El sistema penitenciario dominicano tiene todavía muchas flaquezas y vacíos, en particular porque los administradores de las cárceles comúnmente se asocian con internos y externos, y permiten situaciones lamentables en el sistema carcelario.
Es lo que ha pasado en Moca, donde el pasado viernes se produjo el fallecimiento del privado de libertad Edward de Jesús Cruz García, quien estuvo ingresado en estado crítico desde el sábado pasado en el hospital Toribio Bencosme, tras sufrir una intoxicación por sustancias prohibidas en la cárcel La Isleta, en ese municipio.
El Ministerio Público ha dicho que investiga el incidente y las causas de la muerte de Cruz García, sin embargo el conocido activista comunitario Juanchy Comprés denunció que la intoxicación se produjo por una competencia entre los internos con uso de drogas. Y que otros reclusos resultaron también afectados.
El deceso de Cruz García se produjo por el exceso de drogas y porque padecía de broncoaspiración, combinada con la droga desencadenó en una neumonía, de acuerdo con un comunicado de la Dirección General de Servicios Penitenciarios.
Una comisión fue designada para hacer una investigación sobre el suceso. La pregunta es obvia: ¿Cómo llegó tanta droga a la cárcel como para permitir una competencia entre los presidiarios, que terminó con la vida de un joven de 23 años y llevó a otros a la emergencia del hospital provincial?
Gravísimo. Incluso, este hecho demanda que la comisión designada no se limite a investigar el suceso del sábado pasado, sino para conocer más detalles sobre la organización de la competencia y los fines que esta quería obtener. ¿Quién facilitó la droga? ¿A qué beneficio y con cuál propósito?
La madrugada de este domingo, en el Centro de Corrección y Rehabilitación Cucama, de La Romana, un recluso murió por las puñaladas que recibió de otro privado de libertad.
La Dirección General de Servicios Penitenciarios dijo que Algenis Mejía, alias Vokero, falleció en una riña con Juan Manuel Constanzo, donde el victimario, con un objeto cortopunzante, le produjo la muerte, cuando era atendido en el hospital público de Villa Hermosa, en La Romana.
La víctima en este caso cumplía una condena de 20 años, de los cuales había cumplido 14 años de prisión, y el victimario, Juan Constanzo, lleva nueve meses de prisión preventiva.
El objeto utilizado por Juan Constanzo para asesinar a Algenis Mejía, una daga, un cuchillo, un punzón, ¿de qué modo entró o fue resguardada sin que las autoridades la detectaran?
Son incidentes que lucen cotidianos, pero que resultan graves, por la forma en que terminan con la vida de ciudadanos que, aunque condenados o en procesos penales, deben ser protegidos por las autoridades. La vida es lo más sagrado que tiene un ser humano, y sea presidiario o privado de libertad o no, debe tener la protección de las autoridades. Especialmente si los hechos ocurren en un lugar bajo la más estricta vigilancia de las autoridades del sistema penitenciario del país.