Venezuela sigue siendo una preocupación política importante para América Latina y el Caribe. El fraude electoral, como continuidad de anteriores fraudes cometidos por Nicolás Maduro y sus incondicionales, es algo que no podemos olvidar.

Los venezolanos fueron solidarios con los dominicanos, cuando aquí hubo dictadura y cuando Joaquín Balaguer intentó hacer un fraude para quedarse en el poder, como ahora ha hecho Nicolás Maduro. El fraude el pasado 28 de julio es Venezuela es más indignante que los fraudes electorales del doctor Joaquín Balaguer.

Algunos grupos radicales entienden que la República Dominicana no debe pronunciarse sobre el fraude en Venezuela. Y que el reciente pronunciamiento del presidente Luis Abinader, en su toma de posesión, es una intromisión en los asuntos internos de Venezuela. Nada más mentiroso y equivocado. El fraude electoral es una estafa a la democracia y un arrebato al derecho que tienen los ciudadanos de un país a elegir a sus gobernantes. En Venezuela se ha violentado ese derecho, y los dominicanos debemos acompañar a los venezolanos en sus reclamos contra el fraude y la estafa política que ha representado y sigue representado Nicolás Maduro, un dictador que ha masacrado al pueblo que ha protestado en reclamo de un derecho universal y legítimo, como el de elegir democráticamente a sus gobernantes.

El presidente Luis Abinader lo dijo con mucha firmeza, y dentro del contexto político de la región. "En nuestra América, una reconocida tierra de paz, después de los avances democráticos logrados en las últimas décadas, el compromiso con la institucionalidad muestra hoy preocupantes retrocesos.

El caso actual más evidente es la situación en Venezuela, que, tras el resultado anunciado de las elecciones del 28 de julio, sin la debida transparencia que requiere un proceso electoral y sin ningún sustento documental por parte de las autoridades, se encuentra en una gravísima crisis, que nos lleva a exigir la publicación de todas las actas electorales, su verificación por instituciones imparciales y el respeto al resultado emanado de la voluntad del pueblo venezolano. 

Resultan altamente condenables los atropellos contra las instituciones democráticas y el uso de la violencia política que estamos observando en Venezuela. Estas actuaciones autoritarias son profundamente injustas y echan abajo las conquistas sociales y políticas logradas con el esfuerzo de generaciones. 

República Dominicana estará siempre del lado de la democracia.  Donde sea, cuando sea y ante quien sea".  

Por más adhesiones que tengan los grupos radicales y los que se agreguen a un régimen dictatorial y autoritario, represivo e ilegítimo, no conseguirán el apoyo de la República Dominicana a esas pretensiones, que nada tienen que ver con socialismo, ni con revolución, ni con conquistas sociales y progresistas, porque Nicolás Maduro lo único que representa es el fraude y la corrupción, por donde quiera que lo analicen. Es una vergüenza que haya ciudadanos dominicanos que se adhieran a una monstruosidad como la que estamos observando en el pueblo bolivariano de Venezuela.