Desde hace meses nos vienen inquietando los precios del petróleo; y no tanto por los mismos precios, sino por el momento en que ha venido desenvolviendo la tendencia alcista, pues ya para el mes de diciembre se encontraba en el rango de los US$70-75 el barril. Primero nos comenzó a preocupar porque la República Dominicana presupuestaba un petróleo promedio de US$65 para el año 2022, y segundo debido a que para entonces se suponía era la temporada de abastecimiento del mismo, que históricamente refleja una pausa en los precios o un descenso.
En aquel momento argumentábamos que a pesar de haber perdido la oportunidad para protegernos de alzas futuras (último trimestre del año 2021), todavía podíamos protegernos de cara a los precios del verano dada las condiciones de la estructura del mercado “backwardation”, que nos permitía comprar o asegurar precio a futuro a descuento, en función al actual precio del mercado spot.
Esta misma estructura de mercado, “backwardation”, nos viene diciendo desde finales del 2021 que estamos frente a precios alcistas, como también a un estrecho margen de error en la oferta y demanda petrolera. En ese instante ya se recibían reportes de analistas de instituciones financieras pronosticando un oro negro sobre los US$100 el barril, coincidiendo nosotros con ese pronóstico, pero lo que nunca nos íbamos a imaginar es que veríamos estos precios en el primer trimestre del 2021, sino más bien a inicios del verano de este año 2022.
Ahora mismo hay más de 1.5 MM de barriles diarios de Rusia desconectados del mercado.
¿Qué sucedió? Como es de saber, la crisis geopolítica que se ha desatado ante uno de los principales productores de petróleo en el mundo, y uno de principales productores de granos, ha puesto al mundo en vilo. Justamente el jueves, la división de inversiones financieras de JP Morgan señalaba que si se concretiza una disrupción del petróleo ruso podríamos ver el petróleo Brent en los US$185 por barril. Por el momento, refleja el mismo comunicado, que alrededor del 70% del hidrocarburo de Rusia se encuentra enfrentando dificultades para encontrar compradores, hasta el punto de que en una situación normal el diferencial es de US$1 a favor del Brent contra el Urals (petróleo referente ruso), mientras hoy aparece con un precio de descuento de US$28 a favor del Brent.
Entre las razones que podemos señalar para esa tan anormal diferencia entre el precio de uno y el otro, es que se percibe un problema de logística, pues una gran cantidad de tanqueros no quiere asumir la responsabilidad de transportar el petróleo ruso sin que se establezcan las sanciones claras contra el país del Euro-Asia. Lo segundo es un asunto de reputación y relaciones públicas debido a que ninguno de los tradicionales compradores desea asumir notoriedad comprando el hidrocarburo, por una razón de imagen.
La escala del impacto en la oferta es tan grande que los precios del oro negro deben alcanzar y mantenerse en alrededor de US$120 el barril durante meses para poder incentivar lo conocido como destrucción de demanda, asumiendo que no se llegue a suplir al mercado iraní.
El mismo JP Morgan en su comunicado sostiene que prevé que el Brent promedie los US$110 por barril en el segundo trimestre, US$100 en el tercero y US$90 en el cuarto y que sin una devolución de barriles iraníes al mercado la institución bancaria espera que los precios del petróleo promedien US$115 en el segundo trimestre, US$105 en el tercero y US$95 en el cuarto.
Sin embargo, hay que tomar en cuenta que, observando los actuales precios del petróleo, podemos afirmar que existe más dinero disponible actualmente que en la crisis del 1979 o en el año 2008. Y otro elemento es que no se puede pensar en el petróleo de Irán como salvo conducto, pues se necesitaría de un esfuerzo bipartidista del congreso de los Estados Unidos para levantarle las sanciones a Irán, lo que no se vislumbra en el momento. Además, que tomando el acuerdo del 2015 como punto de partida, le llevaría al mismo Irán alrededor de cuatro meses para suplir 500 mil barriles de petróleo diarios, bajo la salvedad de que ahora mismo hay más de 1.5 MM de barriles diarios de Rusia desconectados del mercado.
No está demás señalar que la OPEP produce ahora mismo 146% de lo acordado y que también se debe considerar que Irán estaría contra el reloj para llegar a su máxima producción, ya que nos conduciría hasta el verano, que es la temporada alta.
Todo lo señalado más arriba ocurre mientras se amenaza con imponer un embargo al petróleo ruso, lo que vemos un poco cuesta arriba, pero que se concretice o no, estamos en lo que parecen ser precios de energía que todavía tienen mucho espacio al alza. Definitivamente estamos en territorio desconocido.