Al proyecto de reforma constitucional del presidente Luis Abinader se le podría agregar una decisión que ayudaría, con alto sentido de equidad y economía, a regular la creación de municipios y distritos municipales en el país.
No hay forma de evitar que los legisladores, senadores y diputados, contengan los reclamos de dividir políticamente el territorio de la República Dominicana. Mantienen la creación de municipios y distritos municipales bajo el entendido de que las comunidades “beneficiadas” serían más eficientes y agradecerían con sus votos a los legisladores que propongan esa fragmentación.
Durante muchos años el país ha sufrido las consecuencias del clientelismo que se deriva de la creación de más demarcaciones políticas. A los partidos políticos les conviene, porque tienen más posiciones para ofertar y porque aumentan la burocracia del Estado.
El presidente Abinader está proponiendo reducir en 53 el número de diputados, para racionalizar la nómina del parlamento. Debía sugerir que no se puedan crear más municipios ni distritos municipales, porque el país ya cuenta con 158 municipios y con 235 distritos municipales.
Panamá, en nuestro entorno, apenas tiene 81 municipios, Costa Rica tiene 84 municipios conocidos como cantones, Uruguay tiene 125 municipios, Paraguay 259 municipios, Venezuela 335 municipios y Cuba apenas tiene 168 municipios. Claro, habría que comparar sistemas políticos, tamaño del territorio y otros aspectos sobre la organización política y territorial.
El país no puede permitir que siga en manos del Congreso, sin mayores limitaciones, la creación de nuevas unidades o demarcaciones políticas y territoriales, porque ya hey legisladores solicitando nuevas creaciones, como si consiguieran algún mérito por ser los proponentes de una mayor descuartización del territorio político de la República Dominicana.