Finalmente el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas aprobó una resolución, ahora sí, con fuerza para hacer frente a las bandas que han sembrado el terror y el desequilibrio en la gobernanza haitiana. Se trata de la resolución 2699, que aprueba el despliegue de tropas de diversos países para ayudar a la Policía Nacional de Haití a hacer frente a las bandas terroristas y secuestradoras.
De los 15 miembros del Consejo de Seguridad 13 aprobaron la resolución, y dos (China y Rusia) se abstuvieron. El período del despliegue de tropas será por un año, prorrogable, bajo autorización del organismo internacional.
"Se trata de una misión ajena a las Naciones Unidas aprobada a través de la disposición Capítulo VII de la Carta de la Organización, mediante la cual el Consejo puede autorizar el uso de la fuerza después de que se hayan agotado todas las demás medidas para mantener la paz y la seguridad internacionales”, dice una nota de las Naciones Unidas.
Y aclara que las fuerzas militares dispuestas a colaborar, hasta ahora 13 países encabezados por Kenia, podrán tomar “todas las medidas necesarias" para enfrentar a las fuerzas hostiles en Haití.
El presidente Luis Abinader ha saludado con entusiasmo la aprobación de la resolución y ha ofrecido el apoyo diplomático dominicano a la gestión de paz en Haití, sin la presencia de militares de nuestro país y sin el apoyo logístico a las fuerzas militares extranjeras.
Abinader ha dicho que la resolución es positiva para Haití, para la República Dominicana y para la comunidad internacional. En el caso dominicano “nos ayuda en la seguridad y contará con nuestro apoyo diplomático”.
Más que eso, ha considerado que la resolución es el resultado de un arduo trabajo diplomático de nuestro equipo del Ministerio de Relaciones Exteriores, que contribuyó con la decisión de China y Rusia de no objetar la resolución. Roberto Alvarez, el ministro de Exteriores, dijo que el liderazgo de Luis Abinader en el tema ha sido muy importante.
Para el presidente Abinader la resolución 2699 cambiará la situación nuestra y tendrá incidencia en la frontera dominico-haitiana. Dijo que si los delincuentes y secuestradores haitianos, perseguidos por tropas de varios países, intentaran cruzar la frontera sería mejor que se devolvieran porque les irá peor con la República Dominicana que con las tropas de los países que estarán ayudando a Haití. “Aquí les irá peor”, dijo convencido de que el Ministerio de Defensa estará protegiendo mejor que nunca la frontera.
Luis Abinader dejó claro que su decisión es firme respecto al tema migratorio, y que el país no flexibilizará las medidas de control migratorio para los haitianos. “No habrá apertura migratoria, no habrá cambios migratorios”, dijo, aunque sobre la apertura parcial de los intercambios comerciales fronterizos fue más flexible, por razones humanitarias, y porque ahora “hay una luz al final del túnel”.
El ministro de Relaciones Exteriores, Roberto Álvarez, dijo que la misión encabezada por Kenia podría comenzar desplegando militares en los primeros días de noviembre, porque Kenia puede hacer movimientos de tropas por disposición del ejecutivo, sin consultar con su congreso, que por cierto es favorable al presidente William Ruto.
Estados Unidos ya dispuso 100 millones de dólares para apoyar la misión de pacificación, y países como Senegal, España, México, algunos de la región del Caribe, tienen la disposición de sumarse con fuerzas militares en este proceso de pacificación.
Antony J. Blinken, secretario de Estado de los Estados Unidos, aprovechó el momento de la aprobación de la resolución 2699 para hacer un llamado al primer ministro Ariel Henry y a las fuerzas políticas haitianas a hacer un esfuerzo para trabajar unidos y restablecer la democracia en Haití.
Confiamos y apostamos para que el éxito diplomático que ha obtenido la República Dominicana, con la aprobación de esta resolución, se mantenga y se fortalezca, y que las posiciones duras que ha asumido la República Dominicana, como el cierre de la frontera, puedan ser flexibilizadas en los próximos días, para bien de los dos países que compartimos la misma isla.