Las autoridades de Haití han tenido involucramiento protagónico desde el año 2013 con la iniciativa de extraer las aguas del río Dajabón, para irrigar una extensa zona agrícola del norte de su país, pese a los acuerdos firmados en 1929, que dejan muy claramente establecido que ninguno de los dos países afectará el cauce de ese río.
La justificación es que la sequía estaba afectando durante a los campesinos. También que el empresario haitiano y futuro presidente, Jovenel Moise, tenía en esa zona su empresa Agritrans, y necesitaba irrigar sus plantaciones de bananos. Agritrans recibió el encargo de Moise y comenzaron a tomar el agua del río Dajabón, pero fue tanta el agua tomada que hubo inundaciones de por lo menos 3 mil hectáreas de la zona de Las Maribaroux, y la toma de agua se desvaneció en 2014.
En 2018 Moise, ya presidente, encargó a su ministerio de Agricultura, Recursos Naturales y Desarrollo Rural, contratar las empresas de ingeniería Bercoeh y Génie Consult, para la ejecución de un proyecto de construcción de una desviación en el lecho menor del río, un canal de riego con una longitud de 2.6 kilómetros, para transportar 1.5 metros cúbicos por segundo durante los períodos de estiaje (cuando el río está en el nivel más bajo de agua). No hubo planos ni estudios que formalizaran ese proyecto.
En 2021 terminó el contrato de las dos empresas, el 7 de julio fue asesinado el presidente Moise, y se contrató a la empresa cubana DINVAI, que había trabajado en la construcción de la presa Marion, para continuar los trabajos en el río Dajabón o Masacre.
República Dominicana protestó, hubo diferencias notables y públicas y en julio del 2021, con la muerte del presidente, cesó la actividad de desagüe del río.
Los haitianos saben que la construcción que realizan es técnicamente ineficiente. Las obras están en Ouanaminthe, pero la irrigación será para el municipio de Ferrier. El lugar escogido para almacenar el agua es inadecuado y hará mucho daño humano, económico y diplomático a Haití.
La llanura baja de Maribaroux, beneficiaria de las aguas, es inundable y carece de drenaje, Cuando el río crezca habrá catástrofes y devastaciones en las plantaciones y en las casas del lugar, con pérdida de animales y vidas humanas.
El lugar del río Dajabón escogido para la toma de agua es un meandro, una curva, y está expuesto a inundaciones violentas de su estructura de toma, con las consecuencias que traería aguas abajo, incluyendo la más grande zona franca de Haití, que está en el lugar.
Tendrían que construir un dique para nivelar la toma de las aguas con el nivel del cauce del río. Eso remite al artículo 10 del tratado de paz, amistad y arbitraje del 20 de febrero de 1929, firmado entre Haití y la República Dominicana, que dice: “Las dos altas partes contratantes se comprometen a no realizar ni consentir ninguna obra que pueda cambiar el curso natural de estas aguas, o alterar el flujo de sus fuentes”.
Los haitianos están obligados a buscar otra alternativa para el uso de las aguas del río Dajabón, que no implique el cambio del cauce del río. Hay constancia de que los técnicos y autoridades haitianas tienen varias posibilidades, sin entrar el conflicto con la República Dominicana, que es también socio administrador del cauce del río.
Una de sus alternativas es minimizar las pérdidas de cultivos instalando estaciones de bombeos con energía solar, y que tienen un costo relativamente bajo y pueden irrigar más de mil hectáreas.
Otra posibilidad es asumir el riego por bombeo y llevar agua mediante gravedad hasta el río Jassa durante los meses de escasez de agua. Están conscientes de que con esta alternativa no violan el artículo 10 del tratado con RD de 1929.
Otra posibilidad es la explotación del río Gens de Nantes, que se encuentra dentro del territorio haitiano (pero es un afluente del rio Dajabón), y sobre el que pueden construir una presa e instalar 8.6 kilómetros de tuberías.
La solución a este conflicto se encuentra en la mesa de negociación, y como ha establecido el gobierno dominicano, Haití tiene que detener las obras de construcción del canal de desagüe del río Dajabón, como punto de inicio de cualquier proceso, Y a partir de ahí se podría replantear todo lo otro que se ha fijado como política del Estado Dominicano.