La basura, la hez mediática abunda en estos tiempos de prepotencia y abuso de la ultraderecha, que sigue teniendo a Donald Trump como el epítome de la representación divina en una tierra plagada de calamidades.

Esta campaña, acelerada por el acceso de Elon-Saludo Nazi-Musk al control del gobierno de los Estados, tomó impulso con las acusaciones del dueño de X a USAID, organismo gubernamental estadounidense al que calificó "criminal, plagada de izquierdistas y gays y lesbianas". La citada agencia federal fue clausurada, dicen que temporalmente, hasta analizar la "ideología" de sus programas.

Lo que está ocurriendo en Estados Unidos está influenciando y repercutiendo en muchos países, sobre todo en las Américas.

En República Dominicana esta campaña denigrante ha sido asumida por los de siempre, por ineptos, desmemoriados, desquiciados, recalcitrantes, apologistas del fascismo y su representación local tardía en el trujillismo, habría que decir de nuevo cuño. Esa claque la ha emprendido contra periodistas y comunicadores honestos, que han trabajado por la democracia como pocos, que han realizado un esfuerzo honesto y responsable, y que han sembrado ejemplos de mejoría en instituciones tradicionalmente maleadas, como las del sistema electoral dominicano. No es casualidad que los ciudadanos y ciudadanas difamados han sido firmes en las denuncias contra la corrupción en todos los gobiernos.

Se puede decir que Participación Ciudadana fue financiada por USAID, y eso no es noticia ni debe alarmar a nadie. En la página de PC siempre ha estado la información disponible para el público. La representación local de Transparencia Internacional lo ha dicho con absoluta claridad: Durante 20 años recibió fondos para mejorar el sistema electoral desde la sociedad civil, para evitar los fraudes electorales, para impulsar la transparencia, para empoderar la lucha contra la corrupción. Los corruptos y gestores de fraudes electorales odian a Participación Ciudadana, por razones obvias. Esa organización ha sido, es y debe seguir siendo un muro de contención contra todos los canallas que se han adherido a las instituciones públicas para defraudarlas.

También atacan a personas honestas, como Juan Bolívar Díaz, Altagracia Salazar, Huchi Lora, Mariasela Alvarez, Edith Febles, Marino Zapete, Nuria Piera, Alicia Ortega y todos los que han procurado una mejoría de las condiciones políticas nauseabundas y denigrantes en la sociedad dominicana, para que seamos respetables, honestos, pulcros en el manejo de los recursos y rindamos cuentas de nuestras acciones.

La infamia de colocar salarios a periodistas y gente distinguida de la sociedad, que se caracteriza por su honestidad y responsabilidad, es un intento de denigrar y desmoralizar a gente con una honestidad a toda prueba. Es un intento de la ultraderecha de golpear a los verdaderos defensores de la democracia y de la transparencia. Y no podrán conseguir credibilidad ni apoyo de la sociedad dominicana, que reconoce al ciego durmiendo y al cojo sentado.

La cloaca está enardecida. Y celebra, danza con antorchas empapadas de combustible, buscando a quién calcinar. Por más intentos que hagan, por más heces que lancen, no lo lograrán. La gente decente, que es la mayoría, sabe a cuáles intereses malsanos responden esos difamadores.