera de la región, y con poner fin a dos de los vínculos comerciales más importantes para Estados Unidos.
Dicho eso, aunque los temores de que estalle una guerra comercial parecen estar bajo control por ahora, eso no significa que haya terminado el drama ocasionado por las amenazas arancelarias de Trump.
De hecho, el presidente estadounidense ha dicho que pronto se impondrán aranceles a los países de la Unión Europea.
En ese sentido, parece que el magnate republicano ve en la imposición de aranceles un mecanismo para obtener lo que quiere, y un sistema que está dispuesto a replicar en otros escenarios, con base en lo ocurrido con Estados Unidos y Canadá. Mientras, está por verse lo que ocurrirá con China y el resto de países que han sido objeto de las palabras de Trump.
¿Repetirá Trump este sistema con otros países?, ¿tendrá el mismo efecto en el bloque europeo?¿Está Estados Unidos preparado para hacer frente a las consecuencias de las amenazas de su presidente? Lo analizamos en France 24.
Trump, ¿ganando tiempo con Canadá y México?
El presidente estadounidense y su homóloga mexicana, Claudia Sheinbaum, anunciaron este lunes la pausa de un mes de los aranceles entre sí que habían anunciado cada uno, luego de lo que Trump calificó como una “conversación amistosa”.
¿El resultado de este diálogo? La misma Sheinbaum lo explicó: “1. México reforzará la frontera norte con 10 mil elementos de la Guardia Nacional de forma inmediata, para evitar el tráfico de drogas de México a Estados Unidos, en particular fentanilo. 2.Estados Unidos se compromete a trabajar para evitar el tráfico de armas de alto poder a México. 3.Nuestros equipos empezarán a trabajar hoy mismo en dos vertientes: seguridad y comercio ponen en pausa los aranceles por un mes a partir de ahora".
Por su parte, horas después del anuncio de la mandataria mexicana, el premier canadiense informó que los aranceles impuestos por Estados Unidos a su país quedaban suspendidos por un plazo de “30 días” mientras ambos países trabajan “juntos” en la agenda migratoria y de lucha contra las drogas.
En ese sentido, Trump logró -al igual que con México- concretar más acciones que mitiguen sus preocupaciones. Trudeau subrayó también este lunes que “Canadá está implementando” un “plan fronterizo de 1.300 millones de dólares: reforzando la frontera con nuevos helicópteros, tecnología y personal, mejorando la coordinación con nuestros socios estadounidenses y aumentando los recursos para detener el flujo de fentanilo".
Diversos análisis como el de la Tax Foundation, el Tax Policy Center y el Peterson Institute for International Economics mostraron que los aranceles podrían afectar el crecimiento estadounidense, reducir los ingresos y hacer subir los precios.
Sin embargo, el presidente estadounidense ha insistido en que los aranceles son herramientas necesarias para lograr que otros países detengan la migración irregular, impidan el contrabando de fentanilo y traten a Estados Unidos, según él, “con respeto”.
En diálogo con France 24, Eloisa Cadenas, Directora de Innovación de la firma Monetae Exchange, considera que “con lo que vimos este fin de semana y lo que sucedió la semana pasada con Gustavo Petro, es más que evidente que esta es una estrategia efectiva del presidente Trump”.
En ese sentido, recuerda Cadenas, “es importante considerar que él ha sido un empresario toda su vida y sabe cómo negociar de manera forzada e inmediata, por lo tanto, esto que sucedió no es atípico y, de alguna forma, ya se esperaba”.
Por su parte, el analista Mario Campa, politólogo y economista, considera que “la amenaza no se ha diluido por completo, probablemente sea para comprar tiempo, los mercados reaccionaron de forma muy negativa”.
¿Qué pasará con China y la Unión Europea?
"Sin duda sucederá lo mismo con la Unión Europea. Puedo decírselo porque realmente se han aprovechado de nosotros", aseguró Trump el domingo en diálogo con los periodistas.
El mandatario estadounidense ha manifestado su disgusto sobre la relación comercial que mantiene su país con el bloque de los Veintisiete, que representa un déficit comercial de 300.000 millones de dólares.
"No se llevan nuestros autos, no se llevan nuestros productos agrícolas. No se llevan casi nada y nosotros les compramos todo", ha dicho Trump sobre este punto.
