Juan Bolívar Díaz, maestro de generaciones de periodistas y uno de los más sólidos profesionales del periodismo, hoy embajador en el Reino de España, nos envía la siguiente comunicación, que compartimos con nuestros lectores, a propósito de una campaña de denuestos -tradicional en los que se hacen llamar defensores de la nacionalidad y la soberanía- contra la decisión de este diario digital de promover la defensa de los derechos humanos de todas las personas, residentes regulares o no, a los cuales estamos en el deber de respetar sus derechos como seres humanos.
Los autores de esta campaña promueven, envalentonados, que los dominicanos rechacen a los dominicanos de origen haitiano y a los haitianos, y les piden no dialogar con ellos, no comprar los productos que venden, no contratar ningún servicio, ni alquilarles una vivienda o brindarles servicios de salud, de transporte o educación..porque ellos ponen en peligro la existencia de la República Dominicana. A continuación la carta del periodista y embajador Juan Bolivar Díaz:
Fausto Rosario
Director de Acento TV y Acento.com
Querido colega y amigo:
No me perdonaría guardar silencio frente a la campaña de denuestos e intentos de chantajes, incluidas amenazas, de que eres víctima en estos días por tu persistente defensa de derechos humanos, y por rescatar los numerosos llamados del Papa Francisco para que enfoquemos los problemas migratorios de forma constructiva y compasiva. Nos toca a nosotros que tenemos dos millones de compatriotas en todos los refugios del mundo.
Yo sé que no te van a callar ni a chantajear con acusaciones de anti-dominicano, agente extranjero, enemigo de la RD, como tampoco lo lograrán con el ilustre abogado Ramón Antonio Veras, recientemente amenazada de muerte. Ahora te declaran persona non-grata como ayer nos acusaban de traidores a la patria cuando defendíamos los derechos de decenas de miles de personas, nacidas en el país, y con hasta décadas ostentando la condición de dominicanos, por actas de nacimiento, cédulas y hasta pasaportes. Desafiando demonios contribuimos a que una ley del Congreso Nacional reparara aquella ignominiosa sentencia que declaramos como genocidio civil.
Varios de los comunicadores que compartimos contigo aquel desafío no estamos ahora en el debate cotidiano, como por ejemplo Huchi Lora, Marino Zapete, Andrés L. Mateo, aunque han advenido otros que levantan banderas de amor, respeto a la condición humana y misericordia cristiana.
Siguen siendo grupos minúsculos los que promueven el odio y la xenofobia, pero cada vez con mayor ruido generador de confusiones, dañando la imagen del país. Ya los inmigrantes haitianos no guardan proporción con los 497 mil 825 que arrojó la Encuesta Nacional de Inmigrantes del 2017, sino que hablan de dos, tres y hasta cuatro millones, a pesar de las masivas deportaciones de los últimos años, 174 mil 602 sólo en el 2023, según el último informe memoria del Gobierno. Ni siquiera se molestan en pensar dónde pueden vivir esos millones de extranjeros, Pero difunden que pronto serán más que los dominicanos y controlarán el país para fundirlo con Haití. Todo para crear miedo y pánico y sembrar más discordias. Recientemente he visto montajes audiovisuales donde se enaltece la matanza de haitianos de 1937 y se vaticina violencia.
La nacionalidad y el sentimiento dominicanista son miles de veces más fuertes que lo que pretenden los sembradores de odio, y nada ni nadie podrá borrar el legado de los fundadores de la nación, que inscribieron los Evangelios en el escudo nacional, y por el que se han sacrificado legiones inmensas de patriotas a lo largo de 180 años.
Siempre hemos promovido la necesidad de regular la inmigración, luchando tenazmente contra el tráfico de personas, y creando las condiciones legales, sociales y económicas para que no dependamos cada vez más de la mano de obra extranjera para tareas tan esenciales como la producción de alimentos y la construcción. Por eso respaldamos el plan de regularización de extranjeros que se intentó a partir del 2014, contemplado en la Ley de Migración y la Ley de Estrategia Nacional de Desarrollo.
Al expresarte mi solidaridad, y aún consciente de que renovarán los estigmas contra mi, quiero aprovechar para formular un llamado a la conciencia de los dominicanos y dominicanas, autoridades, legisladores, dirigentes sociales, religiosos, a los académicos y profesionales, a toda la ciudadanía, para que reorientemos el debate de los problemas migratorios sobre bases racionales y sentimientos humanos y cristianos, para poner límite a la siembra de odios y evitar una tragedia.
Todos deberíamos despolitizar un tema tan sensible y grave como la inmigración descontrolada y apoyar los esfuerzos que hace el Gobierno del presidente Luis Abinader por controlar un flujo que sin duda es muy superior a nuestras potencialidades. Pero al mismo tiempo debemos rechazar los discursos xenofóbicos y de odio y velar por el respeto a los derechos humanos. Sin olvidarnos de que somos un país de emigrantes, los cuales, por cierto, se han convertido en un sólido sostén de la estabilidad económica y de la reducción de la pobreza con remesas que superan muchas veces la inversión pública en asistencia social.
Madrid, 6 de octubre del 2024.-