Por primera vez en la historia democrática del país un presidente plantea reformar la Constitución de la República para despojarse de una parte del poder político que le otorga la carta magna.
Luis Abinader ha realizado una propuesta de 12 reformas institucionales, y las ha puesto en discusión con la sociedad y los partidos políticos a través del Consejo Económico y Social (CES).
El presidente también ha sugerido algunos cambios en la Constitución de la República, especialmente para ratificar, dejar establecido con claridad, sin temor a interpretaciones, que el Ministerio Público tiene que ser independiente y que no puede ser exclusivamente una posición que dependa de la voluntad individual del presidente de la República.
La última gestión en la Procuraduría General de la República, del pasado gobierno, es un ejemplo de un manejo político irregular de la entidad responsable de la Política Criminal del Estado.
Luis Abinader ha dicho que ese cambio tiene que quedar constitucionalmente confirmado, y no ser una interpretación, como la que se hace medalaganariamente, en ciertas instancias políticas y eclesiales.
La reforma constitucional también fue llevada por el gobierno y el Partido Revolucionario Moderno a las mesas de discusión del Consejo Económico y Social.
Estuvo claro que el Partido de la Liberación Dominicana y el Partido Fuerza del Pueblo se opondrían a las propuestas del presidente en materia constitucional. Motivos tienen para ello. Los líderes de ambos partidos gobernaron los últimos 16 años y utilizaron políticamente el Ministerio Público. Los procuradores generales de la República eran siempre militantes políticos, dirigentes y miembros del Comité Político del PLD, y en el caso de Fuerza del Pueblo, el último procurador que tuvo es un hombre de la estrecha confianza de Leonel Fernández, el abogado Radhamés Jiménez, quien siempre actuó en el cargo protegiendo las espaldas de los dirigentes de su partido.
La diferencia es que al momento de llegar al poder, el 16 de agosto de 2020, Luis Abinader, sin haber hablado nunca con Miriam Germán ni con Yeni Berenice Reynoso, las convocó y las juramentó sin darles orientaciones políticas para su gestión. El país fue testigo de que las juramentó de primero, antes que a su gabinete, y les dijo que actuaran de forma independiente y atendiendo exclusivamente al mandato de la Constitución y las leyes.
El presidente ha mantenido esa postura y la separación del gobierno y el Ministerio Público es más que ostensible. Muchos sospechan que Abinader utiliza hilos secretos para dar órdenes al Ministerio Público. Y nadie ha podido aportar una sola prueba de ello.
En la reunión del Consejo Económico y Social de este miércoles, para debatir el tema de la reforma constitucional, los delegados del PLD, de FP y del PRD en el CES decidieron retirarse, porque no están de acuerdo con que la Constitución sea tocada para esta cuestión.
Sin embargo, la reforma constitucional última que se hizo la protagonizó Danilo Medina, en 2015, sólo para habilitarse para una reelección presidencial.
¿Luis Abinader no puede ahora, siendo presidente de la República, reformar la Constitución para corregir los entuertos del pasado?
En 2011 Leonel Fernández hizo muchos malabares para interpretar la Constitución a su favor y mantenerse en el poder, sin que tuviera el derecho a reposturlarse.
¿Ahora se niega a que Luis Abinader le asegure al país la independencia del Ministerio Público? ¿Está solicitando Luis Abinader que se reforme la Constitución para que le otorguen mas poderes? No. Está solicitando la reforma para que le quiten poderes que no le corresponden ni convienen a la democracia.
Víctor Masajes, obispo de Baní, en una extensa e irrespetuosa carta dirigida al Consultor Jurídico del Poder Ejecutivo, Antoliano Peralta, teoriza sobre la no necesidad de la reforma constitucional, argumentado que la propia Constitución y la Ley del Ministerio Público le permiten garantizar la independencia que propone Luis sin tocar la Constitución. Los dotes de jurista no se le conocían al obispo Masalles, y ahora entiende qué es lo que resulta constitucional y qué no, y afirma erróneamente que la Iglesia siempre ha estado apoyando los procesos democráticos.
¿Y las conspiraciones eclesiales católicas contra el gobierno de Juan Bosch, precisamente por una reforma constitucional patrocinada por el PRD y el gobierno del profesor Bosch? Tan reciente es aquella maniobra conspiradora que no es posible olvidarla, por más esfuerzos que hagan diciendo que López Rodríguez y Agripino Núñez Collado fueron dos paladines de la democracia.
Ante los desafíos de la oposición, y su talante antidemocrático, además de la negativa a debatir las razones por las que se oponen a lo que lo presidente sugiere, lo que corresponde es ser más democrático. ¿Qué tal la figura del referendo para debatir si se quiere o no una reforma como la que propone el gobierno? Y de paso, se pueden incluir temas a ser preguntados para la reforma, como las tres causales, el Estado laico y la separación de poderes, más la eliminación del concordado de 1954.