En respuesta, el grupo europeo no tardó en responderle al republicano. “La UE está preparada para un diálogo sólido pero constructivo con Estados Unidos, aunque también reconocemos los posibles retos en la relación con EE. UU. y estamos preparados para que, cuando se nos ataque injusta o arbitrariamente, la UE responda con firmeza”, aseguró Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea.
En cuanto a China, el gran rival comercial de Washington, el país ha contraatacado rápidamente a las sanciones económicas impuestas por Trump. Este martes, mientras entraba en vigor el arancel del 10% que había anunciado el magnate republicano sobre los productos chinos, el ministerio de Finanzas chino anunció que desde el 10 de febrero su país impondrá aranceles del 15% sobre el carbón y el gas natural licuado (GNL) estadounidense y del 10% sobre el petróleo crudo, equipos agrícolas y algunos automóviles.
En ese sentido, ¿tendrán el mismo resultado estas sanciones económicas en China y la UE? Muy posiblemente no. “En principio, porque la Unión Europea y China son actores clave en el comercio global y tienen economías mucho más diversificadas y menos dependientes de Estados Unidos que México y Canadá, que están integrados con EE. UU. a través del T-MEC”, señala Cadenas para France 24.
La experta explica que “aunque los aranceles puedan impactar sectores clave como el automotriz en la UE o la tecnología en China, ambos bloques tienen la capacidad de redirigir parte de su comercio hacia otros mercados”.
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Así pues, tanto China -como ya lo hizo- y el bloque de los líderes europeos “tienen un mayor margen para imponer contramedidas arancelarias. China, en particular, ya ha demostrado en el pasado su disposición a responder con fuerza durante la guerra comercial de 2018-2019”, lo que podría “llevar a una escalada más prolongada y de mayor impacto en los mercados financieros globales”, subraya Cadena.
¿Cuáles son los efectos de las amenazas de Trump para su propio país?
El presidente estadounidense parece ir en contravía de lo que pronostican diversos análisis económicos sobre el impacto que tendrían sus medidas arancelarias.
Estas sanciones económicas no las pagan directamente los consumidores finales, sino la empresa que transporta las mercancías a través de las fronteras estadounidenses. Sin embargo, el costo final de llevar los productos a su punto final de venta aumentaría, y cada participante en el proceso seguramente aumentará sus precios a medida que se enfrente a nuevos aranceles fronterizos.
A su vez, Gregory Daco, economista jefe de la firma de consultoría e impuestos EY, estima que los aranceles aumentarían la inflación -que en diciembre se situaba en un 2,9% anual- en 0,4 puntos porcentuales este año. Al mismo tiempo,Daco prevé que la economía estadounidense, que creció un 2,8% el año pasado, caería un 1,5% este año y un 2,1% en 2026.
Por su parte, el Laboratorio de Presupuesto de la Universidad de Yale apunta a que los aranceles de Trump costarían al hogar estadounidense promedio entre 1.000 y 1.200 dólares en poder adquisitivo anual.
“Aunque EE. UU. tiene los recursos para soportar estas tensiones, mantenerlas a largo plazo podría erosionar su crecimiento económico y su liderazgo global”, señala en diálogo con France 24 la experta Cadena.
“Estas medidas arancelarias prolongadas pueden generar costos internos significativos, como el aumento de precios para consumidores, pérdidas en exportaciones clave y la interrupción de cadenas de suministro. Sectores como la agricultura, manufactura y tecnología suelen ser los más afectados por las represalias”, añade la analista.
En cuanto a lo que puede ocurrir más allá de sus fronteras, el economista Campa -también para este medio- señala que “Estados Unidos está perdiendo confianza como socio comercial y como aliado geopolítico”.
Tradicionalmente el país de Donald Trump ha vendido una imagen de ser una nación “estable, un país de leyes que además utilizaba mucho su poder blando, que se ejerce a través de la cooperación internacional, de los medios de comunicación, de las instituciones multilaterales, de la imagen que tiene al exterior”, señala el analista citado previamente.
Ahora, con apenas dos semanas desde el regreso de Trump a la Casa Blanca, la postura de Washington dista mucho de lo que había sido hasta ahora, y los hechos más recientes apuntan a que vendrán más giros abruptos durante los siguientes años.
Con AP, Reuters, EFE y medios locales