El gobierno del presidente Luis Abinader anunció este lunes que la regalía pascual, o bono, también llamado aguinaldo navideño, será de un monto de 30 mil 777 millones de pesos y se entregará la primera semana de diciembre.
Eso suena a fiestas desde muy temprano en diciembre, que serán acompañadas por las empresas privadas y la entrega de sus regalías para el sector privado. Con el bono navideño que entregará el gobierno se beneficiará a por lo menos 3 millones de personas, quienes a través de las tarjetas de Supérate, recibirán individualmente un monto adicional de 1,500 pesos cada una, a ser utilizadas en cualquier establecimiento comercial.
El gobierno ha anunciado que celebrá, de forma popular, la llamada Villa Navidad, que tendrá efecto el 30 de noviembre 2024 y el 6 de enero del 2025, en el Palacio de los Deportes y en los Jardines del Teatro Nacional, además de Santiago, y del 2 de diciembre al 6 de enero, con múltiples actividades y atracciones. Está muy claro que el gobierno quiere fiestas y celebraciones, y que los acontecimientos de las últimas semanas queden fuera de las reflexiones o del recuerdo de los ciudadanos y las familias.
Habrá parques de Navidad en los municipios y cabeceras de provincias y en el Distrito Nacional, a cargo de las entidades públicas, para que el año 2025 inicie sin pesimismo ni preocupaciones mayores. Las políticas de compensación social no sufrirán reducciones en el presupuesto ni en las intenciones del gobierno. El presidente y su equipo parecen haber ahorrado fondos suficientes para mantener la inversión pública en crecimiento, mantener el programa de reforzamiento de la seguridad ciudadana y reducir la pobreza monetaria por debajo del 19 por ciento, de acuerdo a los informaes del Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo.
El gobierno quiere transmitir la idea de tranquilidad, equilibrio, fortalecimiento económico, control de la inflación, estabilidad cambiaria, aumento de las exportaciones, aumento de la inversión extranjera, aumento del número de visitantes y turistas este año, por encima de los 11 millones de personas, y con ello asegurar la solvencia de la economía, pese a que el país no pudo echar adelante el proyecto de modernización fiscal, como se llamó a la propuesta presentada por el Ministerio de Hacienda, avalada por el presidente, y posteriormente retirada por la campaña y consideraciones en contra que se hicieron.
El mensaje está claro. El presidente y el gobierno no quieren contradicciones ni políticas impopulares que pongan en duda la fuerza y vitalidad de su partido y del proceso económico de seguridad y estabilidad económica, monetaria y financiera, que a su vez se sustenta en la estabilidad política y la ausencia de protestas populares, que pudieran ser aprovechadas por la oposición.
Con estos anuncios del gobierno es poco lo que queda en manos de la oposición para encontrar apoyo en sus críticas y descalificaciones a las autoridades.
No debe descartarse que el año 2025 pueda representar un relanzamiento del gobierno del presidente Luis Abinader, tomando en cuenta que fueron relativamente pocos significativos los cambios anunciados en el gabinete presidencial, a partir de la instalación del nuevo período gubernamental que inició en agosto del 2024, y que apenas acaba de cumplir los primeros 100 días de gestión, sin celebraciones, menciones o campañas publicitarias.
Por lo visto, el esfuerzo de diciembre parece ser el inicio de la recuperación del gobierno del golpe recibido con el retiro, previo rechazo colectivo, de la propuesta de modernización fiscal. A partir de ahí el presidente y el equipo de gobierno están obligados a retomar las iniciativas y la recuperación del espacio perdido. Eso puede ocurrir, si no aparecen nuevas sorpresas en el camino. Es decir, que el gobierno está recuperando la capacidad de generar nuevas políticas, con iniciativas emprendedores y de reafianzamiento de su sostén político, el PRM.